Los titulares del mundo informan: "Estados Unidos concluyó que Edmundo González Urrutia fue el ganador de las elecciones en Venezuela". Primero, exige que se auditen las elecciones y se presenten las actas de votación. Cuando el ganador oficial resuelve aceptar el desafío, inmediatamente Washington se apresura a contradecirse, exactamente como ocurrió con las elecciones en Bolivia en 2019 antes del golpe de Estado perpetuado con la anuencia de la OEA y el aplauso de toda la "derecha democrática" (un oxímoron, si los hay) del continente.