Los dos casos fatales en Brasil a causa del virus del Oropouche, los primeros registrados en el mundo por esa enfermedad, despertaron la alarma internacional. Las víctimas son dos mujeres del estado de Bahia "con menos de 30 años, sin comorbilidades, pero que tuvieron señales y síntomas similares a un cuadro de dengue grave", informó el Ministerio de Salud de ese país. "Hasta el momento no había ningún relato en la literatura científica mundial sobre fallecimientos por la enfermedad", señaló la cartera. Transmitida a través de los jejenes y mosquitos, la enfermedad tiene síntomas parecidos a los del dengue, aunque más leves.

Fue detectada por primera vez en Brasil en 1960, en la sangre de un perezoso. Desde entonces, se contabilizaron otros casos, principalmente en la región amazónica, así como en otros países de América Latina.

Las autoridades brasileñas investigan otra muerte por sospecha de Oropouche en el estado de Santa Catarina. Según el gobierno, en 2024 se registraron al menos 7236 casos de fiebre de Oropouche en el país, principalmente en la región amazónica.

Las autoridades sanitarias de Brasil estudian además seis posibles casos de transmisión vertical de la enfermedad, es decir de la madre embarazada al hijo.

Las primeras muertes por la fiebre de Oropouche coinciden con el brote de dengue que sufre Brasil este año, el peor de su historia, con al menos 4824 muertes confirmadas desde el 1 de enero, 2250 en investigación y 6,4 millones de casos positivos por dengue.

De acuerdo con la Organización Mundial de Salud (OMS), la transmisión del virus que transmite la fiebre del Oropouche es habitual en comunidades rurales y urbanas de países como Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Panamá, Perú y Trinidad y Tobago. Particularmente este año se detectó en Bolivia, Brasil, Colombia y Perú, según un reporte de la OMS.

Por su parte, las autoridades de salud cubanas informaron que la fiebre de Oropouche, que se constató por primera vez en la isla caribeña en mayo, se extendió a nueve de las 16 provincias que conforman el país, aunque no se registraron fallecimientos.

El Ministerio de Salud dio a conocer en un comunicado "la confirmación de la presencia del virus de Oropouche en nueve provincias", incluida Matanzas, contigua a La Habana. En "Cuba se trata de la primera detección de la enfermedad en el país, por lo que es probable que la población sea muy susceptible y existe un riesgo significativo de que se detecten casos adicionales", agregó la OMS.

¿Dónde y cómo circula el virus?

Detectado por primera vez en el archipiélago de Trinidad y Tobago en 1955, este arbovirus se transmite principalmente a los humanos por picaduras de jejenes, pero también puede propagarse a través de mosquitos. "Según nuestro conocimiento actual, el virus no se transmite directamente de persona a persona", explicó la especialista italiana en enfermedades infecciosas Concetta Castilletti.

A principios de este año se identificaron por primera vez dos casos de fiebre de Oropouche en Europa en dos personas no relacionadas que regresaron a Italia después de un viaje a Cuba, según Concetta Castilletti.

Síntomas y tratamientos

La enfermedad tiene un periodo de incubación de cinco a siete días y se caracteriza por fiebre, dolores de cabeza, musculares y articulares.

El virus causa síntomas similares a los del dengue: fiebre, dolor muscular, rigidez en las articulaciones, dolor de cabeza, vómitos, náuseas, escalofríos o sensibilidad a la luz. Las formas graves pueden provocar complicaciones potencialmente mortales, como meningitis. No hay tratamientos específicos ni vacunas.

En las regiones afectadas, la mejor protección es evitar las picaduras de jejenes y mosquitos, cubriéndose las piernas y los brazos, utilizando repelentes y mosquiteros de malla fina, según la OPS.

¿Una amenaza para el futuro?

Comparada con otros arbovirus de su familia, como el dengue y el chikunguña, la fiebre de Oropouche no fue muy estudiada y quedan muchas incógnitas al respecto, empezando por el número exacto de casos constatados. Además, es difícil de distinguirla del dengue y se desconoce entre otras cosas el ciclo de transmisión entre animales y humanos o los factores de complicación.

Es un clásico ejemplo de una enfermedad "desatendida", según un artículo publicado en la revista Lancet Infectious Diseases. El virus "tiene el potencial de convertirse en una amenaza significativa", dada su presencia en diferentes ambientes, la cantidad de especies que pueden transmitirlo y el riesgo de complicaciones graves, según los autores del artículo.

Según Concetta Castilletti, las autoridades regionales, nacionales e internacionales necesitan comunicarse más y prepararse para posibles epidemias. "Hay que esperar lo inesperado, como debería habernos enseñado la pandemia de covid-19", dice la científica italiana.