"Los números no cierran", escucha decir Victoria Villarruel a ruralistas, industriales y empresarios de la construcción, algunos con más énfasis que otros, con quienes mantiene contactos cada vez más fluidos. Todos apoyan al Gobierno y se sienten identificados con su programa de ajuste, achicamiento del Estado, desregulación y reformas estructurales, como la laboral, pero expresan dudas respecto al plan del ministro de Economía, Luis Caputo. Desconfían de su sostenibilidad y le reprochan los altos costos involucrados, con una crisis que no afloja.
Empresarios le llevan reclamos a la vicepresidenta por la política económica
La oreja caliente de Villarruel
Los ruralistas se quejan del tipo de cambio y piden una devaluación, los constructores reclaman la vuelta urgente de la obra pública, los industriales protestan por la recesión y la pérdida de competitividad exportadora. Villarruel tiene oídos para todos y arma agenda con esos sectores.
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