Desde Ciudad de México
Clara Brugada ganó la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México con 2 millones 888 mil votos, lo que equivale a 348 mil más que los que obtuvo su antecesora, Claudia Sheinbaum, seis años atrás. Cuando ambas asuman, el próximo 1° de octubre (Brugada al frente de la ciudad, Sheinbaum ahora como primera presidenta mujer del país), la populosa alcaldía de Iztapalapa (el equivalente a barrio, pero en este caso con dos millones de habitantes) habrá sido una pieza clave en el triunfo electoral de las morenistas. "Aquí Clara arrasó", repiten felices en su entorno. Pero si hay algo que ha sido clave dentro de la clave, es el modelo de gestión que Brugada aplicó en Iztapalapa en sus dos periodos de gobierno, que implica también un modelo de ciudad, y que prometió llevar a gran escala a la ciudad de México: fundamentalmente, el de las Utopías. Ella prometió hacer 100 en todo México durante su gobierno: 16 por año. Ayer, en Iztapalapa comenzó a funcionar oficialmente la número 13, y a la fiesta de inauguración fue invitada parte de la comitiva argentina que acompañó a Cristina Kirchner, las intendentas Mariel Fernández y Mayra Mendoza, el senador Oscar Parrilli y la exdiputada y organizadora desde el Instituto Patria del curso que cerró aquí Cristina Kirchner, Claudia Bernazza.
¿Qué son las utopías? Cada una de estas gigantes "Unidades de Transformación y Organización Para la Inclusión y la Armonía Social" (de allí la sigla) se levanta en este distrito que es uno de los de mayores carencias de la ciudad, para ofrecer servicios a la comunidad en distintas áreas: deportes, cultura, medio ambiente, recreación, atención a la mujer, infancias. Uno de los que se inauguraron en "los ocho barrios" (el sector más carenciado del distrito), por ejemplo, tiene una sede para el deporte y entonces allí hay una pileta semiolímpica y práctica de deportes como box, fútbol, básquet, tenis de mesa. Pero también los menos practicados: tiro al arco, escalada deportiva, datchball, trampolín. Porque la idea, se explica, es ofrecer "lo mejor", brindar "acceso y oportunidad". En tiempos de olimpíadas, se preguntan cuántos atletas profesionales quizás salgan de aquí, tras descubrir la práctica de estos deportes en forma gratuita.
Derecho al bienestar
La segunda sede está centrada en hacer que "las tareas de cuidado sean pasen a la órbita de la común y ya no dependan solo del ámbito privado de las mujeres", y entonces aquí hay espacios para niños y para la tercera edad, asistencia médica, odontológica, psicológica, jurídica, un centro para atender los casos de violencia y otro para adicciones, una lavandería para hacer lavados por un peso o un comedor para llevarse porciones por once pesos, y hasta un spa para mujeres, donde se ofrecen masajes relajantes. Todo gratuito y todo bello, todo "lo mejor". Todo pensado "para apapachar a las mujeres, para que ganen tiempo libre y que ejerzan su derecho al goce y al bienestar".
Otras sedes ya existentes recuerdan mucho a los argentinos a Tecnópolis, por su concepto de propuestas masivas de calidad para las infancias. En una (el Parque Utopía Meyehualco), sin ir más lejos, están los dinosaurios de "Iztapasauria". Los juegos infantiles de ese parque se mandaron a traer de Dinamarca. En otra se ofrecen clases de música: los chicos y chicas que asisten allí tienen la posibilidad de elegir no sólo entre los instrumentos más comunes, sino entre todos los que conforman una gran orquesta. "Todo fue elegido entre la mayor calidad posible. Y lo hicimos sin endeudar al distrito", se enorgullecen.
Promesa de campaña
Brugada (que el martes se reunirá con Cristina Kirchner, ver aparte) es de Iztapalapa por adopción: nació en el seno de una familia de clase media de Benito Juárez, uno de los barrios más acomodados y actual bastión opositor de esta ciudad. Fue por militancia que se mudó a una de las zonas más pobres de Iztapalapa, "y de aquí no me muevo", repite.
La promesa más fuerte de campaña de Brugada fue justamente la de llevar a toda la ciudad este modelo que ha transformado a su alcaldía: la jefa de Gobierno electa propone la creación de una “Ciudad Utopía Feminista", un plan para garantizar derechos de las mujeres que presentó como "Utopía del desarrollo económico: la ciudad que soñamos".
El concepto es el de "convertir el espacio público en un sistema de cuidados", y que sea, tal como establece la nueva Constitución de esta ciudad, un derecho protegido por el Estado. En el acto además Brugada prometió "un proceso de diagnóstico y planificación participativa para que todos los ciudadanos y ciudadanas aporten ideas sobre cómo serán esas utopías y qué ofrecerán. Ya no sólo será tarea de los arquitectos. Mi sueño es que una mujer diga: 'yo sueño con hacer tal cosa'. Y que eso lo pueda hacer en una utopía mexicana", sintetizó.
"Como mujeres que venimos de los barrios populares, valoramos cuando una mujer tiene la posibilidad de representar a la ciudadanía con esa mirada de mujer al frente. Cuando conocemos compañeros que luchan por la justicia social, en cualquier lugar del mundo, nos sentimos hermanados", expresó Mariel Fernández, invitada a hablar en el acto de inauguración.
La inauguración no ahorró en fiesta y colorido, con la presencia de las personas que ya están participando de las actividades allí. El "piropo" más grande que tal vez recibió Brugada es el que le dijo Lucía Gómez, una mujer de 60 años que asiste a los talleres "Mujer estudiando" en esta Utopía. Le contó que tenía un problema de dicción, que siempre había sido "muy sumisa", que sufrió violencia en su hogar. Y que siente un gran cambio desde que viene aquí. "A mí los talleres me enseñaron a hablar", le dijo. Tal vez la mayor transformación de todas las que se pueden prometer.