Dentro del Gobierno volvieron a surgir diferencias en materia de política exterior. La falta de acuerdo –que ya se había expresado la semana pasada con la desmentida de la propia Cancillería respecto de la posición de Diana Mondino sobre las elecciones en Venezuela– tuvo que ver esta vez con medio oriente. Más específicamente alrededor del grado de amenaza que podría suponer para el país el alineamiento del presidente Javier Milei con los intereses israelíes en esa región, un asunto por demás espinoso. De acuerdo al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el Estado de Israel alertó a la administración libertaria sobre la posibilidad de que la Argentina sufra un atentado de parte de Irán, y hasta pidió públicamente en ese marco que la flamante SIDE de Santiago Caputo y Sergio Neiffert redoble sus esfuerzos preventivos. Pero este martes el vocero presidencial, Manuel Adorni, salió a bajarle un tono a las alarmas que había encendido el ministro coordinador y sostuvo que “no hay ningún cambio que hacer” porque el Gobierno “ya ha tomado las precauciones necesarias”.
En su rueda de prensa del martes por la mañana, Adorni se ocupó de contradecir a Francos, pero intentó que no se note tanto. “Lo que comentó el jefe de Gabinete fue simplemente la información recibida por parte de Israel acerca de posibles ataques que podían recibir, pero no hay nada que haya cambiado nuestra postura ni nuestras acciones en materia de seguridad, al menos por ahora”, dijo ante la consulta de los periodistas acreditados en la Rosada.
Sin embargo, Adorni omitió que el propio Francos había pedido que "los servicios de inteligencia del Estado deben estar atento a cualquier manifestación que aparezca para prevenirla en lo posible", remarcó Francos en referencia al rol de la SIDE y al Servicio de Inteligencia Argentino (SIA), encargada de la recopilación de información estratégica alrededor del mundo.
Para el vocero, que habla en nombre del círculo íntimo del Presidente, el país “ya había tomado todos los recaudos necesarios” en la materia. “Así que no”, siguió, “no hay ninguna alerta roja ni ninguna otra cuestión que amerite que yo tenga que comentar o que tengamos que comentar algún cambio en seguridad”.
Aún así, parte del pedido de mayor precaución se cumplió horas más tarde, cuando Cancillería confirmó que evalúa una posible retirada de funcionarios de la embajada argentina en el Líbano en busca de “un sitio seguro” a resguardo de posibles represalias de Irán y Hezbollah, los dos principales enemigos geopolíticos de Israel.
Aires de guerra
El asesinato el miércoles pasado en Irán de Ismail Haniyeh, líder de Hamas, en un ataque que fue atribuido a Israel, no hizo más que recrudecer la guerra abierta en medio oriente. El crimen impactó de forma indirecta en Argentina, dado que tal como dijo el propio Francos, el país es considerado “amigo” del gobierno de Benjamín Netanyahu, a cuyos intereses en esa región Javier Milei decidió alinearse abiertamente y sin fisuras. Incluso tuvo un gesto provocador, al anunciar que mudaría la embajada Jerusalén occidental.
Como Hamas y luego Irán juraron vengar la muerte de Haniyeh, se encendieron las alarmas en argentina. “La información que recibimos es que se espera un ataque muy fuerte de Irán hacia objetivos amigos de Israel”, dijo el jefe de Gabinete al respecto. “En función de eso –agregó– hemos tomado medidas para proteger a los argentinos y diplomáticos en el Líbano porque sería uno de los objetivos del ataque”.
“La posición de Argentina ha sido la defensa de Israel ante los ataques terroristas que ha sufrido", sostuvo Francos y blanqueó que "esto nos genera de aliados” y de blancos de posibles ataques.
El alineamiento es total. Milei habla directamente de la "soberanía" de Israel sobre Gaza y en abril hasta llegó al punto de darle una silla en la Rosada durante una reunión del gabinete al embajador Israelí en Argentina, Eyal Sela.
En eso sí coinciden todos los miembros del gabinete. Según Adorni, lo que está sucediendo en medio oriente es una lucha entre "el mundo libre versus el mundo no libre, o viceversa en este caso". "Lo cierto es que el mundo libre está amenazado", siguió, en línea con la posición del Gobierno de inmiscuir al país en guerras ajenas.