Voy al archivo. Busco la primera tapa de Rosario/12. Año 1. Número 1. Viernes 28 de setiembre de 1990. Precio del ejemplar: 3000 australes (¡!) En tapa resalta un número, el 8, y un título: “Imágenes del naufragio” por Rafael Ielpi.

La primera contratapa de este diario la escribió él, el Negro Ielpi, como todo el mundo lo llamaba. Durante mucho tiempo, la última página del diario, fue su refugio.

Y como el otro Negro (Fontanarrosa), acompañó desde el primer número la continuidad y el crecimiento de Rosario/12.

Un día me llamó por teléfono.

-Hola Nene, tengo algo para ustedes. Pero tenés que venir a buscarlo a mi departamento –me dijo.

Fui hasta el fantástico edificio del Palacio Fuentes donde vivía, intrigado por el regalo a recibir.

Cuando toqué el timbre de la puerta del departamento, me abrió Dorita, su querida mujer. “Hola, te estábamos esperando”, se alegró. Y allí estaba el Negro con el regalo: la colección en papel de Rosario/12 de 1990-1995, encuadernada, y detrás suyo una de las cuatro bibliotecas que atesoran sus cinco mil libros.

-Esto les pertenece a ustedes -explicó.

Semejante donación ahora descansa en mi oficina de la redacción de Rosario/12.

Y cada vez que la mire, estaré mirando, siempre, al Negro Ielpi.

“Yo creí que iba a ser inmortal”, ironizó en una entrevista pubicada por la revista Barullo, cuando a los 80 años repasaba su vida entera. “Tengo la suerte que la gente me recuerda más por la cultura que por la política”, enfatizó. Así será, siempre.