Justo en el momento en que legisladores de Unión por la Patria, del radicalismo que sigue a Facundo Manes y de Unión, Renovación y Fe volaban hacia Bahía Blanca, directivos de YPF hicieron trascender que la planta de Gas Natural Licuado no se instalará allí sino en la ciudad rionegrina de Punta Colorada.
Sin comunicación oficial, el dato trascendió desde fuentes de la petrolera estatal sin un respaldo, al menos público, de la multinacional Petronas, socia del proyecto que contempla una inversión superior a los 30 mil millones de dólares que podría convertirse en la más grande de la historia para la República Argentina. Tampoco es público el posicionamiento de la consultora internacional Arthur Little, contratada para auditar el proceso de selección que mantiene en pugna los intereses bahienses con los rionegrinos.
La instalación de la planta de GNL en Bahía Blanca fue oficializada y se firmó el 1 de septiembre de 2022, pero la presión política del Presidente terminó empujando al directorio de la petrolera estatal para definir su traslado a Punta Colorada, en el distrito donde gobierna Alberto Weretilneck, el primer gobernador en adherir al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) que todavía no está vigente porque nunca fue reglamentado.
Precisamente ese régimen fue el principal argumento que utilizaron los referentes alineados con Milei para objetar la puesta en marcha de la planta en Bahía Blanca. Hasta ayer, un amplio abanico opositor venía insistiendo para que Axel Kicillof “adhiera” a la norma nacional, pero el gobernador jugó su propia carta y redobló la apuesta al anunciar un RIGI de producción propia.
A pesar de los cuestionamientos, la iniciativa no estuvo motorizada por un capricho, y la explicación la dio el propio Carlos Bianco, ministro de Gobierno provincial y principal ladero de Kicillof. Según aseguró el fin de semana, el RIGI nacional ya está vigente por lo que la discusión alrededor del régimen mileísta “está saldada” luego de la sanción de la ley: está aprobado y cuando se reglamente entrará en vigencia en todo el territorio nacional, incluso en Buenos Aires.
En ese marco, el RIGI bonaerense viene a complementarlo para articular, desde la perspectiva de la Gobernación, una plataforma legal que cuide los intereses de Buenos Aires. Sin embargo, la presión de los ex Juntos por el Cambio apuntó contra Kicillof, tildó al encuentro que estaba proyectado para este miércoles en Bahía Blanca como una “manipulación” y pidió que el gobernador mande su proyecto de RIGI, de manera “urgente”, a la Legislatura.
Las primeras repercusiones
Ni Kicillof, ni Weretilneck se habían pronunciado públicamente al cierre de esta edición. El bonaerense convocó a una conferencia de prensa para la primera hora en el Salón Dorado de la gobernación mientras el rionegrino mantenía como última declaración en sus redes sociales un agradecimiento al santacruceño Claudio Vidal, que había apoyado la instalación de la planta en Punta Colorada.
"La historia nos enseñó que las decisiones deben ser tomadas en beneficio de todos, y esta es una oportunidad enorme para que por fin la Patagonia lidere un proyecto que traerá prosperidad y progreso para nuestros pueblos", había escrito Weretilneck horas antes de conocerse la información de los directivos de YPF.
Apenas aterrizaron en Bahía Blanca, los legisladores provinciales que habían decidido aceptar la invitación del oficialismo bonaerense para viajar a la ciudad como muestra de respaldo al proyecto, se chocaron con la información que se había echado a rodar cuando ellos estaban en vuelo.
Inmediatamente, el bloque que integran radicales y referentes del GEN emitieron un comunicado en el que aseguran que “lamentan profundamente la decisión del presidente Milei de no generar la inversión en la provincia de Buenos Aires, afectando directamente a miles de bonaerenses”. “Su disputa personal con el gobernador Kicillof no debería costarle a Buenos Aires una oportunidad crucial de desarrollo económico”, agregaron.
Con los tapones de punta contra el Presidente, consideraron que el traslado del proyecto a Río Negro es “una clara muestra de cómo las decisiones basadas en rencillas personales pueden privar a nuestra provincia de inversiones millonarias que podrían haber generado empleo y crecimiento en Bahía Blanca”. “Milei ha demostrado una falta de liderazgo al priorizar su disputa con el gobernador por encima del bienestar de los ciudadanos de Buenos Aires”, siguieron y, en línea con el discurso que suele utilizar Manes, agregaron: “Necesitamos un liderazgo que trabaje por el desarrollo de todos los argentinos, sin distinciones ni revanchas políticas”.
Por esa razón, el grupo de dirigentes que se reconoce como oposición al gobierno nacional y provincial, agregó que “es inadmisible que el presidente utilice su posición para castigar a una provincia entera por cuestiones políticas personales”. “Bahía Blanca tiene un potencial enorme y esta decisión injusta deja a muchos bonaerenses sin las oportunidades que merecen”, cerraron.
Del otro lado del radicalismo, Maximiliano Abad, eligió pegarle a Kicillof y afirmó que "los caprichos ideológicos del gobernador dejaron a la Provincia sin la planta de GNL de YPF-Petronas". "Pasó más de un mes desde la aprobación definitiva de la Ley Bases. En ese tiempo, Río Negro adhirió al RIGI e hizo todos les esfuerzos para posicionarse como una alternativa válida. ¿Qué hizo la PBA? Todo lo contrario: no defendió a Bahía Blanca ni el futuro de los bonaerenses", espetó el titular del Comité provincial, más proclive a acompañar los proyectos del oficialismo desde el Senado de la Nación.
En esa línea también se pronunció el PRO, cuyo titular de bloque en Cámara de Diputados de la Provincia, Agustín Forchieri, aseguró que "mientras que otras provincias trabajaban para atraer inversiones, el gobernador Kicillof se dedicó a pelear con el Gobierno Nacional y hoy nuestra Provincia paga las consecuencias, perdiendo una oportunidad crucial para su desarrollo".
“Kicillof perdió tiempo y ahora la Provincia está al borde de quedarse afuera de una oportunidad histórica”, agregó, dejando abierta la posibilidad de que el tema no esté del todo terminado.
Como era de esperarse, Nahuel Sotelo, de La Libertad Avanza, salió al cruce del gobernador y lo acusó de "jugar a su candidatura y por culpa de su pésima gestión Buenos Aires se pierde la inversión más grande de la historia".
Los argumentos bonaerenses
Más allá de las criticas opositoras, ninguno de los referentes opuestos al kicillofismo se atrevió a cuestionar que la planta de GNL debería instalarse en el puerto provincial.
Con todo, y a pesar de que las informaciones parecen indicar el destino final en un puerto demasiado alejado, en la Provincia no dan por cerrada la discusión y siguen defendiendo las condiciones técnicas bahienses que justificarían la instalación de la planta en territorio bonaerense:
- Se destaca por la conectividad terrestre desarrollada y la conexión ferroviaria que existe desde el puerto.
- El puerto, por sus características, permite navegar todos los días del año, ya que condiciones marítimas como el bajo oleaje facilitan la navegación cotidiana. En comparación, opera en promedio un 22% más de días anualmente de lo que operaría Punta Colorada. Las aguas son más cálidas que en Punta Colorada, lo cual facilita el proceso de licuefacción.
- Es un puerto que tiene 30 años, opera más de mil buques por año, mueve 30 millones de toneladas anuales, con todos los servicios necesarios. Está listo para exportar.
- Bahía Blanca cuenta con el quinto polo petroquímico de Sudamérica, lo que genera que su sinergia industrial ya esté consolidada: tiene empresas especializadas en la materia y una red de proveedores de insumos y servicios desarrollados.
- Posee mano de obra local especializada y centros de formación universitaria con carreras específicas en la temática vinculada al proyecto.
- Tanto el puerto como la región de Bahía Blanca tienen la capacidad energética para abastecer este proyecto.