Vecinos y vecinas de La Boca, Barracas y San Telmo denunciaron que están sufriendo problemas con el suministro de agua potable desde mediados de julio. Advierten que hay una "falta significativa" de presión y que en algunos casos las viviendas se quedaron sin una gota de agua. Tuvieron que recurrir a la compra de bombas, a la solidaridad entre vecinos para pasarse agua o directamente mudarse a otras casas. Desde Aysa sostienen que se trató de un problema en una cañería que fue reparada este martes, aunque los vecinos y vecinas denuncian que no tuvieron ninguna respuesta concreta de parte de la empresa.     

"En La Boca, Barracas y San Telmo, desde hace dos semanas estamos experimentando una falta significativa de presión de agua, afectando nuestras actividades diarias y nuestra calidad de vida". Así comienza el comunicado con el que los vecinos y vecinas de esos barrios decidieron dar a conocer a la prensa lo que están atravesando desde mediados de julio. Están organizados en un grupo de Whatsapp que, según contaron a este diario, ya tiene más de 80 integrantes que siguen sumando reclamos y que elevaron una nota formal al Ente Regulador de Agua y Saneamiento (ERAS).

María Eugenia Lanfranco, vecina de La Boca desde hace 34 años, es una de las afectadas. Vive en una vivienda ubicada en un primer piso y cuenta que allí "estamos siendo víctimas de la ausencia de agua por falta de presión". "Sólo tenemos en las plantas bajas, en las canillas que están cerca de la puerta de ingreso", agrega y precisa que, en su caso, tuvo que recurrir a la solidaridad de un vecino de un edificio con cisterna que sí tiene servicio: "Me pasa agua con una manguera desde su tanque al mío. Otros vecinos tomaron decisiones como poner bombas desde la entrada de agua, pero en muchos casos se terminan quemando porque la presión es muy baja".

Por su parte, Lucía Ruderman directamente tuvo que mudarse. "Desde el jueves pasado me tuve que instalar con mis hijos en la casa de mi padre porque no tengo una sola gota de agua. Desde mediados de julio no tuve más agua caliente y después se fue agravando hasta no tener más nada", cuenta. Sobre los reclamos a Aysa, sostiene que "a todos nos contestan lo mismo: que es un problema de instalación interna y que llamemos a un matriculado". En el comunicado, los vecinos y vecinas advirtieron que la empresa "no ha brindado una solución a este grave problema, dejando a numerosas familias sin un recurso esencial". 

"Ante esta situación, los vecinos nos organizamos haciendo un pedido colectivo para exigir una respuesta inmediata y efectiva", agregaron. Según cuenta Lanfranco, esa nota no fue recibida por atención al cliente de Aysa, ya que "nos dijeron que la única manera es llamando por teléfono y haciendo reclamos individuales". "Tuvimos que llevarla al ERAS y recién ahí la recibieron", dice la vecina, que añade que también reclamaron ante el gobierno porteño, autoridades de la Comuna N°4 y la Defensoría del Pueblo. 

En el documento presentado hace ya dos semanas ante ERAS, al que tuvo acceso este diario, las familias advierten que "nos encontramos en una situación crítica, donde las tareas cotidianas se convierten en retos insuperables y la calidad de vida se ve gravemente deteriorada". "Cada uno de nosotros ha recibido números de reclamo a los que nunca se ha dado respuesta efectiva", agrega la nota. 

"Cada vez que llamamos a Aysa nos piden el número de cliente, un mail, nos dan un número de reclamo y dicen que en 24 horas va a estar la cuadrilla, pero después no ocurre nada. Después de un día dan de baja el reclamo y en los archivos figura como resuelto aunque no ocurra", relata Lanfranco la seguidilla de reclamos que ya acumulan sin respuesta concreta. 

Ante la consulta de este diario, desde Aysa respondieron que la falta de presión de agua se debió a un problema en una cañería distribuidora de la zona. "El martes estuvieron haciendo un trabajo en La Boca reparando una cañería que es una distribuidora bastante grande. Era eso lo que estaba afectando, detectaron el escape y lo pudieron reparar", dijeron las fuentes, que aseguraron que "la zona debería estar normalizándose". 

Al cierre de esta edición, los vecinos y vecinas indicaban a este diario que todavía se mantenían los problemas de presión. Las facturas, sin embargo, no dejaron de llegar y con significativos aumentos: "Siguen llegando puntualmente y con la tarifa cuadruplicada desde diciembre a esta parte",  se indigna Lanfranco.