La incorrección política de Paloma Fabrykant en su primera novela, “Diario de Rosario” puede resultar escándalo entre bienpensantes. El encame de la protagonista/narradora con policías, para empezar, deviene, además de goce salvaje, bardeo a los feminismos. “Su cuerpo era increíble: enorme, marcado en cada músculo. Y esa forma de agarrarme la cintura, tocarme el pelo. En la primera hora descubrió
Conjeturas sobre el narrar
A quemarropa
Este es un contenido periodístico exclusivo para Soci@s, para leerlo completo subite a nuestro colectivo.