En un insólito rapto de amabilidad, el presidente Javier Milei le agradeció al gobierno de Brasil la gestión diplomática que hizo para custodiar al personal argentino y los refugiados venezolanos que estaban alojados en la Embajada argentina en Caracas.
“Agradezco enormemente la disposición de Brasil a hacerse cargo de la custodia de la Embajada argentina en Venezuela”, escribió el mandatario en sus redes sociales, luego de salvoconducto que el Palacio Planalto posibilitó para mantener la integridad del personal al que Nicolás Maduro intimó a abandonar el país.
La decisión de Lula no es poca cosa. Aceptó el pedido de la Casa Rosada para representar sus intereses en Venezuela y proteger a los colaboradores de la ultraderechista Corina Machado que el gobierno de Milei dio asilo desde el 20 de marzo último.
Es la primera vez que Milei se refiere en buenos términos al gobierno de Luiz Inacio Lula Da Silva, desde que este le exigió un pedido de disculpas por las descalificaciones que le dedicó a él y al Brasil por cuestiones ideológicas.
A la vez, es la segunda oportunidad en que Brasil tiende un puente de acercamiento a la Argentina, a pesar de las provocaciones de Milei. La primera había sido en abril pasado, cuando la administración de Lula posibilitó un acuerdo urgente para evitar un faltante de gas en la Argentina.
De todas maneras, el presidente Milei nunca pidió las disculpas solicitadas por Lula ni devolvió motu proprio un gesto de amistad. Sólo la variable Venezuela y el resguardo de los opositores al gobierno bolivariano le movilizaron la gratitud.
“Los lazos de amistad que unen a la Argentina con Brasil son muy fuertes e históricos”, escribió el mandatario argentino a través de un breve texto en el que aprovecho para fustigar al presidente venezolano.
El personal diplomático argentino “tuvo que abandonar Venezuela como represalia del dictador Maduro por la condena que hicimos del fraude que perpetraron el domingo último”, acusó. “No tengo dudas que pronto reabriremos nuestra Embajada en una Venezuela libre y democrática.”
Lo notable es que en horas de la madrugada, antes de agradecer a Brasil, había lanzado un tiro por elevación contra Lula: lo calificó de “imbéciles” a él, al colombiano Gustavo Petro y al mexicano Manuel López Obrador por no condenar abiertamente a Maduro. “Esos imbéciles son cómplices”, aludió.
"La progresía estúpida ‘bienpensante’ con su amor por la tibieza centrista te acusará de fascista ya que son tan brutos e incapaces que cuando trazás la línea divisoria no diferencian si la línea es artificial (fascismo) o real/conceptual (valores)", aseguró el jefe de Estado.
El comunicado de la Cancillería argentina
Por su parte, la Cancillería argentina también agradeció “la generosidad del gobierno brasileño” que aceptó el requerimiento de proteger al personal diplomático y asilado en Caracas.
“La República Federativa del Brasil se hará cargo de la custodia de los locales de la misión argentina en Caracas, incluyendo la Embajada y la Residencia Oficial, sus bienes y archivos, así como también, la protección de sus intereses y los intereses de los nacionales argentinos en territorio venezolano”, precisó a través de una nota.
Luego informó que “los funcionarios diplomáticos, consulares y agregados de defensa argentinos que prestaban funciones en la Embajada argentina en Caracas abandonarán el país como consecuencia de la intimación del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela efectuada el 29 de julio pasado”.
El ministerio encabezado por Diana Mondino destacó que la asistencia del gobierno de Lula “se enmarca en los históricos vínculos de amistad” entre Argentina y Brasil.