El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, reunió este lunes a su gabinete de emergencia para analizar los disturbios y tomar medidas para atajar la violencia que asola al país y con las que el laborista se enfrenta a su primera crisis de gobierno. Starmer prometió "condenas rápidas" y anunció la creación de una unidad permanente de 400 agentes policiales especializados para lidiar con el desorden provocado por activistas de extrema derecha tras el asesinato de tres menores. Desde que empezaron los enfrentamientos la policía llevó a cabo más de 378 detenciones, según el NPCC, organismo que reúne a los jefes de los distintos cuerpos policiales de todo el país.
"Esto no es una protesta, esto es pura violencia", afirmó Starmer, quien consideró intolerable que se atacaran mezquitas. Pese a que el sistema penitenciario británico está al borde del colapso y las cárceles rozan el máximo de su capacidad, el líder laborista insistió en que "caerá todo el peso de la ley" sobre los responsables y habrá suficiente espacio en las cárceles para detener a todos aquellos que arrojaron objetos como piedras o botellas a los agentes de policía, quemaron comisarías o atacaron mezquitas y albergues para solicitantes de asilo.
"Mi objetivo es asegurarme que pongamos fin a este desorden, y que las sanciones penales sean rápidas (...) Haremos que esto funcione y nos aseguraremos de que tengamos los lugares que se necesitan (por las cárceles) para llevar rápidamente a los responsables ante la justicia", sostuvo Starmer. Entre otras cosas avisó que el derecho penal deberá aplicarse tanto en línea como fuera de ella, por lo que las personas que cometan delitos en Internet (en clara referencia a instigar la violencia) serán tratadas de la misma manera.
Este lunes Downing Street salió al cruce de los comentarios del magnate Elon Musk, quien comentó en X que "la guerra civil es inevitable" debajo de un video que mostraba los violentos disturbios en Liverpool. El vocero de Starmer dijo que la violencia provino de una minoría de personas que no representan al Reino Unido y destacó que el primer ministro no comparte los dichos de Musk, quien anteriormente había sido criticado por permitir que figuras de extrema derecha volvieran a la red social de la cual es dueño.
"No hay justificación para comentarios como ese. Lo que hemos visto en este país es violencia organizada que no tiene cabida ni en nuestras calles ni en Internet. Estamos hablando de una minoría de matones que no hablan en nombre de Gran Bretaña", planteó el vocero del gobierno y agregó que están trabajando para convencer a las empresas de redes sociales de que eliminen los contenidos considerados delictivos, según el diario The Guardian.
Un Ejército permanente
Luego de adoptar una postura dura en los últimos días contra quienes calificó de "matones de ultraderecha", Starmer convocó al gabinete de crisis en su residencia de Downing Street, en Londres. El premier anunció este lunes que se creará un contingente permanente de policías formados para ser desplegados en caso de nuevos disturbios, y destacó que "se intensificará la justicia penal" en contra de aquellos responsables de los disturbios, según informaciones recogidas por Sky News.
La violencia supone un gran reto para Starmer, un abogado de derechos humanos y exresponsable de la Fiscalía británica elegido hace sólo un mes en la aplastante victoria de los laboristas sobre los conservadores. Diputados de todo el espectro político lo instaron a que convoque al Parlamento, actualmente en receso estival, incluidos la exministra del Interior ultraconservadora Priti Patel y el ultranacionalista líder de Reform UK, Nigel Farage, conocido por sus posturas antiinmigración.
La presión aumenta sobre el líder laborista después de que Irlanda del Norte anunciara que frenará el receso de verano de la Asamblea de Stormont y volverán a la Cámara este jueves para discutir sobre las escenas violentas y anti-inmigración que se vivieron a lo largo del fin de semana en el Úlster. Sin embargo la ministra británica de Interior, Yvette Cooper, dijo este lunes a la radio LBC que el Parlamento no será convocado "en este momento" y que por ahora el gobierno está en contacto con los diputados.
El domingo estas concentraciones, bajo el lema "Ya es demasiado" en referencia a la llegada al Reino Unido de migrantes que cruzan el Canal de la Mancha en barcas neumáticas, desembocaron en ataques contra dos hoteles que albergaban a solicitantes de asilo. En Rotherham, en el norte de Inglaterra, varios centenares de personas rompieron ventanas, provocaron incendios y lanzaron proyectiles contra la policía, mientras otros gritaban consignas como "Expúlsenlos".
En Tamworth, cerca de Birmingham, en el centro del país, la policía dijo que un grupo de personas atacaron un hotel, donde "lanzaron proyectiles, rompieron ventanas, prendieron fuego y atacaron a la policía". El inspector jefe del Consejo de Jefes de la policía británica, Gavin Stephens, informó que son 378 los detenidos en la última semana relacionados con los disturbios.
"Las fuerzas policiales siguen identificando a los implicados y continúan deteniendo a los responsables", explicó Stephens en declaraciones recogidas por la cadena británica BBC, en las que agregó: "Quiero garantizar a la población que hay una respuesta policial unida y robusta en todo el país. Estamos haciendo todo lo posible para enfrentar estos desórdenes y que estén a salvo".
El exjefe de policía Neil Basu, dijo que la violencia de extrema derecha vista el fin de semana debe ser tratada como terrorismo. "Intentar incendiar un edificio con gente dentro, a la que dejaste claro que detestas, es un acto de violencia contra las personas y la propiedad con una motivación racial diseñada para intimidar a un sector del público, ya sean musulmanes o solicitantes de asilo", explicó Basu a The Guardian.
El recuerdo de 2011
Con esta oleada de disturbios, Reino Unido y Starmer experimentan un déjà vu de las revueltas que vivió el país en agosto de 2011, después de que la policía matara a Mark Duggan, un hombre negro. El ahora primer ministro era entonces director de la Fiscalía en Inglaterra y Gales y mantuvo los tribunales abiertos las 24 horas del día para procesar a los cerca de tres mil detenidos.
Sin embargo los disturbios de esta última semana en muchas ciudades británicas fueron promovidos a través de las redes sociales por grupos como la denominada Liga de Defensa Inglesa (EDL, en inglés), y por su fundador Tommy Robinson, que siguió alentando la violencia con sus publicaciones en línea pese a estar de vacaciones en Chipre, según informaron medios locales.
En términos más generales, algunos comentaristas y responsables políticos creen que el auge de la retórica antiinmigración entre los políticos británicos fue lo que legitimó a los manifestantes. La llama que encendió esta escalada de violencia en el país fue el acuchillamiento múltiple sucedido el 29 de julio en Southport, al noroeste de Inglaterra, en el que murieron tres niñas y donde ocho menores y dos adultos resultaron heridos después de que un joven de 17 años entrara en un centro recreativo de la localidad y atacara a los asistentes de un taller de yoga.
El autor del ataque, Axel Rudakubana, de 17 años, nacido en Gales de padres ruandeses, fue acusado del asesinato de las pequeñas e intento de asesinato de las otras 10 personas, pero el malestar de los grupos de ultraderecha aumentó al divulgarse por las redes sociales información incorrecta de que el agresor era un solicitante de asilo que había cruzado en patera el Canal de la Mancha.