Los salarios del sector privado registrado volverán a caer en el segundo semestre. Lo hicieron con fuerza en la primera mitad del año, contribuyendo a la mayor contracción de la masa salarial de las últimas dos décadas, junto con la merma de los sueldos de los empleados públicos y los ingresos de la seguridad social, y repetirán el descenso en lo que queda de 2024. La pérdida de poder adquisitivo será más moderada que entre enero y junio, pero igualmente le marcará un límite a las posibilidades de recuperación de la economía, que ya descarta cualquier salida en V y se encamina -en el mejor de los casos- a amesetarse en una dura recesión.
"La masa salarial del sector registrado -privado y público- y de la seguridad social en su conjunto mostró una abrupta caída en los primeros meses de la actual gestión. La baja del primer semestre fue del 16,5 por ciento, siendo la más importante en más de veinte años. Si bien esa contracción se moderaría en el segundo semestre, seguiría siendo significativa. Estimamos un descenso de 8,3 por ciento en la comparación interanual", alerta un informe de la Fundación Capital, que dirigen Martín Redrado y Carlos Pérez.
Para las grandes mayorías, la muletilla maldita de Javier Milei seguirá siendo una realidad: no habrá plata. Se irá consolidando un nuevo patrón distributivo del ingreso, con sectores medios comprimidos, aumento de los niveles de pobreza e indigencia y ensanchamiento de la desigualdad social.
Los más grandes
El informe de la consultora hace un relevamiento de la evolución de las paritarias de catorce gremios clave, con mayor poder de negociación, y demuestra que desde que gobierna La Libertad Avanza apenas si lograron compensar la suba de la inflación. Figuran bancarios, comercio, camioneros, metalúrgicos, transportistas, estatales nacionales y bonaerenses, alimentación, textiles, encargados de edificio, petroleros, aceiteros, mecánicos y de la construcción.
El promedio de todas esas paritarias experimentó en diciembre del año pasado una importante caída en términos reales, ya que la inflación de ese mes fue del 25,5 por ciento y los sueldos subieron solo 10,4. Entre enero y junio, en tanto, el promedio de esos salarios acumuló aumentos 14,4 puntos por arriba de la inflación del período, quedando apenas por debajo de lo perdido en un inicio.
Pero esa recomposición que demandó todo un semestre entró en zona de riesgo. "La dinámica de mejora mensual podría interrumpirse en adelante, con paritarias que dejaron de mirar por el espejo retrovisor", indica la Fundación Capital.
"En efecto, si bien para junio el promedio de los convenios paritarios relevados da cuenta de un aumento del 5,4 por ciento mensual (frente a una inflación del 4,6), si se excluye el alza puntual de la UTA (26,6 por ciento), el promedio ronda en realidad el 3,4", apunta.
"Además, varios gremios cerraron acuerdos con una lógica de ajustes mensuales decrecientes: 5 por ciento en junio, 4 en julio, 3 en agosto. Tanto Camioneros, como
Comercio y Alimentación acordaron en esta línea, al tiempo que los Estatales Nacionales
recibirán una suba del 3,5 por ciento en julio y 3 en agosto. Aún más, se percibe desde abril
cierta dificultad para cerrar algunas negociaciones paritarias, con muchas pactándose con
meses de retraso", agrega. "De hecho, seis de los catorce
gremios aún no cuentan con aumentos previstos para julio y dos de ellos tampoco
tuvieron subas en junio", completa.
Salarios privados
El informe realiza el mismo análisis para la totalidad de los trabajadores del sector privado registrado, que son quienes se encuentran en mejor posición relativa en comparación con estatales y trabajadores no registrados. La situación es similar a la de los catorce gremios citados más arriba, pero con una caída de los ingresos más pronunciada.
En diciembre los salarios de los privados registrados subieron 11 por ciento en promedio, frente a una inflación del 25,5. Entre enero y junio, en tanto, tuvieron aumentos que permitieron recuperar la mayor parte de ese deterioro, aunque quedaron 0,8 puntos por debajo de la suba de precios.
"De esta forma, la evolución del poder de compra del segundo semestre dependerá de la capacidad de las autoridades de continuar mostrando una inflación descendente", indica la Fundación Capital. Su estimación es que los salarios le empatarán a la inflación en el trimestre en curso, "pero la situación se complejiza hacia el último trimestre del año ante la necesidad del Gobierno de retomar los ajustes de precios relativos".
El estudio concluye que "los salarios del sector privado registrado volverían a evidenciar una baja en el segundo semestre, aunque del 6 por ciento interanual, más moderada que el -11,3 de la primera mitad del año", completa.
Masa salarial
La masa de ingresos de trabajadores formales e informales, jubilados y titulares de programas de la seguridad social también seguirá en baja. Una de las razones es el aumento de la desocupación, que se profundizaría este semestre.
"Con la caída de actividad económica, el empleo se vio fuertemente resentido. Entre diciembre y abril se evidenció una baja importante en los puestos de trabajo del sector privado registrado (-112 mil, serie desestacionalizada), incluso superior al impacto que se verificó durante otras recesiones económicas", revela el informe.
El gobierno de Milei tiene el record de haber sido el que más puestos de trabajo destruyó en cinco meses. En crisis anteriores, el impacto sobre el empleo fue menos grave que en la actualidad. "En los primeros cinco meses de recesión de 2014 se perdieron 19 mil empleos del sector privado registrado. En el mismo lapso de 2016, fueron 66 mil puestos de trabajo. En 2018 se perdieron 91 mil posiciones. Pero la caída actual alcanzaría a 138 mil empleos", alerta.
En cuanto a las jubilaciones, desde el cambio de fórmula de movilidad, siguiendo la marcha de la inflación, los ingresos dejaron de caer, salvo para las dos terceras partes de los jubilados que perciben el bono que entrega el Gobierno. Esto es porque ese suplemento se mantiene en 70 mil pesos, mientras la inflación sigue escalando. "Si el bono se sostiene en 70 mil pesos en lo que resta del año, entre agosto y diciembre la jubilación mínima podría perder un 5 por ciento de poder de compra, para totalizar una pérdida de 9,5 puntos contra diciembre de 2023", precisa.
Seguridad social
"En cuanto a los programas de la seguridad social, la situación es mixta", explica el documento. "El foco de la política social se concentró en la recuperación del poder adquisitivo de la AUH y la Prestación Alimentar (ex Tarjeta Alimentar). En efecto, se incrementaron 275 y 137,5 por ciento, respectivamente, entre enero y julio frente a una inflación estimada del 87 en el mismo período. De esta forma, el poder adquisitivo de una familia que cobró una AUH y una prestación Alimentar simple en julio fue 41,5 por ciento superior al de noviembre de 2023 y 15,7 por ciento mayor al mismo mes de 2023", señala.
En sentido contrario, los beneficiarios de los programas Volver al Trabajo y Acompañamiento Social (anteriormente Potenciar Trabajo) perciben desde diciembre una prestación constante de 78 mil pesos. "Es decir, al séptimo mes, el estipendio perdió la mitad de su valor real, lo que resulta muy relevante dado que cuenta con 1,2 millones de beneficiarios", señala. El deterioro en su caso llegará a fin de año a un escandaloso 58,6 por ciento si es que el Gobierno les sigue pagando 78 mil pesos.
La conclusión es que en materia de seguridad social, el gobierno de Milei también les hizo perder capacidad de consumo a los sectores vulnerables.
"La masa salarial de la seguridad social exhibió una baja del 26,7 por ciento interanual en el
primer semestre. Hacia delante, el ritmo de caída se moderaría, con un estimado de -10,2 por ciento interanual, aunque quedando bien por debajo del 2023. La mejora en el poder adquisitivo
de la AUH y prestación alimentar resulta más que compensada por la baja anual de
jubilaciones y pensiones y del Potenciar Trabajo", resume el informe.