No queremos pasar de largo frente a tantos heridos al borde del camino de la vida, frente a tantos rostros concretos, víctimas de la exclusión” afirmó Jorge García Cuerva, arzobispo de Buenos Aires, en la misa central de la celebración religiosa de San Cayetano, en el santuario porteño del barrio de Liniers. En la ocasión el obispo usó como motivación el texto bíblico del “buen samaritano” que recoge en el camino a un herido abandonado por unos ladrones.