El exalcalde de Medellín, Sergio Fajardo, brindó este martes una conferencia en el Teatro La Comedia con el fin de repensar la ciudad de Rosario en los próximos años. En su exposición repasó las claves de la transformación de la ciudad colombiana, que pasó de ser la ciudad más violenta del planeta, con 375 homicidios cada 100 mil habitantes a principio de los noventa, a una ciudad modelo de Latinoamérica. “La desigualdad, la violencia y la corrupción tienen una sola raíz. Y para resolver esos problemas se deben trabajar simultáneamente”, sostuvo el dirigente y agregó: “Cuando el miedo permanece y se transforma en una condición de sociedad en la que estamos viviendo, se destruye el tejido social”. Este miércoles por la mañana, el académico recorrerá las obras de urbanización en Villa Banana junto con el intendente Pablo Javkin y otros funcionarios municipales.

Sergio Fajardo es docente y especialista en matemática. Pero es conocido en toda la región por su otra faceta: la de político. Fue el alcalde de Medellín entre 2004 y 2007, liderando el proceso de transformación de la localidad colombiana, jaqueada durante la década del noventa por una profunda crisis institucional, social y política, producto del narcotráfico. Como representante del movimiento Compromiso Ciudadano impulsó una serie de mejoras en educación infraestructura y seguridad, bajo un enfoque innovador y sostenible. Luego, entre 2012 y 2015 se desempeñó como gobernador de Antioquia.

Con esos pergaminos, Fajardo fue invitado a la ciudad por la Fundación Rosario y los gobiernos municipal y provincial, donde cumplirá con una agenda cargada de actividades. Además de una serie de reuniones y recorridas junto con los equipos de gestión local y provincial, tiene previstas reuniones con integrantes de la Mesa Interreligiosa y diversas organizaciones sociales y civiles. Ayer fue declarado visitante distinguido de la ciudad por el Concejo de Rosario y este miércoles también será reconocido por la Universidad Nacional de Rosario, en el Espacio Cultural Universitario (ECU).

Su arribo a la ciudad tuvo como primera actividad este martes una “conferencia magistral” dirigida a organizaciones sociales, representantes de instituciones y entidades de la sociedad civil. Del encuentro participaron representantes del gobierno provincial, como la vicegobernadora, Gisela Scaglia; y el secretario general de gobierno, Juan Cruz Cándido; y figuras del gobierno local, como la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck; y el secretario de Desarrollo Humano y Hábitat, Nicolás Gianelloni.

Previo a su exposición, Fajardo habló brevemente con la prensa. Se mostró optimista con la situación que atraviesa la ciudad. “Rosario ha tenido un poco el espíritu bajo y la preocupación de la asociación con violencia. Pero de lo que veo y lo que entiendo, están todas las posibilidades a la mano”, aseguró. 

Luego, ya como parte de su presentación, el dirigente colombiano contextualizó la situación en la que se encontraba Medellín en la década del ochenta, sumergida en un contexto económico complejo, con una gran cantidad de jóvenes “que no tenían futuro”, lo que desembocó en una profunda crisis social y de violencia. “Hasta el 2000 son 20 años de violencia, donde muchas personas murieron”, explicó el docente. “A partir de ahí apareció Compromiso Ciudadano y lo primero que hemos hecho fue conectar personas y comunidades. Con eso empoderamos a la población y siempre siendo transparentes, porque esa es la forma de luchar contra la corrupción”, detalló.

Ante ese escenario, el dirigente colombiano explicó que una vez en el gobierno debió enfrentar tres problemas: la desigualdad, la violencia y la corrupción. “Pensemos que son tres malezas. Llevamos muchos años con raíces que van creciendo para abajo y después de un tiempo ya es difícil identificar cuál pertenece a cada una. La desigualdad, la violencia y la corrupción tienen una sola raíz. Y para resolver esos problemas se deben trabajar simultáneamente”, sostuvo.

Asimismo, consideró que cada uno de esos problemas representa una serie de “emociones asociadas” que son negativas. “El poder de los violentos es el miedo y eso es lo que ustedes están viviendo hoy que pasa en la ciudad, cuando Ángel Di María dice que no viene por estar amenazado. Y cuando el miedo permanece y se transforma en una condición de sociedad en la que estamos viviendo, se destruye el tejido social”, explicó. 

En un pasaje de la charla, Fajardo también recordó los números que posicionaron a Medellín como “la ciudad más violenta del planeta”. En 1991, la localidad colombiana llegó a tener 375 homicidios cada 100 mil habitantes. “Son unos 6.700 homicidios en un año y en 20 años tuvimos cerca de 66.000 homicidios”, remarcó. Luego de diversas intervenciones en materia de infraestructura y urbanismo, acompañadas con estrategias sociales y de integración, la ciudad fue bajando su número. Hoy la tasa es de apenas 13 asesinatos violentos cada 100 mil habitantes.

Para el exalcalde, eso no se logra sin un equipo de trabajo honesto, un plan de desarrollo que debe ser claro y una serie de proyectos estratégicos pensados en una misma línea. “Son los principios básicos que permiten las transformaciones, que pueden hacerse en cualquier lugar”, sostuvo. “En un gobierno todos tienen que participar y aportar. Cualquier funcionario de la administración tendría que ser capaz de explicar qué hace la administración en cada uno de los lugares. Acá el gobierno provincial y municipal tiene cada uno sus equipos y tienen que trabajar juntos. Es dificilísimo hacerlo. Tienen la suerte que alcalde y gobernador se entienden. Y para eso se necesita un liderazgo muy importante”, se explayó.

 

Por último, Fajardo sostuvo que las intervenciones urbanas y sociales implementadas en Medellín sirvieron para “cambiarle la piel” a una ciudad que venía jaqueada por la violencia. “En Medellín alguien siempre había visto un cadáver en algún lugar. Y decidimos construir espacios bajo un criterio de que sean los más bellos para los más humildes”, explicó y agregó: “Eso acompañado de programas de prevención de la violencia. Donde sea que estuviésemos interviniendo había educación, entendida como ciencia, tecnología, innovación, emprendimiento y cultura. Todo eso para transformar los espacios y el desarrollo de la comunidad”.