L siente que por primera vez está tomando las riendas de su vida. Parece un lugar común pero no lo es. Para una mujer que vive en situación de violencia de género, tomar las riendas es ni más ni menos que salvarse. Lo que le permitió salir a flote fue conseguir un trabajo. Y a ese sostén económico también se le sumó el acompañamiento de personas especializadas en su problemática. Todo eso fue posible porque la asociación civil Enlaces Territoriales y la empresa Arredo se aliaron para desarrollar un programa de inclusión para víctimas de violencia. La experiencia es novedosa y cambia vidas. Por otro lado, la consultora de empleo Adecco lanzó la campaña “#TalentoSinEtiquetas”, que busca poner en valor el talento y fomentar la igualdad de oportunidades de diferentes grupos vulnerados por el mercado laboral: jóvenes de 18 a 24 años, personas con discapacidad, mayores de 45 años, mujeres en puestos no tradicionales y atletas. Historias de empresas que están tomando nota de la necesidad de promover la inclusión y quieren hacer algo con ello.
Hablamos de L porque hay un pedido expreso de no revelar su identidad y de ningún dato que permita ubicarla. En este momento trabaja en Arredo, está terminando el secundario y es una de las dos mujeres que forman parte del “Programa de Empoderamiento para las mujeres que transitan situaciones de vulnerabilidad y violencia, con foco en la inclusión laboral” impulsado por la empresa y Enlaces Territoriales, y al que se sumó la consultora Manpower.
El acuerdo consiste en que Arredo se compromete a dar trabajo de seis meses a un año a mujeres víctimas de violencia, Enlaces Territoriales acompaña el proceso de la mujer (seguimiento de la denuncia, participación en grupos de ayuda mutua, etc) y Manpower promueve su participación en los procesos de selección que se desarrollan en virtud de la demanda de sus empresas cliente, a las que alienta a tomar compromiso con el otorgamiento de oportunidades concretas de empleo.
“Son mujeres que llegan a Enlaces Territoriales. Las vamos evaluando y vemos quienes están en condiciones. Son mujeres que superaron la emergencia, la crisis más grave, sino no podrían estar en condiciones de superarlo. Enlaces también tiene un convenio con ellas. Tienen que estar asistiendo al grupo de ayuda mutual, asistir a actividades de empoderamiento y a sus terapias individuales, si es el caso”, cuenta Ester Mancera, directora operativa de Enlaces Territoriales.
Fernanda Manuel, gerente de Recursos Humanos de Arredo, explica el proceso en la empresa: “Tienen una entrevista en donde vemos las capacidades de cada una, sus habilidades y hasta donde podemos contenerlas. La exigencia de Arredo es que terminen el secundario, así que las dos mujeres lo están haciendo”.
La historia empezó en 2014 cuando Arredo formó parte del grupo de empresas “por la Igualdad” que promovió el Programa para el Desarrollo de Naciones Unidas de Argentina (PNUD). “En una de las reuniones Ester presentó su trabajo y me movilizó la temática. Había dado un taller de violencia de género para que las empresas pudieran detectar que esto estaba sucediendo. En Arredo aproximadamente el 60 por ciento de las empleadas son mujeres. Unas 600 personas. Si el dato de la ONU es que una de cada tres mujeres sufre, sufrió o sufrirá violencia, había algo para hablar”, relata Manuel.
El primer paso fue coordinar talleres dentro de la empresa en horario laboral y a elección de las mujeres. Hicieron tres entre 2015 y 2016. En el tercero, incluyeron la temática de nuevas masculinidades para que se sumaran los varones. “Con la sensibilización empezaron a aparecer mujeres a contarle a Fernanda que estaban transitando violencia”, cuenta Mancera.Y así comenzó todo.
“Este es un proyecto puente”, dice Mancera. Un puente que las devuelve al mundo.
“Como organización tenemos obligación de educar en vínculos, en lo social. Estos son los desafíos que decidimos afrontar desde Arredo. La clave es no ser estructurado, no podés determinar qué trabajo le das a cada persona sin conocerla”, dice Manuel. Esta es la única experiencia en la ciudad, comenta Mancera, con ganas de que se conozca para que se animen a replicarla otras empresas.
La propuesta de Adecco Argentina es distinta. En mayo lanzaron la campaña #Talentossinetiquetas en las redes sociales, que está llegando a su fin. La compañía seleccionó cinco grupos que son los que encuentran mayor dificultad al momento de insertarse en el mercado laboral: jóvenes de entre 18 y 24 años, las personas con discapacidad, las personas mayores de 45 años, mujeres en puestos laborales no tradicionales y los atletas. “Estos cinco grupos son los más relegados en el mundo laboral formal y creemos que podemos tener una acción directa. Para cada uno de los grupos tenemos investigaciones y los videos que son tres testimonios de personas reales. La idea es poder ver más allá de su género, su discapacidad y ver todo el potencial que tienen”, explica Victoria Veber, responsable de Sustentabilidad de Adecco Argentina.
Sus investigaciones les permitieron citar algunas cifras y problemáticas sobre estos grupos en Argentina:
- “La población más vulnerable con respecto al desempleo son los jóvenes, que llega al 24,6 por ciento. Aquellos más perjudicados son los que no terminaron la escuela secundaria y en particular las mujeres (30,33 por ciento de las mujeres jóvenes se encuentra desocupado)”.
- “El 75 por ciento de las personas con discapacidad no trabaja. Dentro de este porcentaje se estima que hay personas que, aun teniendo aptitudes para insertarse laboralmente, no se encuentran buscando trabajo debido a las dificultades y limitaciones que les presenta el mercado laboral”.
- “Hay aproximadamente 800.000 personas mayores de 45 años que no pueden volver al mercado laboral, ya sean profesionales o no. Asimismo, se estima que el 80 por ciento de las ofertas de empleo son para menores de 45”.
- “Estudios internacionales demuestran que la igualdad de género se correlaciona directamente con mejores resultados en los negocios. Sin embargo, además de las diversas dificultades que las mujeres atraviesan para ocupar los puestos jerárquicos más elevados, también se encuentran con barreras que relegan su acceso a ciertas áreas de trabajo como economía, obras públicas, defensa, ciencia y tecnología. Sin dudas esto se relaciona con trabas culturales que identifican a las mujeres con ciertas tareas –más relacionadas al trabajo doméstico y de cuidado– y manteniéndolas en la base de la pirámide económica al requerirles que “equilibren” el trabajo dentro y fuera del hogar”.
- “En relación a los atletas. En ocasiones, debido a su entrega completa en la búsqueda del triunfo deportivo, este grupo encuentra inconvenientes en su preparación profesional, llegando al término de su carrera deportiva con muy pocas posibilidades de conseguir trabajo”.
Dice Veber que la campaña está teniendo buena recepción entre consultoras y empresas.
Ahora se espera que sean “proactivas” también en cuanto a la inclusión.