Una serie de frases y hechos, en apariencia desconectados, confirmaron esta semana el grado de alineamientos y descomposición que vive la política argentina. No estuvieron ocultos, para cualquier observador atento. Pero sí quedaron mediáticamente relativizados, porque se impuso el casi monotema de la situación en Venezuela.

Tampoco, por supuesto, es cosa de secundarizar lo que se vive en ese país.