Trabajadores de las universidades públicas de todo el país advirtieron que el segundo cuatrimestre está en riesgo debido a que, por el ajuste en el presupuesto, los salarios perdieron casi un 50% del poder adquisitivo. Además, hay preocupación por la sostenibilidad de las casas de altos estudios. 

Sebastián Mario Civallero, secretario de Ciencia y Técnica de la UBA, aseguró en declaraciones a la 750 que “lo que se plantea ahora es que muchas universidades dudan si van a poder iniciar este segundo cuatrimestre”.

Civallero explicó que el primer cuatrimestre, cuando se declaró la emergencia presupuestaria, el Gobierno anunció que iba a haber un aumento en los gastos de funcionamiento.

Esto, tímidamente, se resolvió. Pero igualmente se mantuvo las conversaciones el equipo de Sandra Pettovello por el tema de los fondos. Sobre todo por lo que tiene que ver con los reclamos salariales, donde está la mayor parte del presupuesto.

“Los gremios docentes y no docentes son quienes llevaban el diálogo. Diciendo 'diálogo' estoy faltando a la verdad. Son ellos marcando el problema y no habiendo una contraoferta”, explicó.

Para Civallero, es clave aclarar que se habla del personal administrativo, docentes, investigadores, funcionarios. "Afecta a todos los trabajadores”, resumió. Por esto es que, a esta altura, no saben si podrán abrir o no las puertas.

Los recortes de Milei a la ciencia

Por su lado, la investigadora del Conicet y delegada de ATE en el Consejo de Investigaciones, Nuria Giniger, expresó su preocupación, también por la 750, al señalar que el Gobierno está haciendo todo lo posible para “achicar a la mínima posible” el instituto de ciencia. Los trabajadores se movilizaron ayer para denunciar los despidos encubiertos.

No tiene la potestad de disolverlo, pero sí de achicarlo a la mínima expresión”, explicó en medio de reclamos en todo el país por la desafección de 250 investigadores que esperaban su beca postdoctoral“Dejarlos afuera quiere decir en un mercado laboral totalmente restringido. Y la posibilidad en este momento es irse al exterior. Es una expulsión explícita”, añadió, adelantando lo que se traduce en una fuga de cerebros.

“Este Gobierno no tiene ninguna intención de planificación. Es dejar a merced de lo que el mercado haga. Esto implica la producción científica. Estamos con una restricción presupuestaria altísima. Y esa casi al mejor postor”, sostuvo. Y finalizó: “¿Quién quiere invertir en ciencia? Las empresas argentinas no invierten en ciencia. El desarrollo concreto, con vacunas, satélites, cosas extraordinarias, la hicimos gracias a la inversión pública”.