Un ex subcomisario de la Policía Bonaerense y un joven de 27 años murieron ayer a la mañana en un tiroteo en el barrio porteño de Barracas. Según indicaron fuentes policiales, un grupo de tres jóvenes intentó robar una empresa de transporte y encomiendas, los tres custodios que trabajan en esa empresa, hubo un forcejeo y luego un tiroteo. Sin embargo, familiares y vecinos del joven asesinado, Eduardo Godoy aseguraron que él no participó del intento de robo; pasaba por allí y recibió un balazo cuando los custodios abrieron fuego contra los dos jóvenes que escapaban. “Eduardo laburaba en el barrio, estaba yendo a hacer el documento y quedó en el medio. Se comió un tiro de regalo”, contó a PáginaI12 un vecino del barrio que, además, detalló que se escucharon “9 o 10 tiros”.
Según la versión de la policía, el ex subcomisario Raúl Medina, de 67 años, un ex sargento de la Policía Federal y un ex comisario de la misma fuerza fueron ayer a la mañana a la empresa de transporte y encomiendas First, ubicada en el cruce de la avenida General Iriarte y la calle Juan Madera, para retirar la plata recaudada durante el fin de semana, como lo hacen todos los lunes. Los tres policías retirados trabajaban como seguridad de la empresa. Cerca de las 10.20, siempre según la versión de la policía, tres jóvenes se acercaron para robarles el dinero que habían retirado, pero los custodios se resistieron y comenzaron a forcejear con los asaltantes. Fue durante ese forcejeo que uno de los jóvenes le disparó a Medina en el abdomen. Los policías relataron que otro custodio empezó a disparar inmediatamente y uno de los jóvenes recibió un balazo y cayó al suelo, pero a unos 30 metros del lugar del forcejeo. Los otros dos escaparon, aunque uno fue herido de bala, por lo cual los investigadores alertaron a todos los hospitales de la zona para que informaran si algún joven herido de bala se acercaba a atenderse en la guardia.
Cinco minutos después del tiroteo llegaron al lugar la madre y la hermana del joven asesinado y lo identificaron como Eduardo Godoy, de 27 años. Si bien fuentes de la Policía de la Ciudad insistieron en que Godoy formaba parte del grupo que intentó robar la empresa de encomiendas, sus familiares y vecinos del barrio aseguraron que sólo pasaba cerca de la esquina en donde ocurrió el intento de robo porque había ido a hacer un trámite en las cercanías, y fue alcanzado por un disparo de los custodios. Las dos mujeres explicaron que Godoy había ido a una “casa social” ubicada en la misma cuadra donde ocurrió el tiroteo, un lugar en el que ayudan a los vecinos a hacer los documentos. Un vecino y amigo de Eduardo dijo a este diario que “cerca de las 10.15” escuchó “9 o 10 tiros”, se acercó al lugar y encontró a los dos hombres tendidos en la calle, ya muertos. “Después reconocí que uno era Eduardo. Estaba tirado boca abajo, con las manos juntas en el pecho y no tenía ningún arma”, detalló. “Eduardo estaba yendo a hacer el documento a Río Cuarto y Juan Madera, en la otra esquina, para él y para los chicos”, explicó el vecino.
“Mi hijo no es el delincuente, los delincuentes se fueron corriendo”, aseguró la madre del joven. “Cayó a la hora equivocada y le dieron un tiro porque lo agarraron desprevenido, pero no salió a robar ni nada, así que primero averigüen”, afirmó, y agregó que “hay muchos testigos” que pueden verificar su versión. El vecino advirtió, además, que el local de la empresa de transporte “tiene cámaras de seguridad”, al igual que “una fábrica que está a media cuadra”, y ambas cámaras “tienen que haber registrado todo lo que pasó”. Los investigadores dijeron ayer que trabajaban en la búsqueda de cámaras de seguridad que pudieran haber captado el tiroteo, la llegada de los jóvenes y la fuga.
“Uno de los custodios que participó del tiroteo tenía el arma en la cintura después del tiroteo pero ni los policías que llegaron al lugar ni la Gendarmería que fue a hacer el peritaje se la pidieron”, recordó el vecino. Luego denunció que “a la madre de Eduardo los policías no la dejaron acercarse al cuerpo”. Fuentes de la investigación aseguraron que el robo no llegó a concretarse y que las armas de los tres custodios fueron secuestradas, pero no se encontraron armas de los jóvenes, ya que el asaltante que mató al empleado de seguridad es uno de los que escapó. En el caso intervino personal de la comisaría 30 de la Policía de la Ciudad y de Gendarmería Nacional para la realización de los peritajes, bajo las directivas del juez de instrucción 22, Guillermo Rongo, de la secretaría 148 de César López Cabanillas.