"El Pacto de Santa Fe" le dice el constitucionalista Oscar Blando a los consensos que se están tejiendo cuidadosamente para atar un núcleo de coincidencias básicas para la reforma de la Constitución Provincial. Un remedo del Pacto de Olivos que derivó en la Convención Constituyente de 1994 y en la posterior reforma de la Carta Magna nacional. Sucede que la palabra pacto no le gusta a la política porque sugiere que los acuerdos son a espaldas de la gente. Y es así, rigurosamente. Lo contrario, dice también Blando, sería declarar la necesidad de la reforma y que sean los convencionales los que decidan en el debate, hasta qué profundidad llega el ímpetu reformista. Eso no va a suceder, sin garantías políticas previas es más probable que vuelva a naufragar la reforma.

Blando sabe de lo que habla no sólo desde el punto de vista teórico sino también político y de gestión ya que vió cómo sus esfuerzos reformistas chocaban contra el muro de la política en la gestión del exgobernador Miguel Lifschitz. El abogado constitucionalista también tiene objeciones sobre el sistema electoral que podría emplearse para designar a los 69 convencionales constituyentes: Sin elecciones primarias y sin boleta única. Separadas de las nacionales y con un cuerpo pegado al de las candidaturas municipales que se disputan el año que viene. Sistema que se usó en la provincia de Córdoba.

Desde el peronismo también hay objeciones al sistema electoral que, extraoficialmente, trascendió que se quiere aplicar. Pero se pone el acento en el piso electoral fijado para alcanzar un asiento en la Convención Constituyente. “Debería ser el coeficiente que surja del padrón dividido los 69 convencionales”, sugirió un encumbrado dirigente del peronismo santafesino. No es que de pronto todos se hayan vuelto matemáticos, es que quieren evitar la polémica que se dió por la banca número 50 entre Rubén Giustiniani y Fabián Palo Oliver que acaba de ser ratificado por la Corte Suprema Provincial tras un larguísimo debate.

Pero a la política le entusiasma esta elección de convencionales mucho más de lo que están dispuestos a admitir. No son pocos los que se animarían a ser candidatos para esta categoría y no a otra, de cara también a la pelea de fondo del 2027. El peronismo, particularmente, tiene varios candidatos dispuestos a participar y establecer en la práctica su real performance electoral tras la derrota del año pasado.

El peronismo provincial siente que podrá arrancarle concesiones al gobernador Maximiliano Pullaro que está sentado sobre un millón de votos y desde ahí parece inalcanzable cualquier negociación. Es que al frente Unidos le faltan unas seis voluntades para declarar la necesidad de la reforma constitucional con la mayoría especial en cada Cámara que, precisamente, requiere la Constitución actual. En el Senado, ya tiene mayoría especial propia. Está obligado a negociar por más que el peronismo, ni ninguna otra fuerza por afuera del frente oficialista, está invitado a la Comisión Especial que ya se reunió dos veces y que se parece mucho a la necesidad de mostrar ademanes dialoguistas que en la práctica no existen.

El diputado nacional Roberto Mirabella ya adelantó que personalmente se inclina por solicitar que el actual gobernador sea excluido de la posibilidad de una reelección “porque juró por la Constitución actual”, y que se debata la unicameralidad “como ya tiene la provincia de Córdoba” que al suprimir su Senado provincial “mejoró su calidad institucional sin perder representación territorial”. Este es un tema tan central que es el que puede hacer fracasar una reforma. Los senadores provinciales que tienen que votar la necesidad de la reforma no levantarán sus manos sin garantías previas.

También Mirabella se refiere al límite de reelecciones para los legisladores provinciales y la renovación de los cargos judiciales mediante exámenes previos a renovar. “Si le ponemos límites a la política, también debemos ponerlos al Poder Judicial”, sostiene. Esta misma idea ya está planteada en un proyecto presentado por la diputada provincial del Movimiento Evita, Lucila De Ponti.

Lo que está claro es que el peronismo aún no conformó un espacio para el diálogo entre todos los sectores. Lo señala claramente el diputado Marcos Corach. “Puedo hablar en representación de nuestro bloque de cinco”, dijo en referencia a la bancada del perottismo que integra junto a otros exministros del gobierno anterior, y adelantó que el sector está trabajando también en un proyecto propio. También se establecería allí que la reelección del gobernador será habilitada para el próximo mandatario que asuma jurando por la nueva Constitución. Corach cree que están dadas las condiciones políticas para proceder con la reforma aunque no desconoce que el gobierno “hace todo para que este parezca el escenario y que sea una verdad irrefutable”. Más allá de eso reconoce que es una oportunidad para “establecer un avance institucional”.

Desde el sector que orienta el senador nacional Marcelo Lewandowski también creen que es el momento de proceder a la reforma y ya tienen un equipo de constitucionalistas trabajando en la letra fina. Se inclinan porque que la reelección sea para el próximo gobernador que jure por la nueva Constitución y sostienen que la elección de los convencionales debería ser en una boleta aparte y no pegada a los cargos municipales que deberán elegirse en el 2025. Destacan además "la necesidad de consagrar en una nueva Carta Magna las autonomías municipales". Desde este mismo sector, el diputado provincial Miguel Rabbia, agrega que Pullaro debe "cumplir con la Constitución actual y autoexcluirse de una reelección" y que también debería cumplir con la actual Constitución "y no tener un ministro con fueros, porque tenemos 19 departamentos y 20 senadores provinciales" dijo en referencia al ministro de Obras Públicas Lisandro Enrico que fue reemplazado como senador pero sin renunciar a su banca. 

Desde el Frente Amplio por la Soberanía, los diputados Carlos del Frade, Fabián Palo Oliver y Claudia Balagué se manifiestan a favor de la reforma constitucional pero advierten que hay sectores que tienen “un doble discurso”. Porque por un lado se manifiestan reformistas pero “a la hora de trabajar una ley que declare la necesidad de la misma, comienzan a establecer condiciones en torno a la posibilidad de que el actual gobernador pueda ser candidato o no, en las próximas elecciones”, señaló Palo Oliver. Y aclara que “la reforma debe ser total” y que la discusión de un núcleo de coincidencias “impediría esto, por eso entendemos que la reforma debe ser abierta”, afirmó.

Después vendrá el tema de las candidaturas a convencionales constituyentes que las fuerzas políticas tomarán muy en serio y como una prueba de fuego para el 2027. Muchos pensaron en el peronismo que podría ser un contexto ideal para un regreso electoral del exgobernador Omar Perotti, pero dicen que nadie puede convencerlo y que su negativa es total como su silencio desde que terminó el mandato en la Casa Gris. Pero su sector armará listas sin duda.

En el entorno del intendente Pablo Javkin y dentro del frente Unidos se mira muy seriamente para el lado de un posible debut electoral del actual Rector de la Universidad Nacional de Rosario. Franco Bartolacci, por formación y cargo sería un lógico candidato a convencional representando a la UNR pero también proyectando su nombre hacia un futuro cercano. Cerca del académico admiten que "nunca hubo un consenso tan sólido detrás de la intención de proceder a la reforma y parece que todos están de acuerdo que esta vez tiene que salir".