Tras casi un cuarto de siglo sobre los escenarios y siete discos publicados, los integrantes de Maxïmo Park deberían saber controlar a estas alturas las expectativas. Sin embargo, el cantante del grupo inglés, Paul Smith, reconoce que cada paso nuevo que dan los sigue poniendo muy nerviosos. “Creo que ni el nacimiento de mi hija me dejó tan impaciente”, bromea al otro lado del zoom el frontman, desde su hogar y miniestudio, al que además muestra mediante la cámara de su computadora, en la ciudad de Newcastle. “Sacar un disco se hace cada vez más difícil porque querés que al menos lo escuchen. Imaginate que son ideas que fueron elaboradas hace tiempo y que finalmente ven la luz. Entonces se libera toda la energía que venís acumulando. Ésa es una sensación muy fuerte”.
El octavo álbum de estudio del trío, Stream of Life, aparecerá a fin de septiembre, antecedido por tres singles (el último fue “The End Can Be as Good as Start”). “Esta vez queríamos que el disco siguiera sonando a nosotros, por más que probamos nuevos elementos musicales y nos atrevimos a jugar con los recursos que tuvimos a disposición”, explica Smith. “Al final, simplificamos un poco las cosas. El disco suena a nosotros tres y a la interacción que tuvimos con el productor, Ben Allen (cumplió el mismo rol en álbumes de artistas del calibre de Animal Collective y Gnarls Barkley). Me gusta la idea de suponer que nos convertimos en una especie de banda nueva. La composición de las letras se conectó de vuelta con ese deseo de hacer temas pegadizos. Como en los viejos tiempos”.
Smith describe a “The End Can Be as Good as Start” como una mezcla de pop alternativo y new wave que trata “sobre la fe, la solidaridad y el mantenimiento de las relaciones frente a los obstáculos estructurales de la sociedad”. Su single anterior, “Your Own Worst Enemy”, versa acerca de “esa horrible sensación en la que de repente te das cuenta de que cometiste un error habitual, y también sobre las mentiras que nos decimos a diario para evitar enfrentamientos o conflictos”. Al momento de develar la fuente de inspiración del resto de las 11 canciones que constituyen a este álbum, el líder de la banda dice: “Documentamos el mundo que nos rodea en cada etapa de nuestras vidas, mientras hacemos avanzar la música de forma sutil. Este disco continúa con esa misión”.
Hace tres álbumes atrás, cuando preparaban Risk to Exist (2017), el grupo incorporó en su cancionero sus preocupaciones por el mundo en que viven sus integrantes y que le dejarán a sus hijos. “No sé por qué, pero empecé a sentir la sensación de que los problemas aumentaban con el paso del tiempo. En el medio de eso, me convertí en padre y aparecieron preguntas existenciales como ‘¿Quiénes somos?’ ‘¿De dónde venimos?’, ¿Qué nos transmiten las emociones?’. Mientras veía a mi hija, pensaba: ‘Si ya sabemos que vamos a morir, por lo menos disfrutemos del día’. Vale la pena vivir, en tanto estemos acá. Me llama la atención que valoremos lo mismo de forma diferente. Hay cosas que te desvían del rumbo. Eso está presente en estas canciones, para las que intenté buscar las palabras adecuadas”.
Aunque este tipo de reflexiones se tornaron en una constante, el frontman asegura que en ningún momento tuvieron la intención de bajar línea. “Nos encantaría que la gente se hiciera preguntas como éstas, pero a partir de su propia manera de encarar la vida”, manifiesta Smith, cuyo grupo lo completan el guitarrista Duncan Lloyd y el baterista Tom English. “Siempre trato de encontrar las cosas buenas que todos queremos”. El disco, por ejemplo, critica los privilegios masculinos que existen aún hoy, el tema que da título alude a la conexión entre las personas. “Queremos que nuestros fans comprendan que estamos inquietos, al igual que todos ellos”, expedita el cantante. “Sin su apoyo y sin su devolución seguramente nada de lo que hicimos podría haber sucedido”.
Maxïmo Park, que debe su nombre a un parque de Miami erigido para homenajear a Máximo Gómez (prócer independentista de Cuba de origen dominicano), surgió en el alba de los 2000. Integró la avanzada de grupos anglosajones que le dieron una vuelta de tuerca al post punk, en tiempos de masividad de la música indie. Pero con el paso de los años su sonido evolucionó, al punto de que en su flamante álbum aborda una perspectiva más arriesgada del pop. “A medida que madurás, te volvés más cómodo. Siempre pensé al post punk como una de las ramas de nuestra música”, justifica el artista. “Más que pop, siento que hacemos una especie de rock alternativo en el que no nos prohibimos nada. Nos gusta la cantidad de tipos diferentes de música que hay. Intentamos abrir la cabeza del oyente”.
Una vez que se publique Stream of Life, el trío lo presentará en Londres los días 17 y 18 de octubre, a lo que le secundará la celebración de los 20 años de su celebrado álbum debut, A Certain Trigger,. Ese trabajo, lanzado en mayo de 2005, convirtió a Maxïmo Park en la revelación de ese año en la escena indie británica. “De esa época aún conservo el deseo de que la gente me escuche y la misma energía de hacer música con la que pueda conmover”, comparte Smith. “No compito contra el pasado. Es por eso que en nuestros shows incluimos canciones del primer disco, al igual que del segundo, del tercero y de las otras producciones. A eso siempre sumamos temas del material que hayamos sacado en ese momento. No nos gusta descuidar ninguno de los discos que hicimos”.
El grupo comenzó alineando como quinteto, de lo que pudo dar constancia en Buenos Aires, durante su performance en el festival Pepsi Music de 2009. Pero diez años más tarde sólo quedaron tres integrantes de la formación original. “A pesar de que nos esmeramos en evolucionar, la gente se empeña en recordar el pasado. Después comprendí que es tentador replicar esas cosas porque forma parte de la naturaleza humana”, cavila la voz líder de Maxïmo Park. “Por más que siempre es emocionante entrar a grabar en un estudio copado, con un productor groso, para luego recorrer el mundo, somos los mismos chicos de Newcastle a los que conocieron hace veinte años. Ni siquiera cuando subimos al escenario nos creemos divos. Confío en el poder de la música y de la creatividad. Por eso componemos canciones que se puedan comprender”.