Todavía resuena el amargo presagio del ministro de Economía, Luis Caputo, a la población: “en breve van a tener que vender dólares para pagar impuestos”, rompiendo los corazones y los bolsillos de los que habían elegido creer en la dolarización libertaria.

El ministro no se imaginó que ese karma le iba a caber al BCRA, que en las dos semanas siguientes tuvo que malvender todos los dólares que había juntado en los últimos seis meses. En su mayoría fueron pagos al FMI y otros organismos por 3810 millones de dólares. El resto fue para sostener el precio de los múltiples tipos de cambio gracias a intervenciones del Banco Central, que lejos de cerrar, como prometía Milei en campaña, publicó una hoja de ruta.

La creciente demanda por los dólares y la oferta aletargada por la caída de los precios de la soja más la devaluación esperada por parte de los exportadores, desató una breve corrida en los dólares financieros que llevó al gobierno a intervenir para contener las cotizaciones. De allí el aliento de Milei al rulo del MEP con el blue, para que bajen ambos. Ello invirtió de cuajo la frase de Caputo. Ya no es vender dólares ahorrados, sino comprar para revender en el mercado negro. Por tanto, tampoco es para pagar impuestos, sino para dejar de pagarlos.

Por su parte, el presidente viajó a la Argentina para visitar la Rural y decirles a los representantes de ese sector que por ahora no hay devaluación, ni quita de cepo ni de retenciones. No hubo silbidos. Se ve que tienen el lomo bien curtido para aguantar el rebenque que blandió el presidente.

En cambio, a los bolseros no se los arregla tomando unos matecitos en una pista de doma. A cada uno se lo atiende en el entorno donde se siente a gusto. Caputo reunió a las sociedades de bolsa en una mesa para decirles que no se preocupen, que el año que viene van a poder cobrar los dólares que les debe el Tesoro.

Manifestó que consiguieron un REPO por parte de bancos del exterior y que de todos modos las reservas van a repuntar en este tercer trimestre, posiblemente por ausencia de reactivación. Después de vender un futuro de plétora de dólares, vino el mangazo: les pidió dólares. En concreto, pidió que promuevan entre sus clientes que se metan en el blanqueo con dólares, para el cual no necesitan invertir ni tendrán penalización alguna, solo quedar en un corralito, hasta diciembre de 2025.

Mucho acompañamiento pero el poncho no aparece. El BCRA terminó julio dando 167 millones de dólares por el pago del Bopreal, y arrancó el 1 de agosto entregando 779 millones de dólares por intereses al FMI, quedando las reservas al borde de perforar los 26 mil millones de dólares.

En el medio, el BCRA empeñó olímpicamente el oro que se lo quedó Inglaterra, plaza hostil donde la propiedad privada no es respetada, como cuenta el largo historial de inmovilizaciones o confiscaciones a activos de estados soberanos por decisiones políticas. Ya se robaron el oro de Buenos Aires en 1806, dos islas, y bloquearon a Perón las libras esterlinas de los saldos favorables del comercio. El plan emisión cero también viene con cero dólares, curiosa convertibilidad.