Cinco diputados de La Libertad Avanza (LLA) se retrataron sonrientes junto a quienes secuestraron, torturaron y desaparecieron durante la última dictadura. La visita tuvo lugar el 11 de julio pasado en la Unidad 31 de Ezeiza. La foto, que se conoció en las últimas horas, da cuenta de la mancomunión entre legisladores oficialistas y genocidas de la última dictadura.

Página/12 reconstruye sus trayectorias a partir de una imagen en la que la agrupación H.I.J.O.S identificó a los perpetradores que posaron en la foto con los diputados Beltrán Benedit, Guillermo Montenegro, Lourdes Arrieta, María Fernanda Araujo y Alida Ferreyra Ugalde.

Alfredo Astiz: Exmarino. Actuó en la Escuela de Mecánica de la Armada. Es responsable, entre otros crímenes, de haberse infiltrado en el incipiente movimiento de derechos humanos. Se hizo pasar por hermano de un desaparecido, señaló a las Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, Mary Ponce de Bianco y Esther Ballestrino de Careaga, a las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet y a otros siete militantes que se reunían en la Iglesia de la Santa Cruz, quienes fueron secuestrados, torturados y arrojados vivos al mar. Secuestró e hirió a la adolescente Dagmar Hagelin. Se jactaba por su “tackle”. Hijo de un marino, la Armada hizo desaparecer su legajo. Condenado a perpetua.

Mario Marcote: Exintegrante del Servicio de Informaciones de la policía de Santa Fe. Le decían el “Cura” porque andaba con un crucifijo y daba la bendición en forma de piña. Sobrevivientes recordaron que violó a una niña de 16 años en uno de los juicios que se le siguió. Tiene tres condenas en su haber.

Juan Carlos Vázquez Sarmiento: Integró la Fuerza Aérea Argentina. Actuó en la Regional de Inteligencia Buenos Aires (RIBA). Fue condenado por la apropiación de Ezequiel Rochistein Tauro. Secuestró a Manuel Pérez Rojo, Patricia Roisinblit –estando embarazada– y a la hijita de ambos, Mariana Pérez. Espera juicio por los crímenes en la RIBA.

Miguel Britos: Reportaba en la Superintendencia de Seguridad Federal, conocida como Coordinación Federal. En la madrugada del 17 de febrero de 1977 participó de un operativo en la calle Pergamino 397: allí estaban Adriana Claudia Marandet y Eduardo Edelmiro Ruival. A él lo asesinaron a sangre fría. A ella la llevaron al Atlético y desde entonces está desaparecida. Condenado a prisión perpetua.

Carlos Suárez Mason: Es el hijo homónimo del comandante del Primer Cuerpo de Ejército. Integró la Marina y actuó en la ESMA. Al “hijo de Sam” lo detuvieron en noviembre de 2006, y en 2017 el Tribunal Oral Federal 5 lo condenó a prisión perpetua

Antonio Pernías: Integró la Marina. Estuvo destinado en la ESMA entre 1975 y 1979. Era oficial de inteligencia y operaciones. En marzo de 1978, “Trueno” o “Rata” estuvo a cargo de la Pecera, donde los secuestrados eran forzados a hacer trabajo esclavo. Estuvo destinado al Centro Piloto París, la embajada paralela de la Armada. Condenado a prisión perpetua.

Adolfo Donda: Integró la Armada. Actuó en la ESMA, donde llegó a ser el jefe de inteligencia del grupo de tareas. Tiene dos condenas a prisión perpetua en su haber y una sentencia a quince años de prisión por haber sido parte de la apropiación de su sobrina, Victoria Donda Pérez, nacida en el campo de concentración de Avenida del Libertador.

Gerardo Arráez: Integró la Policía Federal Argentina. Estuvo en el Departamento Sumarios de la Superintendencia de Seguridad Federal. Actuó en los centros clandestinos conocidos como Banco y Olimpo. Condenado a 25 años de prisión. Victoria Villarruel lo visitó en prisión, según publicó El Destape.

Manuel Cordero Piacentini: Militar uruguayo. Integró el Servicio de Información de Defensa (SID) de Montevideo. Actuó junto a la banda de Aníbal Gordon y fue uno de los eslabones del Plan Cóndor. Le decían “Manolo”. Condenado a 25 años de prisión.

Julio César Argüello: Integrante de la policía bonaerense. Prestó funciones en la Brigada de Investigaciones de La Plata. Condenado a prisión perpetua.

Marcelo Cinto Courtaux: Fue parte de la estructura de inteligencia del ejército. Fue jefe de la sección I del Destacamento 201 de Inteligencia del Comando de Institutos Militares de Campo de Mayo. Huyó largos años de la justicia. Lo encontraron en 2017 en un locutorio en Santa Fe y Pueyrredón. Cuando los efectivos policiales revisaron qué llevaba en sus bolsillos, tuvieron una sorpresa poco grata: tenía un recorte periodístico sobre el abogado Pablo Llonto con una foto y estaba resaltado que daba clases en la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata. Condenado a prisión perpetua. Su hijo homónimo era asesor de Victoria Villarruel en la Cámara de Diputados.

Raúl Guglielminetti: Integró el Batallón de Inteligencia 601. Se lo conocía como Ronco o Rogelio Guastavino. Actuó en Automotores Orletti, Campo de Mayo y Neuquén. Fue custodio de Reynaldo Benito Bignone y Raúl Alfonsín. Condenado a prisión perpetua.

Honorio Carlos Martínez Ruiz: Prestó funciones en la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) desde 1970. En 1975, renunció para irse a trabajar a una inmobiliaria. En octubre de ese año pidió su reincorporación. Actuó como personal inorgánico en Automotores Orletti y la base Bacacay. Le decían “Pájaro” o “Pajarovich” y fue parte de la banda de Aníbal Gordon. En democracia, fue detenido por el robo al Banco Nación –ubicado frente a la sede central de la SIDE.