Lo sucedido este jueves en la pelea de boxeo entre la italiana Angela Carini y la argelina Imane Khelif en los Juegos Olímpicos de París 2024 reavivó varios debates a nivel mundial. Aunque primero es vital identificar cuál es realmente el debate, ya que se han viralizado cientos de fake news, no solo desde los principales medios de comunicación, sino incluso por parte del presidente Javier Milei y Georgia Meloni, la primer ministra de Italia. Desde afirmar que Khelif es transexual, lo cual es falso, hasta especular con diferencias en el desarrollo sexual como el hiperandrogenismo, un exceso de producción de testosternona, y desinformación sobre deportistas transgénero.

“Con estos niveles de testosterona, esta no es una competencia equitativa. No se debe autorizar a deportistas con atributos masculinos en competiciones femeninas”, sustuvo Giorgia Meloni, primera ministra de Italia. Más grotesco, como acostumbra, fue el mensaje de Javier Milei que en medio de una crisis socioeconómica histórica se tomó  tiempo para ponerse a opinar sobre boxeo olímpico en las redes sociales. 

El tuit de Javier Milei.

“A ver boluprogres. Vengan a explicar esto... Cuando se les marca las estupideces con argumentos responden poniendo todo tipo de etiquetas que buscan cancelar el argumento que los rebate (sic). Después aparece la realidad que los expone frente a su imbecilidad... Si seguía la mataba...”, escribió el presidente de Argentina en su cuenta de X acerca de lo ocurrido.

No es necesario investigar mucho para saber que el Código Penal de Argelia penaliza las relaciones entre personas del mismo sexo y que el Estado no reconoce la identidad de género, por lo que sería imposible que una persona trans representara al Comité Olímpico de Argelia. Pero las desinformaciones cargadas de odio van mucho más allá de este punto.

¿Qué pasó entre Angela Carini e Imane Khelif?

Tan solo 46 segundos luego de haber empezado el combate, la boxeadora Angela Carini abandonó tras recibir varios golpes de parte de su rival Imane Khelif en la categoría de hasta 66 kilos. "Nunca en mi vida me habían golpeado tan fuerte", aseguró entre lagrimas la italiana, que se negó a saludar a su contrincante tras la pelea. Al otro día reculó y dijo "que había cometido un error" y anunció su retiro del boxeo. 

Pero en las redes sociales y en los medios de comunicación comenzaron a correr fake news: una desinoformación repleta de transodio. A raíz de lo ocurrido, se reavivó el debate acerca de la participación de las mujeres trans en el deporte. 

Lo cierto es que Imane Khelif, de 25 años, no es una mujer trans, sino cisgénero. En resumen, se identifica con el género que se le asignó al nacer, el de mujer

Angela Carini llora desconsolada tras su abandono. Imagen: AFP.

La suspensión de la Asociación Mundial de Boxeo

En 2023 la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) descalificó a la argelina del Mundial de Boxeo —del cual fue subcampeona en 2022— en la previa de la final con el argumento de que no cumplía con "una prueba de elegibilidad de género"“No se sometieron a un examen de testosterona, sino a una prueba independiente y reconocida, cuyos detalles se mantienen confidenciales”, agregaron desde la entidad.

Específicamente, se referían a que la deportista tenía cromosomas XY y no XX: las primeras, en general, están vinculadas al hombre cisgénero y las segundas a la mujer cisgénero. Lo mismo ocurrió con la taiwanesa Lin Yu-Ting, que debutó este viernes en la categoría de hasta 57 kilos de los Juegos Olímpicos con una victoria en las tarjetas sobre la uzbeka Sitora Turdibekova.

Entre 2015 y 2021, el Comité Olímpico Internacional (COI) exigía que cualquiera que quisiera participar de una competencia femenina demostrara que sus niveles de testosterona estaban por debajo de los 10 nanomoles por litro de sangre durante al menos los 12 meses anteriores a la competición. 

Pero para evitar casos de discriminación, y porque los altos niveles de testosterona no son un beneficio en todos los deportes ni en todos los casos, el COI eliminó el mencionado requisito y dejó que cada federación de los diferentes deportes impusiera sus propios criterios.

Este no es la primera cita olímpica para la argelina, cuyo récord en lo que va de su carrera es de 37 victorias —5 por KO— y 9 derrotas, sino que compitió en Tokio 2020. En la capital japonesa, derrotó en las tarjetas a la kazaja Rimma Volossenko en la clasificación y luego perdió, también por puntos, frente a la irlandesa Kelli Harrington en los cuartos de final. Siempre peleó en categorías amateur y solo tuvo un combate profesional, en noviembre del año pasado, en el que derrotó por KO técnico a la tailandesa Suwanun Antanai

La testosterona, qué es el hiperandrogenismo y el caso de la boxeadora Imane Khelif

La testosterona es una hormona presente tanto en hombres como mujeres, pero en mayor cantidad en los varones. "Tener altos niveles de testosterona es beneficioso en los deportes donde la fuerza es tan importante, en este caso el boxeo. Es definitorio para los aumentos de masa magra muscular y para el nivel de fuerza y potencia", explicó Pablo Swinnen, médico deportólogo y miembro de la Federación Argentina de Medicina del Deporte, en diálogo con Página|12.

Y aquí empieza la siguiente desinformación. Debido a la presencia de cromosomas XY en Khelif, los medios de comunicación a lo largo y a lo ancho del mundo —muchos de los cuales primero la habían etiquetado como transgénero— desinformaron asegurando que tenía una diferencia del desarrollo sexual (DSD por sus siglas en inglés) llamada hiperandrogenismo.

Las mujeres con este cuadro suelen tener en promedio una mayor producción de testosterona. “Tener cromosoma XY no es sinónimo de tener hiperandrogenismo o diferencias en el desarrollo sexual, cada causa de hiperandrogenismo es diferente”, asegura Betiana Pérez, médica endocrinóloga del Hospital Italiano. “Hay mujeres con cromosomas XY y no tienen hiperandrogenismo. Incluso existen casos de mujeres con cromosomas XY e hiperandrogenismo, pero con resistencia al mismo: aunque la testosterona está elevada no tiene efecto", agrega la especialista.

La propia Asociación Internacional de Boxeo (IBA) aseguró que las atletas “no se sometieron a un examen de testosterona", pero nunca explicó qué criterios utilizó. Es por eso que en 2023 el COI retiró su reconocimiento a la IBA, decisión que fue ratificada por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Como fue el COI con sus propios criterios y exámenes médicos el que escogió los criterios de elegibilidad, tanto la argelina como la taiwanesa pudieron participar de estos Juegos Olímpicos. La autoridad olímpica les pidió a las federaciones de boxeo un nuevo criterio basado en la rigurosidad científica de cara a Los Ángeles 2028.

Entonces no solo desestimaron el triunfo de la argelina por el supuesto hecho de ser trans —lo cual es falso—, sino que además dieron por sentado que padece una diferencia del desarrollo sexual que tampoco está comprobada, y que en caso de comprobarse tampoco asegura que su cuerpo produzca testosterona por encima del promedio.

¿Límites de testosterona para las mujeres en el deporte?

"Si bien aún estamos leyendo y actualizándonos, porque todo el tiempo surgen cosas nuevas, debería haber algún tipo de control en estos casos de deportes de combate, una forma de hacer un dosaje de la testosterona. Poner un límite y que nadie esté muy por encima del que suelen tener las mujeres", sostiene el deportólogo Pablo Swinnen.

“Los niveles altos de testosterona pueden ofrecer ventaja deportiva, como lo puede hacer otra diferencia congénita, como por ejemplo que alguien tenga el brazo más largo y pueda tirar más lejos con la garrocha. No dejan de ser variantes en el desarrollo”, analiza por su pBetiana Pérez. 

“Es muy discutible que tenga que haber un límite para los niveles de testosterona naturales cuando no son producto de un doping. Alguien podría haber utilizado la hormona por algún tiempo por necesidad médica y dejar de utilizarla o haberla tenido alta hasta hace muy poco y usar una medicación para bajarla. Es una cuestión muy controvertida y es muy difícil concluir algo. Tenemos que empezar a entender mucho mejor a la diversidad”, concluyó la endocrinóloga.

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