La gimnasta brasileña que consiguió el oro en gimnasia de suelo en los Juegos Olímpicos París 2024 y pasó a convertirse en la mayor medallista olímpica de su país es tomada como fuente de inspiración y superación para cientos de niñas y niños que viven en las favelas brasileñas y sueñan con poder desarrollar su pasión por el deporte.

Rebeca Andrade nació y creció en una favela en las afueras de São Paulo. Empezó a practicar gimnasia artística gracias a un proyecto social de iniciación deportiva. Dio sus primeros pasos en un gimnasio de los suburbios de Guarulhos, lugar al que debía llegar luego de una caminata de dos horas. En varias oportunidades su continuidad estuvo en riesgo por falta de dinero.

"Es un orgullo inmenso pensar que ella salió de aquí y la vi cuando era pequeña, es una emoción gigantesca", contó emocionada Monica Barroso dos Anjos, de 52 años, primera entrenadora de Andrade en el gimnasio Bonifácio Cardoso, donde la atleta hizo sus primeras prácticas.

La campeona olímpica comenzó allí con cuatro años gracias a su tía Cida, que trabajaba en la cocina del lugar, sede de un proyecto social y deportivo de la alcaldía de Guarulhos.

En el gimnasio se exhiben numerosos trofeos y fotos de Andrade. Y su rostro decora un colorido mural en la pared, que inspira a las miles de niñas y adolescentes formadas en las instalaciones.

"Hace unos seis o siete años no imaginábamos que una gimnasta brasileña estaría en lo alto del podio, y hoy es una gimnasta de Guarulhos la atleta más premiada de Brasil, incluyendo hombres y mujeres", celebra Anjos, consultada por la AFP.

 Biles y Chiles hicieron una reverencia cuando Andrade subió al podio. Imágen: AFP 


La medalla de oro

La gimnasta brasileña ganó este lunes el oro olímpico en los ejercicios de suelo consiguiendo la cuarta medalla de los Juegos Olímpicos París 2024 y el sexto podio olímpico de su carrera.

Rebeca eligió la canción funk "Baile de Favela" para interpretar su rutina de suelo en el Arena Bercy. El jurado le otorgó un puntaje de 14,166, por encima de los 14,133 que cosechó más tarde Biles. El bronce fue para la también estadounidense Jordan Chiles, con 13,766 puntos.

Cuando Rebeca subió al podio para recibir su medalla, Biles y Chiles la recibieron con una reverencia, una imagen que recorrió el mundo y quedará grabada en la historia olímpica como una de las muestras más notables de espíritu deportivo.