Los sacerdotes Horacio Corbacho y Nicolás Corradi, detenidos en Mendoza por el abuso sexual de niños sordomudos, son sospechosos de haber cometido el mismo delito contra al menos dos personas cuando estuvieron destinados en la ciudad de La Plata y solían contactar a menores de edad por redes sociales.

La información sobre nuevos caso fue proporcionada por Fernando Cartasegna, titular de la Unidad Fiscal número 4 de Delitos conexos con Trata de Personas y Pedofilia. “Habría al menos dos víctimas de estos sacerdotes en la ciudad de La Plata, según comentarios de testigos aportados en el marco de la causa que se instruye en Mendoza”, añadió.

Corbacho, de 55 años, se desempeñó en el instituto Próvolo de La Plata y el colegio Nuestra Señora de la Merced, también de esa ciudad, hasta febrero. Corradi, de 82 años, trabajó en el Instituto Próvolo de La Plata en la década del 90, y antes en el Instituto Próvolo de Verona. Según relató a PáginaI12 el mes pasado el abogado Carlos Lombardi, de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina, “Corradi se vino escapando de Italia por denuncias hechas en el año 2009, por abuso sexual en Verona ocurridas entre 1950 y 1984”. 

La nueva información que maneja la fiscalía indica que “cuando ambos trabajaban en La Plata contactaban por chat, a la noche, a niños, con los cuales tenían un conocimiento previo, para preguntarles cómo se sentían, saber sobre sus familias, presuntamente para sondear su estado de vulnerabilidad”.

Cartasegna explicó que “entre el 70 y el 75 por ciento de las víctimas de pedofilia han sido antes víctimas de bullying y cyber acoso, lo que los pone en situación de vulnerabilidad, que es lo que aprovechan los abusadores”. “Los abusadores testean en las redes a aquellos menores en estado de vulnerabilidad para contactar con ellos y con el argumento de ofrecerles contención trabar vínculo, a veces usando perfiles falsos, otras no”, explicó, el fiscal.

Cartasegna adelantó que pedirá informes sobre ambos sacerdotes al y que requerirá lo mismo al Instituto Antonio Próvolo de La Plata, donde ambos se desempeñaron años atrás.

El fiscal busca determinar si el instituto Próvolo platense recibió denuncias contra estos sacerdotes, o advirtió conductas irregulares de estos en su contacto con los niños; además, quiere saber cuáles fueron los motivos para el traslado a otro destino eclésiástico y si tramitan o tramitaron actuaciones internas contra ellos. 

Cartasegna ya mantuvo contacto telefónico con el fiscal de Mendoza, Fabricio Sidoti, que investiga el caso de Corradi y Corbacho en el Próvolo de esa provincia. Ambos se reunirán la semana próxima en La Plata para compartir los datos con que cuentan.

“Como primera medida estoy convocando públicamente, vía redes sociales y a través de los medios, para que las personas que fueron víctimas se acerquen a dar          su testimonio, garatizándoles el acompañamiento y la contención necesaria a través de nuestros equipos especializados”, dijo Cartasegna. El fiscal adelantó que trabajará con intérpretes oficiales del lenguaje de señas.

“Es importante que los familiares de las posibles víctimas, antes de ‘interrogar’ ellos a la víctima, o mostrarle la foto de los acusados, se contacten con nosotros, ya que podremos orientarlos sobre cuál es la mejor manera de abordar esta situación, a través de métodos o preguntas indirectas”, pidió el fiscal. La fiscalía recepciona denuncias a través del teléfono 0221 4274984 y el mail [email protected] o la página de Facebook de la UFIJ número 4 Delitos conexos con Trata de Personas y Pedofilia de La Plata.