Imprenteros - 7 puntos
Argentina, 2024
Dirección: Lorena Vega y Gonzalo Zapico
Guion: Lorena Vega
Duración: 72 minutos
Intérpretes: Lorena Vega, Sergio Vega, Federico Vega, Eugenia Díaz, Dante Zapico, Gabriela Halac, Carla Ciarapica.
Estreno en Sala Lugones, Av. Corrientes 1530, y Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415.
Exponente de un formato con mucha tradición en el cine argentino reciente, Imprenteros ofrece uno de esos relatos que se nutren de la biografía familiar de sus directores para construir un retrato cinematográfico. Cine del yo -que en este caso implica un “nosotros”, el que reúne a los hermanos Lorena, Sergio y Federico Vega- este documental busca reconstruir una historia familiar desde el presente, apelando no solo a la memoria sino a algunos de sus reservorios más modernos, como la fotografía o el video. De esa clase de archivos se sirven los Vega para tratar de explicar e incluso abrazar la esquiva figura de Alfredo, su padre, a través del cine, pero también del teatro y la palabra escrita (e impresa).
El verbo "imprimir" y sus derivaciones son fundamentales en la trama que los Vega van urdiendo, aunque es la hermana mayor quien lleva la voz narradora (además de haber escrito el guion y de dirigir la película junto a Gonzalo Zapico, su marido). En primer lugar porque ese es el oficio paterno, legado que Alfredo, dueño hasta su muerte de una imprenta en Lomas del Mirador, transmitió a sus hijos, quienes lo abrazaron de diferentes maneras. Sergio, el menor, de forma activa, convirtiéndose él también en trabajador gráfico. Federico, el del medio, utilizando sus conocimientos aprehendidos en el taller de su padre para sobrevivir en sus primeros años de un paso por España, antes de volver y convertirse en contador.
El caso de Lorena es distinto: la tarea que ella se impuso es la de imprimir el pasado a través del cine y el teatro, para contar en primera persona del plural su propia versión de la saga familiar. Formada en la actuación y la danza, para ella el oficio gráfico y la vieja imprenta paterna permanecen como un avatar de su infancia, únicos elementos que le permiten sostener el vínculo con un padre ausente e incluso cruel. Para darle forma a la película Lorena tomó como plataforma una obra de teatro homónima en la que también participan sus hermanos, primer paso en esta búsqueda del padre. La versión teatral de Imprenteros acumula más de 500 funciones, una obra de culto dentro del off porteño.
Lejos de querer construir desde la tragedia, los Vega abrazan el humor como camino para ir y volver de ese pasado que como niños no pudieron terminar de entender. La escena que abre la película, tomada directamente de la dramaturgia, es una muestra cabal de esa decisión. Pero película y obra teatral son apenas dos vértices del trípode que sostiene el empeño de estos hermanos por cerrarle paso a un padre que, aún después de muerto, sigue en permanente fuga. La tercera pata es la creación de un libro con el que, por impulso de Sergio, los Vega intentarán perpetuar aquello que en el teatro, como en la realidad, tiene una existencia efímera. De esta forma, como si se tratara de espejos enfrentados, Imprenteros tiende al infinito.
Imprenteros es entonces un documental que registra el proceso de creación de un libro que busca replicar una obra de teatro basada en la figura de un padre muerto, a quien los une una relación ambivalente de amor-odio (aunque la existencia misma de la obra teatral, del libro y de esta película representa un claro triunfo de uno sobre otro). Divertida, dinámica y emotiva, la película no solo pone de manifiesto el poder de los vínculos (“¿Qué es una familia?”, se pregunta Lorena al comienzo del documental), sino el del cine para hacer posible lo imposible, de trascender el tiempo y de hacer que los muertos vuelvan a la vida, convertidos en inmortales. Nacida y filmada durante la pandemia, Imprenteros también da cuenta del carácter positivo que dicha tragedia social tuvo para quienes, como los hermanos Vega, supieron encontrar en ella una oportunidad.