Llegados desde Burdeos, más que perdidosos, lamentables, unos argentinos agotados se apilan en una mesa de “Les Deux Magots”, convencidos de que en esos asientos registraron sus nalgas el tal Sartre y la susodicha Beauvoir, en aquellos tiempos de rompe-y-raja ¡de pleno existencialismo en flor!... Pero hoy, a días de la estrepitosa derrota, y lejos de todo intelectualismo, sólo ansían el bondadoso antídoto salvador, que los rehabilite como personas liberándolos del papel de fracasados hinchas futboleros, derrotados ante Francia 1 a 0. Lógico, piden cerveza. Un grupo diverso, por decir, asume la mesa cercana y, cual gallinero en su hora-pico, cacarean intimidades y otras extensiones… Pero el vozarrón de mando parte de una tal Charo que, sin dudarlo y con visible prepotencia, trata de atraer la atención de turistas y parroquianos. Desenfunda el celular, grita:
--Hola, Marisela, ¿cómo estás? Agotada, me imagino, por estos Juegos. Y vos, ¿también te bañaste en el Sena?, ja, ja…
Del potente celular, el bar escucha la respuesta:
--Mirá, Rosarito, no te pude conseguir invitación, por mucho que lo intenté, lo siento. Hasta para la gente del Cachivache, fue imposible… Además, después de aquella lluvia helada durante la ceremonia de apertura, casi no puedo hablar del dolor de garganta. Desde 1923 estaba prohibido bañarse en el Sena, ¿sabías? Te diré que nuestra amiga Sonia seguramente va a perder el trabajo, le echan la culpa de la desaparición de algunos millones...
Charo corta, y llama a Sonia.
--Hola, Sonia querida… Me tenés que contar cómo te fue, tenías muchas responsabilidades, ¿no?… Te diré que me encantó el show, especialmente el desfile de modas, los modelos, las modelas…, y las travestis, cada vez las admiro más, saben ser como mujeres al cuadrado, fascinantes, y esa manera de mover el cuerpo al andar… ¡Qué francés, qué fino todo! ¿Tuviste que ver con la escenografía?... ¿Y con los millones desaparecidos?...
--Te cuento, Charo, el caso es que soy la asistente del que armó todo el show, que se llama Thomas Jolly, como si dijeras “Tomás el lindito”, dicen que es muy bueno para la escenificación, pero bueno y boludo se escriben igual, con la b de burro. No se dio cuenta de las trapisondas de sus rivales en este putísimo mundillo, es por ahí que ruedan los millones…
--Ah, ¡pero entonces te codeás con lo mejor de lo mejor en el mundo de la cultura, Sonia! Yo recuerdo que tenías problemas de pilosidad, te habrás sentido feliz entre tantas mujeres barbudas, estoy segura que ahora eso se va a poner de moda. Sonia querida, me dijeron que tu buen gusto fue decisivo para el éxito del show, y también me encantó lo de la reina de Francia llevando su cabeza entre sus manos, te felicito, sinceramente… Y ese derroche de color púrpura, mitad sangre derramada, mitad jarabe de frutilla…
--Gracias, Charito, pero no, eso fue idea de Marisela, que trabaja con la intendenta de París, y ésta le tiene mucha bronca a Thomas Jolly, no se pueden ver, y no sé si te fijaste, en cada ventana del decorado se asomaba un aristócrata, cada uno con una cabeza empelucada en las manos, con los rasgos de algún personaje contemporáneo. Uno se parecía a Trump, otro a Putin, y otro al propio Thomas, qué risa me dio…
--Ah sí, imitando a los santos cefalóforos de la Edad Media, como san Dionisio, fundador de la ciudad donde se conservan los corazones de los reyes, donde está ahora el mayor estadio de Francia…
--Cefalóforos, ¿qué es eso?...
--Los que llevan su cabeza entre sus manos, hija, por favor… Seguimos más tarde…
Charo corta; se acomoda la peluca; llaman a su celular, atiende:
--Hola, Violeta, ¿de dónde me llamás? Sí, estoy de paso aquí. No, no se lo dije a nadie. Mañana nos vemos en Bruselas, de acuerdo.
Charo corta y vuelve a llamar:
--¿Aún estás ahí?... Escuchame Sonia, como te estaba contando. En aquél entonces, todavía no existía la guillotina, la pelea era contra los Godos, o sea los alemanes… Pero, ¿entonces Marisela tuvo algo que ver con el chiste de los degollados?...
--Sí, claro. Pero Thomas Jolly, siempre haciendo de boy muy famoso y creativo, se vengó poniendo la cara de ella, la gallega Hidalgo, en una de esas muñecas que al final se fueron hundiendo en el río, ¿también viste que eran copias de cuadros famosos, entre ellos la Gioconda?
--Sonia querida, tengo una duda, ¿me podrías decir de quién era la carita que le pusieron a María Antonieta? Por televisión no la pude ver bien… Y me tenés que contar qué dijo Brigitte Macron, es mi ídola, qué mujer tan elegante…
--Charo, Brigitte está furiosa, los franceses ahora la representan de María Antonieta degollada, pero con barba, porque dicen que ella también es una travesti.
--¡La culpa de todo lo que anda mal en Europa la tienen los moros, seguro que fueron unos inmigrantes que odian a Macron!... ¿Sabés que ya degollaron a un profesor, en una secundaria, hace cuatro años? Fue un islamista furibundo... Eso sí, si Francia también se va a la mierda, ¿dónde me voy a hacer la cirugía?...
- ¿Qué cirugía, Charo?...
- … Ya me puse los senos, sólo me falta la vagina…, y acá tienen una tecnología nueva increíble, fijate bien en la Macron, mi ídola, es igual pero igualita, a Brigitte Bardot.
Hartos ya del fulero gallinero, y recuperados por las cervezas, los argentinos elevan banderas en ristre, salen a la calle haciendo sonar matracas, tamboriles, y cantan a toda voz: “¡Volveremo-volvereeemo!” …