En su editorial, el periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, lamentó que las izquierdas de todo el mundo estén tomando el discurso de la derecha y aseguró que “en su afán de quedar bien, de hacer buena letra, con los postulados de la democracia y la libertad all'uso nostro de la derecha, terminan siempre repitiendo su alegato y sus argumentos”.

El editorial de Víctor Hugo Morales

El tema de Monedero a mí me interesó porque es verdad. El último regreso de la colonización de la derecha es el avance sobre las inteligencias de las izquierdas.

Hoy tenemos a San Cayetano a pleno. Esa rara conjunción de dolor y esperanza. La fe que mueve las filas y miles de personas caminando hacia el encuentro con San Cayetano.

Pero, mientras asistimos a la ceremonia, sabemos que las leyes y la justicia de los hombres deberían ser mucho más que el abrumado santo del trabajo. Pasa por ahí. Pasa por nosotros.

Lo que escuchamos de Juan Carlos Monedero duele por eso. Porque las izquierdas son el único impulso real que puede tener la humanidad dolida. Pero se entrega a los designios de los poderosos, repite sus palabras, se deja arrastrar por cada frase y por los intereses de la derecha.

Y lo de Venezuela es parte de la colonización. Son bien conocidas las mentiras y la brutalidad de la derecha. Y, sin embargo, ahí está el tema Venezuela para que funcionen otra vez con las palabras y las denuncias de la derecha.

Como si no conocieran la ferocidad de este ejército de ricos mentirosos que le hacen decir al pobre y al que representa al pobre lo mismo que ellos dicen. Y lo dicen para aumentar sus privilegios. Para perpetuar la estafa. Conocen cada falacia de los diarios.

Saben de memoria cómo juegan, pero vuelven a caer en la trampa. La derecha procede como la persona que deja una maceta en el balcón. La planta va a crecer sola. Después de la semilla, ya no hay nada que controlar.

Las izquierdas, en su afán de quedar bien, de hacer buena letra, con los postulados de la democracia y la libertad all'uso nostro de la derecha, terminan siempre repitiendo su alegato y sus argumentos. Y me da mucha pena.