Aguantando el mostrador
Víctor García, más conocido como El Gordo Cocina (su alter ego en Instagram donde desde hace años comparte recetas y tips culinarios), decidió aunar fuerzas con la pastelera Valeria Syrotiuk para abrir juntos Perro y Medio, un pequeño local con un mostrador y algunas mesitas en una calle de Villa Urquiza. La carta base es corta, apenas unas sopas, guiso de lentejas ($8000, $10000 con un vaso de vino), panchos veggie ($5500 x 2) y empanadas de humita ($6000 x 2). A esto siempre se le suman sorpresas y, los fines de semana, algún festejo que amerita un plato especial, a veces acompañado de cocineros invitados. Las preparaciones son todas vegetarianas, algunas solo a base de plantas, y todas tienen algo en común: el uso intensivo de las especias, algo que este cocinero venezolano, amante de la sazón, despliega con inteligencia. En el local elaboran salsas, fermentos, aceites, incluso como modo de aprovechar ingredientes que de otro modo serían desperdicio.
Entre los dulces, siempre hay pepas XL de membrillo y de dulce de leche, cookies (la de pistacho es la favorita y la primera que se acaba) y budines veganos (desde $2500). Las mantecas de maní y de avellana también son hechas en casa. Con el mismo amor con el que se seleccionan los ingredientes de cada plato, Perro y Medio eligió su café de especialidad: importado por el tostador y barista Diogo Bianchi, es un café de Brasil (desde $2200 el espresso) que también podrá comprarse en el local. Para acompañar el almuerzo, hay un rico vermut oriundo de San Luis, Al Voleo; vino malbec orgánico de la bodega 3Sapas; y Gin&Tonic en lata (desde $2000).
Ubicado a mitad de cuadra, Perro y Medio es ideal para un almuerzo rápido, para pasar y llevarse a casa o para disfrutar de un poco de sol en la vereda. Cuando lleguen los calores entrarán a la cancha las kombuchas, el cold brew y los cafés filtrados.
Una propuesta apta para todos los bolsillo, bien hecha, rica, sabrosa y, de yapa, saludable.
Perro y Medio queda en Av. Combatientes de Malvinas 3588. Horario de atención: miércoles a sábados de 10 a 18. Instagram: @perro_y_medio.
Seré tu ventana
Prima hermana de la primogénita La Ventanita de Anafe en Colegiales, Mica Najmanovich y Nicolás Arcucci abrieron esta nueva “Ventana”, ahora en versión extra large. Con una oferta extendida que va del desayuno a la merienda, este espacio gana adeptos todos los días gracias a sus fantásticas medialunas y café de especialidad. Ya pasaron varios años desde la apertura de Anafe, premios importantes y su consolidación como una de las grandes propuestas porteñas.
Con La Ventanita (literalmente, una pequeña ventana pegada al restaurante), sumaron en su momento opciones al paso, como un desayuno con productos que no siempre son tratados como se merecen. La nueva Ventana consolida esta idea: sus medialunas son todo lo que uno espera que sean, esponjosas y con la pincelada justa de almíbar ($1300). Hay además versiones con dulce de leche y frambuesa y otra de pastelera ($2200). La carta también incluye algunas delicias de Medio Oriente como el mamul o el babka (desde $1300), rolls de canela, infaltables cookies y pepas de frambuesa (desde $2900). El café es servido por baristas con sensibilidad porteña (no se quedan mirando atónitos ante el pedido de un cortado). Y las tortas son imperdibles, como la NY Cheescake y la torta Gisela, de chocolate.
Entre las opciones saladas, hay tostados, arepa de hongos con huevos Benedictinos y, los fines de semana, rolls de provenzal (desde $4950). A la hora del almuerzo, la carta tiene platos con firma de Anafe, como el sándwich de pesca curada con pickle de remolacha, cebolla, queso crema de eneldo y ciboulette en pan de papa; o el de halloumi a la plancha con palta, chutney de rosa mosqueta, pickles de pepino y verdes (desde $13300). Todas las semanas hay una sopa y una tarta, también shakshuka (un guisado de tomates y especias con huevo, tahini, salsa verde y wrap de arepa) y un bowl de hummus tibio con kofta de cordero o berenjenas glaseadas, garbanzos, huevo, cherrys y panchito (desde $12000). El salón es amplio, luminoso, cómodo. Para beber, vinos por copa, cervezas artesanales y vermú.
Una linda propuesta para todo el día.
La Ventana de Anafe queda en Arévalo 1379. Horario de atención: miércoles a domingos de 9 a 20. Instagram: @laventana.anafe.
Volver al barrio
Cuando Palermo aún era un barrio de talleres y casas, San Telmo ya funcionaba como epicentro de salidas nocturnas, recitales, bares, centros culturales, boliches y cafeterías. Todo pasaba allí. Con el correr del tiempo, otros barrios se fueron desarrollando y San Telmo fue perdiendo ese protagonismo que, en los últimos años, comienza a recuperar. Su tradicional Mercado se renovó por completo, los bares se reposicionaron y la oferta gastronómica mejoró. Uno de los espacios que recuerda el espíritu de aquellas primeras épocas es Pes. Autodefinido como gastrobar, este pequeño lugar tiene mucho para ofrecer.
La carta es más larga de lo que uno imaginaría por el tamaño de la cocina, que está en su mayoría a la vista. Un pequeño mostrador comunica con el exterior y algunos se sientan allí para ver el trajín de los fuegos o el pasar de la gente. El menú es ecléctico, indefinible, con platos tan variados como ricos. Conviven entradas como los buñuelos de acelga con curry amarillo, el mbeju con babaganush, una burrata con masa filo y un roll de langostinos y chorizo colorado (desde $5000). Hay sándwiches como el chicharrón de cerdo con panceta asada, hierbabuena y una ensalada de cebolla morada, tomate, ají amarillo y cilantro; y una hamburguesa con queso azul de carne pastoril en pan brioche ($13000). Entre los principales, se puede elegir el puchero de ossobuco braseado, la anchoa gratinada en costra de parmesano o un cebiche de trucha (desde $13000), entre otros.
Los postres también combinan orígenes distintos. Hay churros con ganache tibia de chocolate semiamargo y sorbete de Campari y pomelo; panna cotta de chocolate blanco; y sambayón con helado de café y vainillas ($5500). En este hermoso cocoliche, los sabores funcionan. La carta ofrece además algunos ricos vinos y cervezas, además de aperitivos.
Con algo de nostalgia, Pes recuerda al San Telmo de otra época, donde comer algo rico y tomar una copa eran parte de una salida por el barrio que se extendía hasta la madrugada.
Pes Gastrobar queda en Bolívar 916. Horario de atención: martes a viernes de 18 a 24, sábados y domingos de 12 a 1. Instagram: @pes.gastrobar.