El riesgo deportivo premió al conjunto ganador, más que nunca repartido en partes iguales entre equipo y piloto. El "Desafío de las Estrellas" del Turismo Carretera, en el circuito internacional San Juan - Villicum, significó el debut triunfal de Santiago Álvarez en la máxima categoría tanto como el primer halago de un Chevrolet Camaro. La renovación de coches tiene cada vez más usuarios con las nuevas marcas y desde la 9na cita del torneo son mayoría con 24 autos de nueva generación entre los 41 anotados a la carrera especial que incluyó cambio de neumáticos y recarga de combustible obligatorios. Justamente, el Canning Motorsport planteó una estrategia osada para el piloto de 25 años, que largó en la mitad del pelotón.

El juego particular de este evento, resistido entre los puristas, nace en que no hay sesión de clasificación que ordene las posiciones de partida según el mérito del más veloz primero. Por el contrario, la bolilla de un sorteo sentencia el puesto de largada para cada piloto, con una cosa segura: el mejor tercio del torneo se ordenó en las últimas posiciones y los que menos puntos tenían hasta la fecha, adelante. 

Álvarez debía largar 21° pero, con dos bajas por problemas mecánicos, salió desde el 19° lugar y extendió el momento de ir a boxes para cumplir con los dos requisitos de la carrera. Como la mayoría había decidido parar tan pronto como pudieron, en la vuelta 15 reemplazó los dos neumáticos derechos y se mantiene entre los líderes hasta que en el giro 24 fue por la recarga de combustible. 

En ese momento, un despiste obligó a neutralizar la carrera para el rescate del vehículo ubicado en zona peligrosa y todos los pilotos disminuyeron la velocidad; lo que dio al bonaerense el aire necesario para repostar y regresar a la pista sin perder la punta. Fue tan inesperado que la dirección de carrera confundió la posición de salida del auto de seguridad, que se colocó delante de quien venía segundo, el Toyota de Andrés Jakos; pero gracias a otra neutralización –por un incidente menor– se maquilló el yerro propio de una carrera atípica y difícil de entender, aún para las autoridades.

El triunfo llegó en la carrera N°26 de Álvarez (24ta como titular) / Prensa ACTC

Cumplido el Desafío de las Estrellas, se coronó al 224° ganador diferente en la historia del TC y el primero sobre un Chevrolet Camaro. El segundo puesto de Santiago Mangoni, que largó 30° con su Chevy, extendió la alegría del equipo (fusionado entre el antiguo JP y Las Toscas) mientras que el tercer lugar de Ricardo Risatti (Camaro) resultó el primer podio del LRD Performance y cerró un gran día para la marca del moño dorado. 

Con lágrimas imposibles de frenar, el joven ganador que ascendió a la máxima luego de ser subcampeón de TC Pista en 2022, contó que "desde los 10 años estoy en esto, el sueño era llegar y llegamos con sacrificio, con muchas cosas que no se ven". Si bien fue la primera carrera de este vehículo vistiendo la piel de Camaro sobre la estructura de seguridad, las chapas calzaron encima de los fierros del auto que descartó su compañero Diego Ciantini hace unas semanas y que alguna vez manejó el mismísimo Agustín Canapino, en 2022. Para Álvarez, es apenas el segundo auto que tiene desde que debutó como piloto titular en TC con Dodge, el año pasado.

Cambiar dos neumáticos y recargar combustible fue obligatorio en esta carrera / Prensa ACTC

Tiempo de definiciones

A una fecha de terminar la Etapa Regular del torneo, que determina a los 12 que irán por el título en la Copa de Oro, cinco protagonistas se aseguraron el pase. Ellos son José Manuel Urcera (Ford Mustang), que sostuvo la cima del campeonato; Mauricio Lambiris (Ford Mustang) su escolta; Julián Santero (Ford Mustang), Mariano Werner (Ford Mustang) y Diego Ciantini (Chevrolet Camaro). El resto se decidirá en la competencia del TC en Buenos Aires el 17 y 18 de agosto, donde se podría reeditar el duelo entre los referentes "Guillermo Ortelli Vs Omar Martínez" y regresará el cronograma tradicional con entrenamientos, clasificación, serie y final; priorizando el espectáculo deportivo por sobre el uso del azar como camuflaje del show.