El comité de la Unesco incorporó este sábado 13 nuevos sitios en su lista de Patrimonio de la Humanidad, incluida la vía Apia, en Italia; unas antiguas minas de oro y plata de la isla japonesa de Sado; o los sitios del legado de Nelson Mandela, en Sudáfrica, entre otros. La votación se realizó durante la 46ª reunión anual, que se celebra en Nueva Delhi. Se suman a otras trece aprobadas este viernes, entre ellas el monasterio de San Hilarión en Gaza debido a los efectos de la guerra, o el Parque Nacional de Lençóis Maranhenses en Brasil.
La vía Apia, una de las principales carreteras de la antigua Roma, fue uno de los trece bienes inscritos, después de que el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) destacase que "ilustra la historia del desarrollo del imperio romano" a lo largo de su recorrido.
Construida a finales del siglo IV a.C., la vía, de la que todavía se conservan algunos tramos, conectaba Roma con la estratégica ciudad de Brindisi, en el sureste de Italia, el puerto más importante del Mediterráneo y punto de partida de la expansión de los romanos más allá de los mares.
Los sitios del legado de Nelson Mandela fue otra de las localizaciones que recibió el visto bueno de la asamblea anual de la Unesco para obtener el estatus de Patrimonio de la Humanidad, tras un intenso debate entre los Estados miembro.
“Felicito a Sudáfrica por la inscripción de estos lugares de memoria, que dan testimonio no solo de la lucha contra el Estado del apartheid, sino también de la contribución de Nelson Mandela a la libertad, los derechos humanos y la paz en nombre de todos nosotros”, apuntó la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, tras la inscripción de la propiedad.
Rumanía registró hoy dos bienes en el listado: el conjunto monumental de Brâncusi y las fronteras del Imperio Romano en Dacia. A esto se sumó la adhesión del eje central de Pekín, aunque con una advertencia por las "presiones de desarrollo" que enfrentan algunas secciones del eje.
Otros países que vieron aprobada su solicitud para inscribir nuevos bienes fueron Malasia, con el sistema de cuevas del Parque Nacional de Niah; Alemania, con el complejo residencial de Schwering, o Arabia Saudi, que vio inscrita la zona arqueológica de Al-Faw.
Japón, Tailandia, Rusia, Kenia e Irán también vieron reconocidos nuevos lugares en la lista de la Unesco. El primero logró que se registrasen unas antiguas minas de oro y plata de la isla de Sado, donde hubo trabajadores forzados surcoreanos. Se cree que las minas comenzaron a explotarse en el siglo XII y que permanecieron en actividad hasta después de la Segunda Guerra Mundial.
China fue el país que más adhesiones nuevas sumó este año, después de que el comité aprobara ayer los santuarios de aves migratorias en el litoral del Mar Amarillo y del Golfo de Bohai, así como el desierto de Badain Jaran. De esta manera, se convirtió en el segundo país con más localizaciones consideradas Patrimonio de la Humanidad, con 59, una menos que Italia.
En el marco de estas deliberaciones, la Unesco también decidió retirar de la lista de patrimonio en peligro el Parque Nacional Niokolo-Koba de Senegal. Sin embargo, incluyó en ella al monasterio de San Hilarión inmediatamente después de reconocerlo como Patrimonio de la Humanidad.
Tras un día de descanso este domingo, el comité volverá a reunirse el lunes para tratar pequeñas decisiones técnicas en torno a los límites de varios bienes que ya estaban presentes en la lista de Patrimonio de la Humanidad. La reunión anual concluirá el 31 de julio.
Hasta la fecha, el Comité del Patrimonio Mundial inscribió 1.222 sitios de 168 países en la lista de Patrimonio Mundial, entre ellos el Taj Mahal de la India, los monumentos de la Piazza del Duomo en Pisa o el conjunto de propiedades eclécticas construidas por el arquitecto Antoni Gaudí en Barcelona.