El presidente de Chile, Gabriel Boric, recibió este lunes al mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en el Palacio de la Moneda, en un cita marcada por la crisis en Venezuela tras la cuestionada reelección de Nicolás Maduro. En su encuentro con Boric, Lula abogó por un entendimiento entre las partes ante las protestas que estallaron después de que la autoridad electoral proclamara a Maduro como vencedor.
"El compromiso con la paz es lo que nos lleva a llamar a las partes al diálogo y a promover el entendimiento entre gobierno y oposición", planteó el líder brasileño. Brasil promueve junto a Colombia y México una salida a la crisis en Venezuela. "El respeto por la soberanía popular es lo que nos mueve para defender la transparencia y los resultados", sostuvo Lula.
Ni Lula ni Boric reconocen al líder opositor Edmundo González Urrutia como vencedor de los comicios, como sí lo hicieron los gobiernos de Argentina, Ecuador, Perú, Uruguay, Costa Rica, Panamá y Estados Unidos. Tampoco reconocen abiertamente la reelección de Nicolás Maduro.
Boric, que no reconocerá ningún resultado que no esté validado por "organismos internacionales independientes", evitó referirse este lunes a la crisis venezolana durante la declaración pública que dio en La Moneda en el marco de la visita oficial de Lula, y aseguró que hará una declaración el martes por la tarde.
Sin embargo, en su cuenta de X el mandatario chileno condenó la apertura de una investigación contra la líder antichavista María Corina Machado y el candidato presidencial opositor, Edmundo González Urrutia, y pidió al "régimen de Maduro" respetar los derechos humanos.
Chile es uno de los siete países latinoamericanos que tuvieron que retirar sus misiones diplomáticas de Venezuela tras la orden de Maduro en rechazo a sus "injerencistas" declaraciones sobre las presidenciales. Este lunes el gobierno de Venezuela acusó a Boric de arrodillarse a "los desmanes de la ultraderecha y el fascismo".
"Acá sí tenemos un Estado fuerte y una justicia que protege al pueblo y que no lo persigue, como ocurre en su país, donde ser de izquierda es muy peligroso", escribió en la red social X el canciller venezolano, Yván Gil, quien agregó que quien llame a un "golpe de Estado, a lo Pinochet" será investigado y juzgado.