Un informe de la Fundación Igualar señala que en el espacio público de Rosario hay más de 2,5 hectáreas de residuos repartidas en 270 microbasurales. El 66,6 por ciento está dentro o en las inmediaciones de un barrio popular, y más de la mitad se concentra en el Distrito Oeste. El estudio utiliza como fuente principal a todos los expedientes ingresados al Concejo Municipal de Rosario, entre enero de 2023 y marzo de 2024. Con esos datos, se realizó un mapeo que luego se validó con la comprobación in situ de los microbasurales.
La suma de todos los microbasurales de Rosario abarca una superficie de 25.343 m2, lo que equivale aproximadamente a tres canchas de fútbol profesional. En promedio cada microbasural mide 93 m2, pero hay algunos (el 7,4 por ciento del total) que pasan los 250 m2.
En cuanto a la ubicación, el 43,3 por ciento de los sitios está dentro del polígono de un barrio popular, y el 23,3 en sus inmediaciones. Si se tiene en cuenta que en Rosario hay 119 barrios populares, esto significa que prácticamente todos ellos sufren esta problemática.
La distribución zonal, en cambio, es desigual. El 52,9 por ciento de los microbasurales se encuentran en la zona oeste. Le siguen zona sudoeste, con el 14,4%; zona sur, con el 12,6. En el noroeste y el norte se reúnen el 10,7 y el 9,2% respectivamente. En el centro no se detectó ninguno.
En el 71,8 por ciento de los casos relevados no se registran contenedores en las cercanías del microbasural, mientras que el 22,2 de los sitios presentan rasgos de incineración.
Se entiende por microbasural a aquellos sitios de disposición de residuos que poseen un volumen de entre 15 y 500 metros cuadrados. Suelen ubicarse en zonas urbanas, aledaños a viviendas, sobre calles, veredas o terrenos vacantes, y su aparición “se encuentra íntimamente relacionada con el nulo o deficiente sistema de recolección de residuos a escala municipal”, remarca el informe.
En la presentación de este trabajo el concejal peronista Mariano Romero criticó a la actual administración municipal como “una gestión que no da respuesta ni siquiera a los servicios básicos”. “La falta de un plan de gobierno serio por parte del intendente ha degradado la calidad de vida de los rosarinos y rosarinas”, agregó.
El concejal justicialista aseguró que “esta es una demanda constante de los vecinos, no sólo porque los residuos amontonados permiten la proliferación de enfermedades y plagas, si no porque la basura obstruye los desagües pluviales, que tampoco reciben un mantenimiento adecuado, y ante cualquier lluvia, por mínima que sea, se anegan las calles de los barrios de la ciudad”.
Romero remarcó que es “un colmo” que “las pocas veces que el Ejecutivo actúe en la materia, empeore la situación”, y explicó: “Se utilizan retroexcavadoras sin ningún tipo de cuidado, y se rompen los cables que pasan por arriba y los caños que pasan por debajo del microbasural, que nunca termina de erradicarse porque no se modifica la forma de recolección ni se concientiza a los vecinos”.
“Donde había un problema –ironizó–, gracias a la Municipalidad de repente hay tres”. Y añadió: “Necesitamos una planificación integral del manejo de los residuos, que incluya la recuperación de los materiales que puedan ser reutilizados. Lo que representa un alto costo en el entierro de la basura para el municipio podría significar trabajo para los recicladores, un impacto ambiental positivo, mejores condiciones de vida para los vecinos e ingresos para el municipio por potenciar procesos de economía circular”.