Desde la más tierna infancia, Leonard Snart y su hermana Lisa sufrían violencia y maltratos a manos de su padre. Su madre, quien también recibía fuertes palizas de su esposo, decidió finalmente abandonar el hogar. Los niños solo recibían consuelo cuando los visitaba su abuelo, que era repartidor de hielo. Desde allí se construyó una estrecha relación con el hielo: paradójicamente, el frio les recordaba la calidez de su abuelo. El frio encandilaba a Snart, le producía una rara mezcla de melancolía pero también de una extraña fortaleza. 

Siendo un adolescente, se unió a una pandilla que pretendió asaltar el Keystone City Bank. Sin embargo, fueron detenidos por el súper héroe Flash, quien con su extraordinaria velocidad los neutralizó. En la cárcel, se dedicó a estudiar. El mismo se jactaba, de haber leído cientos de libros, pero muy particularmente algo lo obsesionaba, el frio. Finalmente consiguió inventar una pistola capaz de lanzar rayos que congelaban todo lo que tocaba. Algunos dicen que la idea se la plagió al Dr. Víctor Fríes (que luego se transformaría en el villano “Sr. Frío”). El arma tenía un efecto congelador sobre cosas y objetos. 

Alberto Morán Roa en “Frio como el infierno” define a el Capitán Frio”: Snart es el delincuente marginal, jodido que vive a salto de mata y roba porque es lo único que ha aprendido, endurecido a base de patadas en las costillas”. Este particular sujeto es en realidad un personaje de comics, creado por John Broome y Garmine Infantino para DC Comics en 1957. Más allá del comic, tiene apariciones en la serie de TV “El Flash” como en varios videojuegos (Injustice, Injustice 2). 

Su amor por el frío tiene en Argentina a un fiel seguidor. ¿Quién? El Presidente Javier Milei. Aquel que señala que el calentamiento global es una vil mentira y necesita vivir con temperaturas gélidas. En una entrevista de abril con Alejandro Fantino en “Neura”, interrumpió la entrevista, pidiendo que prendiera el aire acondicionado porque tenía calor… Son varios los ministros que reconocen que en las reuniones de gabinete la temperatura es hostil y el propio Milei reconoció en una entrevista con Marcelo Bonelli que varios de sus ministros lo llaman freezer.

Siendo respetuosos, cada uno siente la temperatura que quiere y  la disfruta según le parece. Sin embargo, El Capitán Frío Milei ha lanzado con su pistola un feroz rayo congelante sobre la economía argentina y particularmente sobre la provincia de Buenos Aires.

Hacia marzo de 2024 y en conjunto con el diputado nacional José Luis Espert, llama a una rebelión fiscal en la provincia de Buenos Aires, es decir, al incumplimiento de la ley impositiva 5479, aprobada por amplia mayoría en la Legislatura. Los dos declaraban a la norma como un impuestazo. Como dijimos en Sabotaje sobre Buenos Aires (Pagina 12 29/3/24) la norma busco topes progresivos que definieron una escala de aumentos en donde solo el 0,71 por ciento de todas las partidas rurales tienen aumentos por encima de la inflación. Estamos hablando de 2138 partidas rurales, aquellas que tenían una base imponible superior a $198.940.000 millones de pesos.

El 5 de abril de 2024 en Azul se amagó con una manifestación de productores rurales para convocar a la rebelión. No más de cincuenta propietarios se hicieron presentes… paradójicamente algunos, para justificar la escasa concurrencia, hablaron de bajas temperaturas, el frío nuevamente presente. No conforme con ello, insistió Milei, en lanzar hielo sobre tierras bonaerenses.

Al respecto, resulta útil meternos en el análisis del documento, “Primer semestre de 2024: las consecuencias de las políticas de Milei sobre las finanzas de la provincia de Buenos Aires” elaborado por el Ministerio de Economía bonaerense. En un análisis introductorio, define que “El Estado Nacional se ha retirado de muchas de sus funciones básicas e incumplido sistemáticamente con sus obligaciones con las provincias”. Este atropello inédito al federalismo fiscal afecta a todo el territorio argentino y pone en riesgo la salud, la educación y la seguridad de 47 millones de habitante. El rayo congelante se ha lanzado hacia todo el país. Clara Mattei en “The Capital Order” (2022), analiza en términos históricos “la llamada austeridad fiscal” y la considera uno de los pilares del capitalismo moderno, conjuntamente con la austeridad monetaria y la industrial, que buscan esencialmente producir un desequilibrio en la relación social, ensanchando el poder del capital.

Desde otra perspectiva pero con similares conclusiones Mark Blyth en “Austeridad, historia de una idea peligrosa”, señala que “la austeridad no funciona, si por no funcionar entendemos que a través de ella no se consigue ni la reducción de la deuda ni el fomento del crecimiento económico“. En el documento bonaerense se explica que, frente a esta agresión al conjunto de la nación, la provincia no es la excepción. “Siendo el territorio del 38 por ciento de la población del país, que genera el 36 por ciento de la riqueza y la mitad del valor agregado industrial, está siendo enormemente castigado por las políticas económicas nacionales. Estamos ante un modelo económico anti industrial, anti pequeñas y medianas empresas, anti mercado interno y anti federal”. Con detalle se explica que la mega devaluación sin compensación de diciembre de 2023 y el recorte fiscal nacional son las causas de la recesión económica, diciendo que “para tomar dimensión del impacto, la contracción del gasto primario del Sector Público Nacional alcanzo el 32,2 por ciento . Considerando los últimos treinta años, es el más alto registrado…”

Esta destrucción ha congelado la actividad económica, produciendo en el primer cuatrimestre del año la pérdida de más de 137.000 puestos de trabajo, con su particular impacto sobre la provincia de Buenos Aires. El ataque a las provincias se canaliza por la recesión auto infligida, la eliminación de transferencias nacionales obligatorias con destinos específicos (educación, transporte, seguridad), la paralización de obra pública y el retiro del Estado Nacional de funciones que comparte con los Estados Provinciales. El documento agrega que la provincia de Buenos Aires sufre una ley de coparticipación injusta.

Con respecto a las obligaciones nacionales obligatorias, mal llamada discrecionales (por contar con respaldo normativo) la provincia de Buenos Aires dejó de percibir en seis meses, por discrecionalidad ilegítima del estado nacional, la suma de 1,9 billones de pesos. A esto se3 agrega el stock de deuda por obras paralizadas en territorio bonaerense , otros 6,3 billones de pesos. Para comparar, el documento explica que el perjuicio infligido a la provincia de Buenos Aires por las políticas nacionales equivale a tres años de servicio alimentario escolar, 2,5 meses de salarios provinciales, cuatro meses de salarios de docentes de escuelas públicas, nueve meses  de salarios de policías, nueve meses del presupuesto de salud. 

Frente a estos rayos congeladores de austeridad y ajuste del Capitán Frío Milei, la provincia, conducida por su gobernador, ha decidido “ser un escudo para proteger a las y los bonaerenses”. Lo hace aumentando programas sociales, entregando viviendas, sosteniendo el salario y garantizando el ciclo lectivo, inversiones sostenidas por una prolija y equitativa política tributaria provincial. Como también haciendo los mayores esfuerzos para reactivar las obras que el Estado Nacional ha desfinanciado. Al respecto se recomienda para mayor detalle ver “Las obras que quiere reactivar la provincia” de Juan Manuel Meza (Bs.As. 12). Frente al Capitán Frio Milei, escudo social, y el calor de las y los bonaerenses.