El gobierno de Mauricio Macri continuará esta semana con el baile de los gobernadores, a la espera de tenerlos a todos sentados este jueves firmando el consenso fiscal, que implica la reducción de los impuestos provinciales y metas de recorte del déficit fiscal, lo que conllevará la reducción de sus plantas de empleados públicos. Hasta ahora, hay diferencias entre algunas provincias que se muestran más cercanas a firmar y otras que quisieran postergar el acuerdo. La línea dura de la Casa Rosada indica que la fecha límite es este jueves y que quienes no firmen quedarán expuestos a que se les aplique el garrote (se llegó a hablar de utilizar el pacto fiscal de 1993, de Domingo Cavallo). Como zanahoria, está la resolución del conflicto por el Fondo del Conurbano, que no implicaría drenar los recursos de las otras provincias. Habrá rosca toda la semana.
La reunión del jueves pasado concluyó sin la firma del acuerdo. Luego de que el presidente Mauricio Macri les expusiera a los 24 representantes de los distritos la propuesta de “consenso fiscal”, los mandatarios esperaron recibir los detalles y que los comenzaran a analizar sus equipos económicos. Hubo un dato no menor del encuentro: solo tres representantes provinciales (de Tierra del Fuego, Córdoba y San Luis) se animaron a comentar algo en el cónclave. No obstante, el clima en muchos de los gobernadores era de preocupación por las cuentas provinciales. Claro que la situación difiere según la provincia y el impacto que pueden tener los planes del gobierno nacional en cada caso.
Esta semana será de muchas horas de reunión y de discutir números. Para hoy y mañana están previstos los encuentros con los ministros de Hacienda provinciales para ajustar los proyectos a cada provincia. Si la cuestión avanza como esperan en el oficialismo, el miércoles habría reuniones preliminares con los gobernadores o sus representantes. Para estos encuentros, los gobernadores serán divididos por color político, en algunos casos, o por regiones, en otros. Los citarán de a dos o de a tres. El jueves sería la foto de Macri y la firma del consenso fiscal. Los tiempos, como dijo el jueves pasado el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, son perentorios. Hay una línea dura, que viene siendo avalada por el Presidente, para la que el jueves es la fecha límite e inamovible. En algunas administraciones provinciales, indican por lo bajo y con cautela que es dudoso que eso ocurra.
Hay diversos problemas concretos para llegar a un acuerdo sobre los recortes de ingresos brutos y sellos. Algunos gobernadores, como el salteño Juan Manuel Urtubey, ya tienen la lapicera en la mano, mientras que otros plantean serias dudas de que se pueda cumplir con los cronogramas de recortes que propuso Macri. Algunos distritos (como Chaco, Chubut, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, Misiones, Neuquén, Santa Cruz, Santa Fe y Tierra del Fuego) reclaman que primero la Anses complete la transferencia de fondos de las cajas jubilatorias. Otros, como La Rioja, exigen el punto de coparticipación que perdieron en 1988. La discusión, con demandas cruzadas, es endiablada. Los macristas confían poder cerrar el acuerdo con una mezcla de muñeca política y posibles sanciones para los que saquen los pies del plato.
Por lo pronto, ayer el presidente Macri les metió presión a los gobernadores con un texto publicado en un diario provincial: “Ordenar las cuentas públicas es fundamental, porque hoy se gasta más de lo que se recauda, en todos los niveles del Estado. Por eso tenemos que reducir la presión impositiva. El encuentro que tuvimos el jueves fue un muy buen primer paso”, indicó. “Sobre algunos aspectos estuvimos de acuerdo todos, porque sabemos que es necesario deshacernos de esos impuestos que hoy nos impiden crecer más rápido y crear más empleo. Otros temas generaron más debate y son una invitación a seguir trabajando juntos”, señaló el Presidente, quien reclamó “honestidad y rigor técnico”.
El viceministro del Interior, Sebastián García de Luca, aseguró que si se toma en cuenta la solución que encontraron al diferendo del Fondo del Conurbano (donde el Estado nacional hará una transferencia de 40 mil millones de pesos al gobierno de María Eugenia Vidal), “el acuerdo que estamos planteando tiene costo fiscal neutro para las provincias. Ninguna pierde”. “Están claros los tres ejes: ir hacia un esquema gradual de ordenamiento fiscal, la reducción de la presión fiscal y la discusión del fondo del conurbano”, destacó. El funcionario indicó que falta “afinar la letra chica y algunas cuestiones lógicas en una negociación”. Es lo que buscarán hacer esta semana en la cuenta regresiva hasta el jueves.