Javier Milei y Santiago Caputo salieron al balcón presidencial, levantaron las manos y saludaron a algunos transeúntes que, curiosos, miraban lo que estaba ocurriendo en el primer piso de la Casa Rosada. No fue una imagen más. En Balcarce 50 montaron la escena después de días y días en los que el expresidente Mauricio Macri machacó en (casi) todos los canales de televisión y, hasta en el acto que encabezó en La Boca la semana pasada, con que sus problemas no eran con Milei, sino con su entorno más cercano. Es decir, con Santiago Caputo, el asesor todoterreno del Presidente, y con su hermana, Karina. "Cruzar a Karina es no entender a Javier", dicen desde la cúpula libertaria y entienden que Macri, al darse cuenta que estaba jugando con fuego, viró su discurso y las últimas críticas fueron teledirigidas contra Caputo y ya no contra la Secretaria general de la presidencia.

"Yo tuve un diálogo intenso con Santiago Caputo durante los primeros meses del Gobierno, donde se planificaron varias cosas y ninguna se cumplió. Eso es lo que hablé con el Presidente el mes pasado", dijo en una de sus declaraciones Macri. Lo que Caputo le prometió al expresidente --y "hermano de la vida" de su tío segundo, Nicky-- durante las asiduas conversaciones que tuvieron durante los primeros meses de gestión, fue que se iba a sentar con Guillermo Dietrich, ministro de Transporte de la Nación durante el macrismo y con Javier Iguacel, exdirector de vialidad entre 2015 y 2018 y secretario de Energía hasta 2019, para ofrecerles cargos en el gobierno. La idea de Macri era que ellos estén al frente de Infraestructura (Dietrich) y de Vialidad (Iguacel).

Según cuentan cerca del Presidente, esas reuniones entre Caputo y los macristas sí existieron y fueron "en buenos términos". Caputo cumplió con su palabra, aclaran. El problema, según explican cerca de Milei, es que en esos encuentros quedó en evidencia que los dos exfuncionarios tenían una visión distinta a la que quieren aplicar los libertarios en ambas áreas. Ellos querían un modelo muy similar al de Cambiemos en 2015, cuentan. Es decir, con el regreso de las obras con Participación Público-Privada (PPP) donde el Estado se hacía cargo de poner una parte del financiamiento y el socio privado facilitaba el resto. Los libertarios, en cambio, buscan la nula participación estatal. Los exfuncionarios del macrismo, según analizaron en Casa Rosada, se fueron en "buenos términos", pero entendieron las diferencias que existen entre ambas visiones.

"Macri sigue pensando que el problema es que hay que achicar el Estado, mientras que nosotros creemos que hay que eliminarlo". Así define la cúpula libertaria las diferencias que existen entre ellos y el macrismo. Lo que no terminan de entender cerca del Presidente, indican, es por qué Macri remarca todo el tiempo que, a diferencia de Bullrich, él no quiere una fusión del PRO con LLA y quiere mantener un perfil distinto, pero, al mismo tiempo, exige cargos y lugares dentro de la gestión. "Hay una contradicción", opinan y agregan despectivos: "Si yo fuera un expresidente no estaría mangueando cargos". Por otro lado, adelantan que, si son ciertas las versiones que consignan que el exmandatario en la intimidad se burla de Karina --dijeron que le dice la Tarotista y la tortera-- "se va a cortar el vínculo con el Presidente".

La candidatura de Lijo y quedarse con la hidrovía

Otra de las cuestiones que tiene en vilo a Macri y por lo cuál le fue a pedir a Milei en la reunión que tuvieron hace unos días en Olivos, es la candidatura de Ariel Lijo para que sea juez de la Corte Suprema de Justicia. Macri tiene un encono personal con el juez federal porque fue quien lo procesó en la causa del Correo. La respuesta de Milei también habría sido negativa. El Presidente no está dispuesto a concederle ese deseo. En Casa Rosada dicen: "No podemos hacer mucho al respecto por lo del Correo. No sabemos qué manejos tenían ellos con la justicia, pero nosotros no vamos a interceder". Además, aclaran que ese es un pedido personal y no de su partido.

El exmandatario, por otro lado, está pujando para quedarse con la concesión de la Hidrovía. Se trata de la licitación del canal más importante del país que el gobierno pretende hacerla con un esquema similar al de los 90. Es decir, quitando la representación de las provincias, pasándola a un área dentro del ministerio de Economía y dándole el manejo a una empresa privada sin prever mecanismos de control estatal. 

El expresidente, al final de su mandato, armó con la ayuda de Dietrich una licitación internacional con la supuesta intención de que la hidrovía --y el negocio multimillonario en dólares que significa-- quede en manos de un consorcio holandés, denominado "Boskalis Dredging International", vinculado a la familia de Máxima Zorreguieta. Sin embargo, ese intento se frustró cuando no pudo reelegir. 

En una entrevista que dio durante los últimos días a LN, Macri dijo: "teníamos el pliego ya hecho porque venía el vencimiento del contrato en un supuesto segundo mandato. Lo seguimos actualizando y le dijimos a este gobierno: 'ahí está el pliego, sigan trabajando'. El beneficio de la privatización no es para el Pro, sino para los productores. Pero todavía no lo termino de entender por qué no lo agarran. No les decimos que queremos lugares en las listas, no les hemos propuesto ni un ministro, solo estas cositas que aceleran". "Es un delito si le asignamos esa licitación", le responden tajantes desde Casa Rosada y dejan en claro que no tienen intenciones de hacerle caso a Macri. Sobre los ministerios, en tanto, recuerdan que "de ocho carteras, seis tienen terminal en el Pro", y disparan: "Además, en tal caso, ¿en carácter de qué quiere poner ministros?".

Deglutir figuras del PRO

Otra de las estrategias con las que están avanzando desde LLA es con la de deglutir figuras importantes del PRO e ir incorporándolas, de a poco, "a las fuerzas del cielo". Ya lo hicieron con Patricia Bullrich, con Luis Petri, Luis Caputo y Federico Sturzenegger, entre otros. Ahora tienen en la mira a Cristian Ritondo. "Es muy correcto y aceptable. Entiende más. La diferencia esta en la motivación: Cristian quiere construir políticamente y Mauricio destruir", subrayan y lo ceban desde el oficialismo: "No creemos que él sea un tipo que tenga que pedir permiso". También miran con cariño a Diego Santilli: "Con él también tenemos una muy buena relación", deslizan.

En el marco del acercamiento que la Casa Rosada tiene con Ritondo, en las próximas horas se conocerá que un hombre cercano a él ocupará un puesto en el directorio de YPF. Se trata de Martín Maquieyra, diputado nacional por La Pampa, que tiene expertiz en el tema. Él entraría para ocupar el lugar de Mario Vázquez, que falleció el fin de semana pasado. 

Uno de los conversos estrella, Federico Sturzenegger, salió a opinar de la interna entre el Presidente y su exlíder, Macri. “Lo digo con todo respeto: Mauricio, con mucho esfuerzo, no lo logró hacer en cuatro años lo que Milei logró en un mes. Si me dicen que no hay gestión, no sé, me vuela la cabeza”, dijo en declaraciones radiales. En Rosada escucharon al flamante ministro encargado de destruir el Estado y lo elogian: "Está muy bien lo que dijo Federico. No se entiende desde dónde Macri sale a hablar de esta gestión, cuando su gobierno se la puso de gorra", espetan.