Dos encuestas recientes reflejan el impacto de las consecuencias de las políticas de ajuste económico sobre la imagen del presidente Javier Milei. De acuerdo al monitor mensual que realiza la consultora CB, de Cristian Buttie, la imagen del mandatario cayó bruscamente en 18 de los 24 distritos que componen el conurbano bonaernse.
De acuerdo a este reciente estudio, Milei sólo tiene diferencial positivo en los dos distritos más ricos de la zona norte. Este es de 5 puntos en Vicente López y de 11 en San Isidro. Pero hasta en San Isidro la tendencia es a la baja: pasó de 54,7 a 52,2 en el úlltimo mes.
Los únicos distritos en los que su imagen creció son, además del mencionado Vicente López, Tigre, Tres de Febrero, Pilar, San Fernando y Hurlingham. En todos los demás, donde ya tenía diferencial negativo, este se profundizó. La caída más abrupta se observa en Lomas de Zamora, donde perdió 4,8 puntos, de 40,6 a 35,8.
El estudio fue realizado sobre una muestra de 15 mil casos, respetando cuotas proporcionales de sexo, edad y nivel educativo, en la semana del 8 al 12 de julio, con método de recolección CAWI (computer assisted web interviewing) y un margen de error de 3 puntos.
El mismo estudio mide también mes a mes la imagen de cada intendente dentro de su propio distrito. El top five lo encabezan Jaime Méndez de San Miguel (67,8) y Diego Valenzuela de Tres de Febrero (67,3), seguidos por Leonardo Nardini de Malvinas Argentinas (67,1), Juan Andreotti de San Fernando (63,7) y Federico Achaval de Pilar (63,4).
El último, cerrando la tabla, con una importante caída de casi 6 puntos, es el sanisidrense Ramón Lanús, hombre de Patricia Bullrich, que pasó de 45,3 a 39,5.
Los datos aparecen justo cuando el gobierno pone en marcha su estrategia electoral bonaerense de cara a las legislativas del año próximo. La secretaria general de la presidencia, Karina Milei, se encuentra abocada a la construcción de espacios, candidatos y listas propias, para dejar de depender de los partidos que integraron la alianza que posibilitó la victoria de 2023.
En paralelo, la relación con el PRO, su principal socio legislativo, pasa por el peor momento. Mientras que en el partido amarillo se habla de acuerdos, el actual oficialismo pretende cooptar al partido fundado por Mauricio Macri, para llevarse sus votos sin darle lugares. Según Patricia Bullrich, la discusión está saldada porque “La Libertad Avanza ya absorbió al PRO”.
Siempre según CB, el gobernador bonaerense Axel Kicillof es uno de los tres mandatarios provinciales que más crecieron en la comparación intermensual contra junio pasado, junto al puntano Claudio Poggi y el cordobés Martín Llaryora. La imagen de Kicillof subió 2,5 puntos, de 40,3 a 42,8. La de Llaryora creció otro tanto, de 58,2 a 60,7. La de Poggi subió casi 5 puntos, de 46,1 a 50,8.
El fin de la paciencia
Según Zuban Córdoba, la gestión de Milei tiene 54 por ciento de reprobación y 44 de aprobación. Pero otro dato, de carácter prospectivo, parece más relevante, justo cuando el gobierno intenta ganar tiempo hasta conseguir algún dólar que disipe la tormenta, está vinculado a la paciencia y posibilidad de esperar la llegada del futuro venturoso.
Cerca de la mitad de los encuestados (46,2) por Zuban Córdoba dice haber llegado al límite y no poder esperar más para percibir mejoras económicas. Si a ellos se les suman los que pueden esperar como máximo seis meses más, llegan al 55 por ciento. El fin del crédito a la gestión libertaria coincidiría con diciembre, el mes históricamente más caliente para la política argentina desde hace más de dos décadas.
A la vez, hay otro 12,5 que se manifiesta dispuesto a esperar "entre 6 y 12 meses más". Sin salirse de ese rango, si su paciencia se agotara a los seis meses, los agotados por el modelo superarían los dos precios. Sólo un 31 por ciento esperaría más de un año, pero para las PASO faltan 14 meses.
Esta última pregunta se presenta también desagregada por voto en el balotaje. No causa sorpresa que el 82 por ciento de los votantes de Sergio Massa hayan llegado al límite de su paciencia.
Lo curioso es que ya hay un 14,3 por ciento de votantes de Milei en esa situación. Si a ellos se suman los que pueden esperan apenas un trimestre (3,4), un semestre (4) y los que no saben o no responde (1,3), el presidente habrá perdido un cuarto de sus apoyos para fin de año.
Pero, si a la vez se contabilizan los que podrían esperar de seis meses a un año más (18,9), Milei llegaría a las legislativas con una pérdida de 42 puntos de apoyo en su propio electorado respecto de 2023.