Néstor Soto, el único detenido por el femicidio de la influencer cordobesa Catalina Gutiérrez, será indagado el “jueves o viernes de esta semana”, confirmaron fuentes del caso a partir de la decisión del fiscal de la causa, José Alberto Mana, quien determinará, luego de esta etapa, que acusación recaerá sobre el imputado.
Aunque Mana estableció el secreto de sumario para la investigación sobre el crimen de la joven, existen algunos elementos que trascendieron y que podrían incriminar al sospechoso.
En primer lugar, los registros audiovisuales donde se observaría a Soto trasladando a Catalina ya sin vida para depositar su cuerpo en el Renault Clio, plantando la escena que encontraron los efectivos policiales en un descampado del barrio cordobés de Ampliación Kennedy, donde tuvo lugar el asesinato.
Además, las autoridades obtuvieron un segundo video captado por una cámara de seguridad donde se ve al mismo auto recorriendo la avenida Valparaíso. Las imágenes fueron tomadas a las 22.20, en el cruce con la calle José Guardado. Se cree que ese podría ser el recorrido entre la casa de Soto y el descampado donde el joven abandonó el cuerpo de Catalina.
De acuerdo a las pericias, la influencer arribó a la casa de Soto alrededor de las 21.30, una hora antes de la toma del video. Una de las hipótesis es que, luego de la discusión, él la haya golpeado brutalmente, ya que en los allanamientos realizados en su domicilio, los peritos hallaron un anillo de Catalina, que se estima perdió en el intendo de defenderse.
Otro material contundente son los chats de WhatsApp de ambos jóvenes, a los que la fiscalía pudo tener acceso pero de los que no se filtró su contenido.
“Acá debería estar Cata”
El caso de la joven dejó conmocionada al país y a la provincia de Córdoba, y especialmente, a la comunidad educativa de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (Faud) de la Universidad Nacional de Córdoba, donde estudiaban --y se conocieron-- Catalina y Soto.
Por su parte, las amigas de la influencer realizaron este lunes, dentro de un aula de la institución, un acto simbólico en su memoria: “Acá debería estar Cata”, rezaba el cartel que colgaron en la silla donde se sentaba, decorado con unas flores violetas --color asociado a la lucha contra los femicidios y la violencia de género--. En esa línea, además, repartieron al alumnado cintas violetas: “Parece un detalle simbólico, pero sumamente necesario”.
La emotiva imagen fue difundida por varios alumnos y por la propia hermana de la influencer que, a través de su cuenta de Instagram, expresó: “Justicia por vos Catu. Todos los días en mí”.
“Desde la primera semana de clases vamos a recordar a Cata y pedir justicia desde la facultad. El día de las entregas de Arquitectura y Diseño, vamos a poner en el panel, una cinta violeta de luto en memoria de Catalina y todas las víctimas de femicidio”, señalaron en una publicación.
El caso
Catalina fue vista por última vez la noche del miércoles 17 de julio. Le había dicho a su familia que se reuniría con amigos en el shopping Patio Olmos, por lo que le había pedido prestado el auto a su madre. Las horas pasaron y la joven nunca regresó a su casa.
Para dar con su paradero, la familia de Catalina activó el sistema de rastreo de su teléfono I-phone, que arrojó como localización un descampado a la altura de la calle Pedro Echagüe al 3900.
Una vez que sus padres denunciaron la desaparición, la fiscalía de turno comenzó con la búsqueda y fue así que la madrugada del jueves hallaron en un descampado el Renault Clio gris que manejaba la chica con su cuerpo adentro.
Los primeros resultados de las pericias realizadas revelaron que Catalina murió de asfixia a causa de estrangulamiento, aunque todavía no se pudo establecer si el agresor realizó esa acción con sus manos o si usó algún elemento. Y se comprobó que el cuerpo presentaba golpes y quemaduras, aunque se cree que estas últimas se habrían producido luego de su fallecimiento, cuando al agresor intentó incendiar el auto.