Simone Biles ganó este martes su primer oro en los Juegos Olímpicos París 2024 al liderar al equipo de Estados Unidos en la reconquista del título olímpico por equipos de gimnasia artística, en el cual brilló en una rutina musicalizada por una canción de Taylor Swift.
Sin duda, Biles decidió ir con toda la artillería pesada: cuando las primeras notas de "...Ready For It?" de la exitosa compositora sonaron en el estadio, no hubo nada que la pudiera detener.
Comenzó su rutina con la Biles II, la primera de las dos técnicas que llevan su nombre en el ejercicio. Precisamente, se trata de una combinación de un Yurchenko (unos saltos de entrada con redondeo) y un doble mortal carpado.
Tras otra difícil vuelta y una secuencia de danza, completó la Biles I (doble mortal extendido hacia atrás con medio giro) y se mostró firme en la secuencia final de acrobacias.
De esta manera, la joven de 27 años dió el primer paso para reconquistar el imperio olímpico que construyó en Río 2016, cuando el mundo descubrió lo que los gimnastas ya sabían desde hacía tiempo, que aquella deportista sonriente no era como los demás.
La reconquista de Biles en París vivirá otra importante batalla el jueves, cuando se dispute la final del concurso general individual, la prueba que corona a la gimnasta más completa.
Su triunfo durante el domingo
Ganadora de seis títulos mundiales en esta disciplina, y del oro olímpico en Río de Janeiro 2016, Biles lideró también la clasificación del domingo, por delante de la brasileña Rebeca Andrade, que este martes condujo a su equipo para conseguir un bronce histórico para la gimnasia brasileña.
Subcampeonas mundiales el año pasado, las sudamericanas fueron de menos a más en una final en la que acabaron protagonizando una fuerte remontada pasando por delante del equipo de Gran Bretaña.
La carrera de Simone Biles
Estrella de los Juegos de Río de Janeiro 2016, en los que ganó cuatro oros y un bronce, Biles llegó bajo una fuerte presión a Tokio, donde acabó padeciendo un bloqueo mental que mermó su participación.
Víctima de los "twisties", un fenómeno que provoca que los gimnastas pierdan el sentido de la orientación cuando están en el aire, Biles tuvo que renunciar a la mayoría de las pruebas.
En su documental, Simone Biles: Rising en Netflix, reveló el miedo que siente cada vez que realiza sus complejos saltos. “Te ponen en un pedestal, pero yo solo quiero ser humana”, confesó mostrando su vulnerabilidad y fuerza a la vez.
Finalmente, se fue de los Juegos de Tokio sin oros -con una plata por equipos y bronce en la viga de equilibrio-, pero fue una de las grandes protagonistas al atraer la atención global hacia los desafíos de salud mental que enfrentan los deportistas de élite.