En una sesión que se extendió por casi 5 horas y media, la Cámara de Diputados de Salta aprobó ayer un proyecto de declaración de rechazo a la visita de legisladores nacionales de La Libertad Avanza con represores condenados por delitos de lesa humanidad que cumplen prisión en el Complejo Penitenciario de Ezeiza.
En el mismo proyecto el cuerpo ratificó su compromiso con la democracia, lo que fue reforzado rato después, al aprobar un proyecto de ley que establece la "capacitación reflexiva y obligatoria en la temática de la Democracia en la Argentina, para todas las personas que se desempeñan en la función pública en todos los niveles y jerarquías".
Las legisladoras y legisladores provinciales que se referencian con el gobierno nacional eligieron ignorar el primero proyecto, pero en el segundo participaron del debate, que por momentos alcanzó profundidad, rápidamente equilibrada con chicanas y expresiones de vuelo al ras del suelo.
Entre quienes repudiaron la visita hubo quienes alertaron sobre el aumento de la violencia política. Mónica Juárez (bloque René Favaloro) y David Leiva (Memoria y Movilización) hablaron de "infiltrados" en el sistema democrático para erosionarlo; Gustavo Dantur (del bloque Más Salta) especuló que la visita fue un ensayo para probar hasta dónde se puede seguir lesionando la democracia.
En esa misma línea Luis Mendaña (bloque Justicialista Gustavo Sáenz Conducción) llamó a "abrir bien los ojos" porque estos diputados son “una herramienta de una perversa maquinaria para empezar a evaluar nuevamente el terrorismo de estado”. Señaló en este sentido las reuniones entre legisladores y abogados cercanos a los genocidas.
“Lamentablemente, en esta Argentina hay funcionarios electos por la democracia que piensan así. Estaban agazapados”, siguió. Aseguró que el Congreso de la Nación ya debería haber expulsado a estos legisladores, “¿cuál es la justificación para sigan?”, inquirió. “Hay que denunciar de dónde viene esto”, detrás están el Presidente y la vicepresidenta de la Nación, aseguró, y para reforzar recordó que Javier Milei cuestionó el número de 30 mil desaparecidos y Victoria Villarruel tiene afinidad con los represores.
“La antidemocracia no solamente viene de los libertarios, también hay un peronismo que es afín a este gobierno", cuestionó. “Si no ponemos el ojo donde tenemos que ponerlo, vamos a tener una Argentina retrocediendo 50 años en los derechos, en los derechos humanos”. “Nuestras madres de plaza de mayo hoy vuelven a ser cuestionadas”.
Mónica Juárez alertó sobre sectores antidemocráticos que "se están infiltrando dentro de la democracia para ejercer la no democracia”. Sostuvo que es injustificable la visita a personas que han cometido crímenes tan aberrantes como delitos sexuales, torturas, asesinatos, desapariciones, apropiación de niños y niñas.
David Leiva recordó cuán necesaria es una ley de memoria, cuya sanción impulsó el año pasado, y anunció que volverá a presentarla. “La memoria es fundamental para no repetir”, dijo. Agregó que como legisldores tienen la obligación de repudiar esta visita, “de levantar la bandera de la memoria, de la verdad, de la justicia", pero también de aportar para que jóvenes, niños, niñas y adolescentes conozcan la historia reciente. También calificó a estos legisladores visitadores como "infiltrados".
La encargada de presentar el proyecto de rechazo a la visita a genocidas fue la diputada Laura Cartuccia (JGSC), quien les recriminó que se hayan reunido con “criminales genocidas, hombres que robaron niños de manos de madres”, que torturaron y mataron. Calificó la visita como "una puñalada a la memoria”. “Quedarnos callados sería ser cómplices”, afirmó.
Al final, antes de que se votara destacó el proyecto de la diputada nacional Gizela Marziotta, para la expulsión de los diputados que visitaron a los genocidas. Y alertó: la visita es solo la punta de un iceberg, en el que “se esconden una serie de maniobras y de personajes que buscan la impunidad de quienes secuestraron, de quienes torturaron, de quienes se apropiaron de hijos, de quienes desaparecieron durante la dictadura”.
Dijo que como legisladores no pueden “permitir ni naturalizar" que legisladores electos por el voto popular "visiten a quienes atentaron contra el sistema democrático y perpetraron crímenes de lesa humanidad" y les exigió "una explicación pública, porque parece que han perdido la memoria”.
En ese punto pidió a los dos legisladores por Salta mencionados como partícipes de reuniones previas a la visita, aunque no habrían sido parte de la visita, Carlos Zapata y Emilia Orozco, que informen si fueron o no a ver a los represores.
Por otro lado, las diputadas norteñas Mirtha Miller (Tartagal, Evita Conducción) y Ramona Riquelme (Orán, JGSC) eligieron recordar su propia experiencia como militantes y recordar a compañeros víctimas del terrorismo estatal. “Nosotros que somos hijos de la democracia no podemos permitir esos actos, tenemos que levantar la voz”. “Hay que decir Nunca más”, aportó la diputada Soledad Farfán (UCR).
Adrián Valenzuela (JGSC) cuestionó la falta de interés de algunos legisladores que abandonaron el recito. "Me da vergüenza, porque somos hombres y mujeres de la democracia”, insistió antes de pedir el voto nominal, una manera de dejar expuesto a cada legislador.
El proyecto fue aprobado por 49 votos, con la única negativa del diputado José Gauffin (PRO) y la ausencia, solo para la votación, de Enzo Alabi (Más Salta), Roque Cornejo (Ahora Patria), Guillermo Durand Cornejo (Conservador Popular), Griselda Galleguillos (Ahora Patria) y Sofía Sierra (PRO).
Capacitar en democracia
En el tratamiento del proyecto de ley para la capacitación y reflexión sobre la democracia, del que participaron los legisladores libertarios, sí hubo contrapuntos.
El diputado Gustavo Orozco estuvo de acuerdo en condenar la visita a los represores, pero reclamó que también se condene "lo malo de todos los sectores”. Pidió que se haga "memoria de todo lo que pasó en la Argentina”, nunca “escucho, por ejemplo, criticar a la compañera Hebe de Bonafini”, dijo, y también cuestionó a la organización Montoneros.
"Los genocidas deben estar presos", aseguró por su parte la libertaria Griselda Galleguillos. “Pero no se olviden que también existieron asesinos montoneros” y los del Ejército Revolucionario del Pueblo, reconvino. También cuestionó que "ahora se exija hacer un curso" sobre democracia. “¿Es para adoctrinarnos?”, chicaneó.
Estas intervenciones motivaron que el diputado Luis Albeza (JGSC) aclarara que hay una diferencia conceptual importante entre terrorismo estatal y violencia de organizaciones no estatales, “no es lo mismo el terrorismo de grupos o individual que el que viene del Estado, que tiene que cuidarnos y protegernos”.
Otro intercambio se dio entre Roque Cornejo y Luis Mendaña. El libertario se remitió con cierto vuelo a los orígenes del sistema democrático pero cuando le tocó hablar de tiempos más recientes cayó en el lugar común de los cuestionamientos sobre todo al kirchnerismo y terminó con críticas a la iniciativa.
“Estuvo buena la clase de historia”, "ya tenemos un profesor", bromeó Mendaña. Es más, contó que en la sesión se convenció de la necesidad de capacitar en los valores de la democracia a funcionarios de los tres poderes del Estado.
Después volvió al tema central de la sesión: los gobiernos dictatoriales, el terrorismo estatal y la democracia. “Los únicos que no tuvieron derechos humanos fueron los desaparecidos, porque los genocidas tuvieron un juicio, tuvieron la posibilidad de defenderse y están condenados, y hoy digo que los derechos humanos los defendió la democracia, no es que la democracia les pegó un tiro a los genocidas” como sí lo hicieron ellos con los 30 mil desaparecidos, aseguró.
Añadió que debe consolidarse la democracia, pero “ir a visitar a los genocidas no consolida la democracia”. No pueden legisladores elegidos por el pueblo ir a visitar a “gente que hizo desaparecer” a otras personas, sostuvo.