De raíz folclórica y arreglos virtuosos, el Dúo Nuevo Cuyo –integrado por los hermanos Gustavo y Guillermo Micieli- significa una propuesta notable. Esta noche a las 20 en La Casa del Tango (Illia 1750), Dúo Nuevo Cuyo presenta Un patio cuyano, entre tonadas, cuecas, gatos y valsesitos criollos, con la presencia invitada del trío La Fija (Mariel Ríos, Manuel Manzano y Javier Ramírez) y una charla analítica/poética a cargo de Alejandro Benedetto.
“Nuestra historia musical por supuesto que es de toda la vida, pero tengo que contarte que antes del dúo tuvimos una banda de rock, que se llamó La Mansión; en ese tiempo nos vimos influenciados por músicos como Luis Alberto Spinetta, una influencia que puede apreciarse, aunque no de forma directa, en la música que hacemos”, señala Gustavo Micieli. “En el ‘98 o ‘99, fuimos al Festival de la Tonada, donde descubrimos un par de cantores en las carpas, que fueron un antes y un después. Nosotros cantábamos temas de Silvio (Rodríguez) y del rock nacional, la gente nos aplaudía, pero decidimos llevar al año siguiente una tonada; al próximo año salimos primeros, como dúo cuyano, y a partir de ahí no hemos dejado de hacer nuestra música de Cuyo”, agrega Guillermo Micieli; ambos en diálogo con Rosario/12.
-¿Cómo llega a ustedes la guitarra? ¿Hubo un legado familiar?
-Gustavo Micieli: En mi caso, llega de la mano de un compañero de la secundaria, en el colegio de Bellas Artes en Mendoza, pero se termina de afianzar cuando mi hermano trae una guitarra que le prestaban en una iglesia evangélica, a cambio de que fuéramos al culto. En cuanto a la familia, tuvimos un bisabuelo que le daba clases de requinto a Don Hilario Cuadros; al bisabuelo no llegamos a conocerlo, pero imagino que algo él habrá en nuestra genética.
-Guillermo Micieli: En la iglesia evangélica, el pastor le enseñaba acordes a los jóvenes que querían aprender, y una de las primeras canciones que sacamos fue de un cantante evangélico, que se llama Rabito; además de alguna zamba conocida, todas fáciles de tocar, con dos o tres acordes. Fue muy importante la llegada de toda esa gente, para poder empezar por este camino de la música y del canto.
-El repertorio está integrado por composiciones propias y ajenas, ¿cuál es el criterio para elegirlas?
-Gustavo: El Dúo Nuevo Cuyo siempre tuvo dos facetas musicales, por un lado el rescate de viejas canciones de grandes compositores, que se están perdiendo a través de los años; y por el otro, la composición de nuevas canciones, para expresarnos de manera personal. El criterio de la elección siempre fue la calidad y el buen gusto, cosas que en el cancionero cuyano hay de sobra.
-Guillermo: Se trata de autores que amamos y queremos, como nuestro maestro principal que es Félix Dardo Palorma, Hilario Cuadros, Fabiano Navarro, Anselmo Bustos, Jorge Viñas, Ernesto Villavicencio, grandes compositores que nos han dejado una manera de escribir, de decir y de realizar la música de Cuyo; y obviamente que nuestras composiciones están bajo el cuidado de no perder esa esencia.
-A propósito, es fascinante escuchar los arreglos y el diálogo entre las voces y la guitarra, ¿cómo es ese trabajo entre ustedes?
-Guillermo: Las decisiones musicales nacen a partir de la flexibilidad que tenemos entre nosotros, ser hermanos es un privilegio. Proponemos las canciones en cuanto a la composición, y mientras algunas aparecen adecuadas para el dúo hay otras que no, por más hermosas que sean. No componemos ni arreglamos juntos, cada uno tiene su estilo, luego nos justamos y vemos qué podemos hacer.
-Gustavo: Básicamente, es el mismo trabajo que hacían nuestros antepasados, el armado de voces y guitarras es algo que en nuestra región se da de forma natural, hay grandes músicos y cantores totalmente intuitivos y la mayoría no sabe nada de partituras, como es el caso nuestro. Los arreglos y las ideas salen en los ensayos y la conexión que tenemos a la hora de expresarnos.
-El folclore y el tango no les son indistintos, ¿qué poesías hay allí que tanto nos conmueven?
-Gustavo: Para nosotros, el tango y puntualmente el folklore cuyano, tienen prácticamente la misma esencia; de hecho, es totalmente reconocida la influencia del folclore cuyano sobre el tango, con sus guitarras y cantores. Gardel y Razzano tenían un repertorio criollo, que en un 70% pertenecía al folklore cuyano. “La Pastora”, “La Tupungatina”, “Sanjuanina de mi amor”, “La Madrugada”, “Claveles mendocinos”, “Una rosa para mi rosa”, “Corazones partidos” y tantísimas otras piezas musicales cuyanas, fueron parte de su repertorio. Don Saúl Salinas, de San Juan, fue guitarrista de Gardel, compositor y maestro del Dúo Gardel y Razzano; después de eso nace el primer tango canción, “Mi noche triste”.
-¿Qué proyectos están desarrollando ahora?
-Guillermo: El proyecto más inmediato es el disco que estamos grabando, con composiciones propias y de Pablo Budini, gran músico y amigo.
-Gustavo: Tenemos otro proyecto de grabación de tonadas antiguas; y estamos cumpliendo 20 años de la grabación del disco Cariño bonito, donde aparecieron temas de nuestra autoría que ya son clásicos en el repertorio de Cuyo, como la tonada “A mi compadre” y la cueca “De Cuyo soy”.
-Guillermo: Está previsto un viaje a Europa para fin de año, si todo sale bien; también por la situación actual, no nos ha resultado fácil viajar y todo es un caminito cuesta arriba; pero le buscaremos la vuelta para no dejar la guitarra en un rincón, nunca permitiremos que eso pase.