"Que se vaya al carajo la libertad de mercado", escribió en X el intendente de Castelli, Francisco Echarren, luego de anunciar que eximirá de tasas municipales al 80 por ciento de los comercios locales, y que brindará un bono de 100 mil pesos para los jubilados de su municipio.

En diálogo con BuenosAires/12, el jefe comunal cuenta que decretaron la emergencia comercial en el municipio del interior bonaerense y advierte que su principal preocupación es que en sólo seis meses hubo un récord de cierre de comercios en la ciudad.  "No tiene precedentes en la historia, en nuestra ciudad nunca se habían bajado persianas de esta manera", cuenta Echarren, que sostiene que en el distrito de poco más de 11 mil habitantes, cerraron 60 de 350 comercios.

"Semejante nivel de deterioro del sector comercial se replica en lo productivo" dice el intendente, que subraya que "la complejidad de la situación se visualiza en ejemplos muy concretos". Una carnicería que pagaba 100 mil pesos de luz en diciembre, hoy paga un millón de pesos por ese servicio, pero encima tiene un 60 por ciento menos de venta y un aumento del 200 por ciento en el costo del alquiler, sólo en agosto. 

--¿Qué piden los vecinos cuando van a la municipalidad?

--Milei deterioró hasta la demanda social. Los vecinos, hace ocho meses, nos pedían que asfaltemos tal calle, que le demos una vivienda a un hijo, que hagamos una escuela. Hoy nos piden ayuda para poder pagar los servicios. Piden trabajo, y el que tiene un trabajo viene a pedir otro porque con uno ya no le alcanza. Llegamos a cuestiones muy básicas de la supervivencia, y eso es un indicador de cómo este Gobierno nacional agredió deterioró las clases bajas y las clases medias. 

--¿La realidad afecta más a los municipios del interior?

--Lo que está sucediendo no lo estamos dimensionando como país. Acá en Castelli, que somos un municipio chico y del interior, visualizamos las consecuencias más rápido que en una ciudad, donde todo es a otra escala. Pero la realidad es que los comerciantes se están derritiendo como cera con las políticas del Presidente Javier Milei. Están volviendo las abuelas a las cajas de los comercios, despiden a los empleados y regresa la familia a atender el negocio, cosa que no se veía desde el primer tiempo del gobierno de Mauricio Macri.

--¿En qué otros ejemplos se visualiza?

--Nosotros tenemos una industria láctea muy importante, con una empresa que tiene más de 60 años y que es una de las principales fuentes de trabajo dentro de Castelli. Allí producen quesos y dulces, derivados de la leche de la vaca de tambo. Por la fuerte baja del consumo, que es la que a su vez afecta a los comercios, a la empresa se le desplomaron las ventas de manera estrepitosa. Entonces tienen otro problema, que es el excedente de leche, porque como no pueden seguir stockeando, no pueden seguir produciendo. Y cuando le dicen a un tambo que no le compran más la leche, o le piden que baje el flujo, ya estamos ante un deterioro que afecta a todo el sistema productivo. Estamos viendo una realidad extremadamente compleja y dura, por eso empezamos a hablar con los productores para ver cómo podemos articular con las herramientas que tenemos como Estado municipal, que no son muchas, pero que sí nos permiten mostrar que tenemos voluntad. Lo más grave es que esto después no se soluciona apretando un botón que diga "se vuelve a producir", recuperar este circuito productivo lleva años, de cinco a diez en el caso del sistema productivo y agrario, con viento a favor. 

--¿Qué esfuerzo representa para Castelli eximir de tasas municipales a los comercios? 

--Todo lo que nosotros hagamos implica un costo relativamente alto para el municipio, y un beneficio muy bajo si se tiene en cuenta el contexto macroeconómico. Nosotros no vamos a poder salvar a los comercios por eximir las tasas, pero sí vamos a demostrar que nuestro espacio tiene otra visión, que entendemos que el Estado tiene que estar para otra cosa y no para agredirlos. Tratamos de generar, día a día, las condiciones para que ellos puedan crecer y puedan aumentar su venta, dentro de nuestras posibilidades que tengamos y con nuestras herramientas. Pero en términos reales, nosotros con políticas tributarias municipales no vamos a poder evitar que el tsunami que generó Milei haga una matanza comercial en todo el país. Para darnos una idea, sólo el impacto del parate de la obra pública en la provincia de Buenos Aires generó 150 mil despedidos. En Castelli son 450 las familias que tenían un muy buen sueldo de la obra pública, pero que hoy directamente dejaron de comprar. Ahí se explica, en parte, muchas de las cosas que ha hecho este Gobierno nacional. 

--¿Qué le genera, como intendente, recibir los pedidos de la gente? 

--Me da mucha bronca y angustia porque le advertí a la gente, de frente y mirándola a los ojos, que esto iba a pasar con Milei. Antes de las elecciones fui a una mega obra del Procrear que estábamos construyendo, con 208 viviendas para 300 familias, y les conté a los futuros beneficiarios que Milei había dicho que terminaría con la obra pública, y que si eso ocurría esas viviendas se iban a frenar y no tendrían su casa. Pero la gente lo votó igual. No me da bronca la gente, porque ellos fueron estafados. Me angustia porque para ser un buen gobierno hay que ser sensible, ya que de lo contrario se puede tener un buen gobierno para los millonarios, pero no para el campo popular. Veo con angustia a los jubilados de mi pueblo que laburaron toda su vida y no pueden vivir en paz. Me hace mal desde lo humano ver los efectos del gobierno de Milei, me lastima ver gente que sé que laburó toda la vida, y que no puede pagar la luz o que le tienen que pedir ayuda a sus hijos. Me hace mal ver que al tipo de 65 años que se quería jubilar pero no puede porque le sacaron la moratoria y no sabe qué carajo hacer, o ver a la madre que no le pueden comprar las zapatillas o los útiles a sus hijos. Antes no estábamos bárbaro, pero ahora esto eso es lo que predomina. 

--¿Por qué afirmó que este es "el peor fracaso económico de la historia"?

--Milei en sus primeros 20 días tuvo más inflación que Sergio Massa en los primeros seis meses, por eso digo que es el fracaso más grande de la historia económica mundial. No sólo no cumplió ninguna de las metas que se propuso, sino que generó el mayor daño de la historia de Argentina. Hay 112 mil argentinos despedidos según los datos oficiales, y 6 millones de pobres nuevos en siete meses. No conoce la Argentina una performance tan desastrosa como esta.

--¿Y por qué cree que el Gobierno nacional mantiene su plan?

--Porque tenemos un Presidente que es un fanático que cree en un sistema económico que no sólo ha fracasado de todos lados, sino que ya ni siquiera existe. Milei tiene una disociación de la realidad y ocupa su cabeza en el mapa financiero de la macroeconomía, donde también le está yendo pésimo. El Gobierno dijo que venía a atacar la casta en los sectores de poder, que no iba a sufrir el pueblo, que no iba a aumentar las tarifas hasta que no se recomponga el salario, que la inflación se iba a desplomar como un piano, y que iba a recomponer reservas, pero las reservas se le están yendo como agua entre los dedos, el campo no le liquida porque el dólar está súper atrasado, el Fondo Monetario Internacional no le libera fondos porque le pide que devalúe, ya que también entiende que el dólar está atrasado, y las acciones se desploman todos los días. Va a tener que devaluar, y cuando lo haga la inflación no va a aumentar, porque la contiene artificialmente con un superávit fiscal trucho, sin pagarle a nadie, chupando todos los pesos del mercado y generando esta recesión. 

--¿Cómo definiría el rol del Estado bonaerense en este contexto? 

--Estoy convencido de que el país no explota socialmente por el rol del gobernador Axel Kicillof y el de los intendentes de la provincia de Buenos Aires. Si nosotros haríamos lo mismo que hace Milei, que guarda los alimentos en un galpón y no los entrega, o que corta absolutamente toda la obra pública, ajusta los gastos sociales y ajusta la salud, no sé cuánto duraría la gente sin salir a la calle. Milei demuestra su irracionalidad absoluta cuando agrede al gobernador y a los intendentes, no sólo en términos económicos sino también en términos políticos. Estos días se la pasó tratando a Kicillof de 'comunista', pero gracias a que ese 'comunista' no abandona a la gente, se está sosteniendo su gobierno. Eso es lo que no entiende.

--¿No lo entiende o no le interesa? 

--No lo entiende. No la ve. No tiene ni idea de lo que pasa en la calle, Milei es una persona que jamás administró un kiosco, una ferretería, algo que tenga que ver con el mostrador. Él siempre se dedicó a las finanzas, a la bolsa, a todo ese mundo ficticio que no tiene nada que ver con la realidad. No entiende las cuestiones más básicas que tienen que ver con la gente de a pie. 

--¿Se pregunta por qué Milei llegó a ser presidente?

--Me lo pregunto todos los días, y cada vez que me lo pregunto cobran más relevancia todos nuestros errores. Milei es hijo de nuestros errores y nos tenemos que hacer cargo de eso. Después habrá tiempo para discutir cuáles fueron esos errores, quiénes tienen las responsabilidades, pero al recordar los debates internos que tenía nuestro gobierno y al confrontarlo con la realidad actual, la verdad que no puedo dejar de sentirme mal. 

--¿El turismo en Castelli sufrió durante las vacaciones de invierno?

--Todo está derrumbado. Dentro de esas aristas, el sector gastronómico está en llamas, y es de las primeras actividades que siente la crisis, porque la gente lo primero que hace es dejar de ir a comer afuera, y más aún, deja de irse un fin de semana. El turismo se desplomó un 62 por ciento. No hay una sola actividad de la economía real que Milei no haya derrumbado. Ayer salió hasta Paolo Roca a criticar fuertemente a Mieli, porque cuando la economía real se empieza a desplomar, la onda expansiva tarda un poco más en llegar a los millonarios, pero también llega. La facturación real en dólares del Grupo Techint también se derrumbó. Milei está convencido de que él tiene que hacer esto porque cree en un Estado mínimo, donde la gente pueda acceder a un supuesto libre mercado, que es una matanza social.

--¿Cuánto tiempo más aguantarán las arcas municipales ante esta situación?

--Acá en Castelli, el programa más importante fue el que anunciamos hace poco, cuando construimos un fondo anticíclico. El municipio tiene muchísimos ahorros que capitalizamos en suelo urbano, para que ese fondo sea utilizado para las emergencias. Por primera vez estamos empezando a liquidarlo, estamos empezando a vender lotes a precios subsidiados, y nos está yendo muy bien. Con el fondo anticíclico pensamos que vamos a sobrellevar esta crisis, porque lo mismo que le pasa a los comercios le pasa a los. Ingresa menos dinero, se cae la recaudación y hay mayor demanda social, pero llega un momento en el que te quebrás. Castelli con esta política va a sobrellevar esta crisis, sin hacer obras pero estando al lado de los vecinos, los comerciantes y los productores, ayudando con todo lo que tengamos a mano. 

--¿Qué vislumbra de cara al futuro?

--Tenemos que ser conscientes del desafío generacional que tenemos por delante. Hemos vivido muchas crisis, pero no vamos a vivir ninguna de esta magnitud. Tenemos la responsabilidad de construir una Argentina de verdad mejor, que sea inclusiva, pero que también entienda que las políticas públicas que se implementen tienen que ser sustentables y sostenibles en el tiempo. Hay que militar, porque vamos a vivir momentos muy duros. En la medida que la economía siga fracasando, este Gobierno se va a poner más violento en términos políticos. Van a agredir, a perseguir, y van a hacer todo lo que ya hemos vivido en otros momentos de la historia, pero con mucha más fuerza. Hay que salvar a la Argentina, tenemos que minimizar las diferencias, abrir los brazos y que vengan todos los que sean opositores a Milei, todos los que quieran construir un país para los 45 millones de argentinos, y dejarnos de joder con las discusiones internas. Si esto no nos enseña que nuestras diferencias internas son mínimas comparadas a lo que está sufriendo la gente, es porque o no entendimos nada, o pueden más los intereses personales que los colectivos. Y ese sería el final.