El gobierno de Javier Milei interrumpió todas las políticas públicas que apuntaban a promover la lactancia materna implementadas en la gestión anterior como parte de la aplicación de la Ley de los 1000 días. Entre las acciones suspendidas está la distribución de kits de lactancia –junto con la capacitación y sensibilización sobre la temática– para mujeres y otras personas gestantes, de sectores vulnerables. El objetivo era fomentar la lactancia exclusiva hasta el sexto mes de vida, como recomienda la Organización Mundial de la Salud y al mismo tiempo favorecer una mayor autonomía de quienes amamantan. Sobre todo, teniendo en cuenta que el regreso al trabajo, tras la licencia por maternidad, es la causa más frecuente de abandono de la lactancia materna en el país, según revela un informe publicado por UNICEF en colaboración con el Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI) y difundido en el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna que comenzó el 1° de agosto, con el lema “Cerrar la brecha: apoyo a la lactancia materna para todos”.

La cancelación de la entrega de kits de lactancia es una más entre muchas otras acciones y políticas dirigidas a mujeres y diversidades desactivadas por el PEN y enumeradas en el Segundo Informe de la Cocina de los Cuidados, un espacio intersectorial integrado por representantes de organizaciones sociales y de derechos humanos, sindicatos, iglesias, la academia, funcionarias y legisladoras de distintas fuerzas políticas.

Los kits incluían un bolso térmico, un sacaleche ergonómico de plástico, tres vasos recolectores para almacenamiento de leche materna, una toalla de mano, dos protectores mamarios y un manual instructivo. Estaban dirigidos a aquellas mujeres y diversidades de menores recursos que permanecían varias horas lejos de sus domicilios por motivos laborales o educativos y debían dejar a sus hijos e hijas al cuidado de otra persona. Era parte de la Estrategia Nacional de Apoyo a la Lactancia desarrollada por el eliminado Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad y el Ministerio de Salud de la Nación como parte de la implementación de la Ley de 1000 días, aprobada en diciembre de 2020 –junto con la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo– para apoyar la maternidad elegida.

Los kits se distribuían a través de los Centros de Atención Primaria de la Salud de cada provincia, en el contexto de los controles de salud de los bebés. Los ministerios habían elaborado un índice para determinar la cantidad y orden de entrega por jurisdicción. “Se tuvo en cuenta la vulnerabilidad de la población y la incidencia de la interrupción de la lactancia por jurisdicción”, explicó a Página 12 Gabriela Bauer ex Directora de Salud perinatal y Niñez del Ministerio de Salud e integrante de la Cocina de los Cuidados. Bauer, que es actualmente asesora del senador Oscar Parrilli, de Unión x Todos, monitoreó que pasó desde que asumió Milei con las acciones y políticas vinculadas a las lactancia en el marco de la Ley de 1000 días. Esta es la síntesis:

- Capacitaciones específicas y materiales de difusión: actualmente suspendidas

- Acompañamiento y certificación de Espacios Amigos de la Lactancia: bajó la demanda.

-Construcción de Espacios de lactancia en Organismos Públicos: suspendido porque dependía del Ministerio de Obras Públicas.

-Conversatorios y publicaciones sobre corresponsabilidad en lactancia: no se realizaron más.

- Apoyo al desarrollo de bancos de leche humana: sin avances.

- Diseño y distribución de Kits de lactancia: suspendido; la compra dependía Ministerio de MGyD

- Compra de bombas y extractores de leche humana para maternidades: no se inició nueva compra, lo que se está distribuyendo es de gestión anterior.

- Suplemento nutricional 1000 días para personas gestantes y personas que amamantan: lo único que está vigente es una transferencia mensual desde ANSES)

Más leche materna, menos gasto

La entrega de kits de lactancia había comenzado en 2023. El primer año se distribuyeron unos 25 mil kits, de acuerdo con el informe Estrategia Nacional de Lactancia Materna, publicado por los ministerios de MGyD y Salud, al término de la gestión anterior. Cada kit costaba –de acuerdo a los cálculos de aquel momento– el equivalente a un 7 por ciento del monto total de la leche de fórmula para alimentar a un bebé durante seis meses.

Desde UNICEF, Verónica Risso Patrón, oficial de Salud y Nutrición, destacó la importancia de este tipo de programas. “Cualquier acción y política pública que promueva la lactancia, como la entrega de materiales y de información, es fundamental para quien amamanta y para el fomento de la corresponsabilidad social”, señaló al ser consultada por Página 12. El punto es que no sea una responsabilidad individual de la madre o persona gestante la lactancia. Quienes amamantan pueden sacarse leche, preservarla en las condiciones apropiadas y que luego otra persona de la familia o entorno del bebé pueda alimentarlo mientras las madres hacen otra actividad (o descansan). A eso apuntaban los kits.

Una encuesta publicada por Unicef en colaboración con CESNI arroja “datos críticos sobre la situación actual”. Se trata del informe “Prácticas de lactancia y de alimentación complementaria en niños y niñas menores de 2 años”, para el cual respondieron 1000 madres y padres de diversos niveles socioeconómicos. En las conclusiones se destacan varios puntos preocupantes: aunque el 95% de las niñas y los niños fue amamantado en algún momento, el 68,5% recibió leche de fórmula infantil, principalmente por indicación médica. Menos del 50% de las niñas y los niños de 0-5 meses recibió lactancia exclusiva, y la edad promedio de abandono de la lactancia es de 7.8 meses, siendo el retorno materno al trabajo la causa más común.

En este punto, el problema muchas veces está asociado a la falta de lactarios para que las trabajadoras puedan sacarse leche con comodidad y en condiciones higiénicas. “El regreso de la madre al trabajo es el motivo más frecuente de abandono a la lactancia: tiene que ver con el 28 por ciento de los casos. Pero si analizás las respuestas de las empleadas asalariadas, ese motivo trepa casi hasta el 40 por ciento. entonces ahí te está mostrando que el regreso al trabajo es efectivamente un problema”, puntualiza Risso Patrón.

¿Qué políticas desarrolla el sector privado?

Apenas el 46,4% de las empresas declaran que realizan acciones para facilitar la lactancia materna, de acuerdo con el informe La agenda de género en las empresas privadas de la Encuesta de Indicadores Laborales, publicado en marzo de 2023 por el ex Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. De las empresas que declararon realizar acciones, el 56,3% implementa horarios flexibles sin reducción de la jornada laboral, el 45% implementa reducción horaria de la jornada más allá de la establecida por la Ley de Contrato de Trabajo, el 30,5% implementa teletrabajo y sólo 9,8% cuenta con salas de lactancia en el lugar del trabajo presencial.

En materia de cuidados, las acciones se concentran en el fortalecimiento o ampliación de las licencias, más allá de las establecidas como obligatorias legalmente. Casi 12% de las empresas indican que otorgan licencias por maternidad por encima del umbral que establece la LCT de 90 días corridos. Cerca del 20% dan licencias por paternidad (para personas no gestantes) que exceden las 48 horas que prevé la LCT. Casi la mitad de las empresas otorgan licencias por adopción (que actualmente no está prevista en la LCT).

Otro factor que influye en el abandono de la lactancia materna, señala la experta de UNICEF es la indicación de leche de fórmula que hacen algunos pediatras . “Cuando se pregunta a madres y padres desde los seis meses hasta los dos años de edad, es decir, en todo el periodo en que se indica la lactancia –ya no de forma exclusiva sino complementada con alimentos sólidos–, se observa que el 70% de los chicos en algún momento probaron alguna fórmula. Ahí está el rol de la industria, y la indicación médica incide muchísimo. Eso también es algo que hay que ver, por qué se indican esas fórmulas”, advirtió Risso Patrón.

También destacó la importancia de evitar “la culpabilización” a la madre o persona gestante que por alguna razón no pueden o no quieren amamantar a su hijx. “Es clave que la madre tenga toda la información necesaria y si no puede o decide no hacerlo, es fundamental el acompañamiento social en este aspecto”, consideró. Y planteó que el foco hay que ponerlo en el caso de las trabajadoras madres, en las empresas que no garantizan los espacios apropiados para que puedan sacarse leche y no tengan que ir a un baño para hacerlo como suele pasar con frecuencia.

Para la especialista, la extensión de las licencias parentales y la capacitación a pediatras, son otras políticas pendientes. Pero también hay otra problemática de la que se habla poco –dice– y que tiene que ver con la falta de controles sobre la publicidad y el etiquetado de leches de fórmula que vulneran regulaciones y recomendaciones internacionales. Tampoco hay sanciones a las empresas, apuntó.

¿Cuál es la importancia de la lactancia exclusiva en los primeros seis meses de vida del bebe? ¿Está probado científicamente que hace una diferencia? –le preguntó este diario.

–Hace una súper diferencia. Pero antes de hablar de lactancia exclusiva, hay que informar sobre la lactancia en la primera hora de vida, nosotros la llamamos la hora sagrada. Esa hora hace una gran diferencia. Por un lado por la cuestión emocional y social de apego de la mamá al bebé, y por otro lado, por pasarle toda la protección inmunológica en esa primera hora de vida. Luego, está probado científicamente que la lactancia exclusiva tiene un montón de beneficios para el bebé en términos de prevención de enfermedades, sobre todo deshidratación, diarreas, y hasta muerte súbita. Pero además tenemos todos los beneficios para la madre: una recuperación posparto muchísimo más rápida, y la prevención de algunos tipos de cáncer, incluso. Además, hay una arista ambiental: cuando amamantas no usás envases. Y gastás menos plata. La lactancia debe ser vista como una cuestión social; no como una responsabilidad de la mamá sino de toda la sociedad, ese es el mensaje principal.