La boxeadora olímpica argelina Imane Khelif rompió el silencio y se refirió a los cuestionamientos que recibió por su alto nivel de testosterona. Dijo que fue sometida a un "escrutinio odioso" basado en conceptos equivocados sobre su género que "daña la dignidad humana".
La atleta habló sobre su difícil experiencia olímpica este domingo, en una estevista con la agencia internacional The Associated Press. “Envío un mensaje a todos los pueblos del mundo para que respeten los principios olímpicos y la Carta Olímpica, para que se abstengan de acosar a los atletas, porque esto tiene consecuencias, consecuencias enormes”, dijo.
Y agregó que este acoso “puede destruir a las personas, puede matar los pensamientos, el espíritu y la mente de las personas".
Khelif, de 25 años, contó la presión y el dolor al que fue sometida mientras competía y lamentó también cómo el revuelo mediático internacional y los cuestionamientos de los que fue blanco impactaron en su familia. “Están preocupados por mí. Si Dios quiere, esta crisis culminará en una medalla de oro, y esa sería la mejor respuesta”, agregó.
La boxeadora argelina se impuso a la húngara Lucca Anna Hamori por decisión unánime (5-0) en los cuartos de final de la categoría de 66 kilogramos de la competición de los Juegos Olímpicos de París 2024 y se aseguró una medalla.
La joven bajó llorando emocionada las escaleras del cuadrilátero, afectada por la polémica generada tras el abandono de su rival en los octavos de final, la italiana Angela Carini. “No pude controlar mis nervios”, dijo en la entrevista. Y explicó que “después del revuelo mediático y después de la victoria, había una mezcla de alegría y, al mismo tiempo, estaba muy afectada, porque honestamente, no fue algo fácil de pasar en absoluto" sino "algo que daña la dignidad humana”.
Quién es Imane Khelif, la boxeadora olímpica presentada erróneamete como trans
En su debut en los Juegos Olímpicos de París 2024, Khelif quedó envuelta en el ojo de la tormenta después de que su rival, la italiana Angela Carini, se retirara de la pelea cuando apenas transcurrían 46 segundos. Fue entonces cuando en los medios internacionales y en las redes sociales comenzó un debate sobre su "alto nivel" de testosterona y su género, a pesar de haber pasado todos los requisitos de elegibilidad para participar de la competencia.
La joven nació en un pueblo rural llamado Tiaret, en el oeste de Argelia, el 2 de mayo de 1999. Para juntar dinero para el transporte e ir a entrenar a 10 kilómetros de su vivienda, la deportista vendía chatarra para reciclar con tan solo 16 años, mientras que su madre vendía cuscús. Juntas pagaban el traslado hasta el pueblo para que Khelif pudiera asistir a clases regulares de entrenamiento de boxeo.
A los 19 años quedó en el puesto 17 en el Campeonato Mundial de 2018 en Nueva Delhi y luego representó a Argelia en el Campeonato Mundial de 2019 en Rusia, donde quedó en el puesto 33. En 2022 ganó una medalla de plata en los campeonatos mundiales de la Asociación Internacional de Boxeo (AIB) en 2022.
"Empecé sin nada y ahora lo tengo todo. Mis dos padres vienen a apoyarme; son mis mayores fans. Mi mayor logro es poder superar los obstáculos de mi vida", aseguró en una entrevista con UNICEF, entidad de la ONU que representa como embajadora.
A pesar de haber tenido un meteórico comienzo, en 2023 fue descalificada del Mundial de Boxeo, en Tashkent, Uzbekistán. ¿La razón? Que supuestamente no cumplió con los estándares de una "prueba de elegibilidad de género" no especificada.
En aquel entonces, el presidente de la Asociación Internacional de Boxeo, Umar Kremlev, afirmó que los resultados de las pruebas de Khelif y de otras atletas demostraron que tenía cromosomas XY—el par sexual relacionado al hombre cisgénero—, aunque las conclusiones nunca fueron publicadas, ni se reveló en qué consistieron dichos exámenes.
Entre 2015 y 2021, el Comité Olímpico Internacional (COI) exigía que cualquiera que quisiera participar de una competencia femenina demostrara que sus niveles de testosterona estaban por debajo de los 10 nanomoles por litro de sangre durante al menos los 12 meses anteriores a la competición.
Pero para evitar casos de discriminación, y porque los altos niveles de testosterona no son un beneficio en todos los deportes ni en todos los casos, el COI eliminó el mencionado requisito y dejó que cada federación de los diferentes deportes impusiera sus propios criterios.
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