La Fiscalía imputó este jueves a la mujer que le entregó el arma al menor que asesinó al playero Bruno Bussanich y al sicario que mató al colectivero Marcos Daloia, ambos hechos ocurridos en marzo de 2023 en el marco de una seguidilla de crímenes al azar que también se llevó la vida de dos taxistas, un plan perpetrado desde la cárcel como respuesta a ciertas restricciones que el gobierno de Maximiliano Pullaro le impuso a los presos de alto perfil.

Por un lado, se acusó a Joana G. de 37 años, de ser coatuora del homicidio del playero. “Es quien le lleva al autor material del hecho la nota y el arma de fuego utilizada, y es quien -luego del crimen- retira el arma y se la lleva consigo”, explicó en diálogo con la prensa el fiscal Patricio Saldutti de la Unidad de Homicidios. Asimismo, subrayó que se trata de la pareja de José Mauricio Maturano, quien conducía la moto que trasladaba al sicario que asesinó al colectivero y que al momento se encuentra prófugo.

Por otro lado, se acusó a Axel I. H. de 19 años de ser el autor material del crimen del chofer de la línea K. “Es quien se ve en las imágenes difundidas por Fiscalía con la remera blanca y va de acmpañante en la moto”, agregó Saldutti. Al respecto, detalló que el joven asciende al colectivo en la esquina de Mendoza y Guatemela, dispara contra Daloia, desciende en Mendoza y México, y huye por México hasta que “lo levanta” su cómplice en la moto y se dan a la fuga.

“El arma no ha sido encontrada, pero sí fue secuestada la motocicleta y las prendas de vestir”, sostuvo el fiscal y mencionó que, al igual que en los demás crímenes, “hubo una promesa remuneratoria y un pago, pero en este caso no sabemos el monto”. Sobre el joven de 19 años aseguró que no cuenta con antecedentes penales y que al momento del crimen estaba viviendo junto a otro imputado en un domicilio de barrio San Lucía que será demolido.

En la audiencia se reveló que, previo al crimen, el imputado vivía con su familia en Puente Gallego y ya atravesaba una situación de consumos problemáticos. En ese entonces, tras ser baleado él y su vivienda, decide irse a vivir a la casa en barrio Santa Lucía del ya imputado Axel Rodríguez, amigo de toda la vida. En ese contexto, es contactado por Alejandro Isaías Núñez, más conocido como “Chucky Monedita”, para perpetrar el homicidio de Daloia. Luego -tras un allanamiento- regresa a su casa y empieza a trabajar, hasta que es identificado por su familia en el video difundido por Fiscalía y lo convencen de entregarse a la Justicia.

“El móvil de ambos hechos fue torcer la decisión de ambos servicios penitentciarios, federal y provincial, en cuanto al tratamiento que estaban recibiendo los presos de alto perfil”, sostuvo Saldutti. Por la ola de crímenes, resta identificar a al menos dos personas en la estructura de la organización y hay una prófuga (Maturano). En total, se formularon unas 25 imputaciones entre autores, coautores, encubridores e institigadores. “Los cuatro hechos hoy se encuentran esclarecidos prácticamente en su totalidad”, cerró.