Hace tiempo que Café Vinilo, uno de los espacios tradicionales en el mapa de la música en vivo en Buenos Aires, apuesta a ampliar los horizontes de su propuesta artística, como manera de sumar públicos. Este año, junto a la siempre nutrida e interesante programación que pasa por el jazz, el tango, el folklore, la música urbana y los infinitos etcéteras que integran el universo de la música de raíz popular, se confirma el ciclo dedicado a la música de cámara. Los domingos a las 20, en la “sala noble” de la encantadora casona de Estados Unidos 2483, entre Alberti y Matheu, tiene lugar un encuentro del Nuevo Ciclo de Música Clásica.

Este domingo, un dúo será protagonista de ciclo. Clément Silly en violoncello y Matías Galíndez en piano ofrecerán dos sonatas de Ludwig Van Beethoven, la “n°3 Op.69” y la “n°4 Op. 102”, además de las Tres Piezas de Fantasía Op.73, de Robert Schumann. En una dialéctica particularmente atractiva, el programa pone en tensión al Beethoven de su etapa central, titánico pero todavía dentro del clasicismo, con el del último período, más allá de todo. Las piezas de Schumann, compuestas en 1849, son con su amplitud de registros anímicos, prácticamente la síntesis de la antítesis beethoveniana.

En la continuidad del ciclo, el domingo 11 de agosto actuará el dúo que integran Pablo J. Santos en guitarra y Guadalupe Mroue en piano, con un programa de compositores latinoamericanos: Guido Santórsola, Radamés Gnattali y José Asunción Flores. El 18, Javier Miranda (piano), Agustina Gabaglio (clarinete) y Andrés Martinez (viola) ofrecerán un programa que llamaron “La pasión de Brahms”, dedicado a las últimas sonatas del compositor de Hamburgo, y el 25, actuará el dúo Powter-Talarico, violoncelo y piano.

La serie semanal de conciertos, cuenta con la curaduría de Benjamín Báez, violonchelista experimentado, solista de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires y activo en distintas iniciativas de música de cámara, y la producción de la infatigable Teresa Rodríguez, alma mater del espacio que nació hace poco más de 15 años en Palermo y desde hace más o menos cuatro sostiene su mística en el corazón de San Cristóbal. “Con Benjamín venimos trabajando en el Ensamble Sur del Sur, que dirige Guillermo Rubino. De esa colaboración surgió un primer ciclo, 'Todo con cuerda', que curó Guillermo, que de alguna manera es la precuela de este ciclo de música clásica, que, a cargo de Benjamín, dio sus primeros pasos el año pasado”, cuenta Rodríguez a Página/12. “El año pasado convoqué a ensambles que de alguna manera estaban en torno a mi actividad, pero para este año, afirmados por la experiencia, surgió una gran cantidad de propuestas desde distintos lugares y con variedad de repertorios”, interviene Báez.

“La idea de este ciclo es dar cuenta de la amplitud que hay dentro un concepto como el de música de cámara. Por eso nuestra preocupación mayor pasa por incluir formaciones de todo tipo”, continua Báez . “El espacio no deja de crecer y la propuesta de hacer conciertos de música clásica en este ámbito no deja de ser un gran desafío”. “Podría parecer curioso que en un espacio tradicionalmente dedicado a las músicas populares se propongan conciertos de cámara, pero no es tan loco, porque la nueva sala cuenta con un buen piano, es un ambiente recogido, muy camarístico, que permite el pleno disfrute. La buena experiencia del año pasado nos dio pie para este año hacerlo con más determinación. Comenzó en julio y se prolongará durante agosto y septiembre”, concluye Rodríguez.