La imagen del país prendido fuego es cada vez más recurrente. Los incendios forestales son habituales en la agenda mundial, pero no son una novedad ni están cerca de desaparecer. Para la temporada de verano 2024/2025, los especialistas prevén condiciones meteorológicas “típicas” para que crezca el riesgo de incendios. En este contexto surge una pregunta: cómo se prepara el Gobierno de Javier Milei para una temporada que puede estar marcada por focos masivos, y en medio de los recortes que han asediado a otras áreas del Estado.
Ante la consulta de Página|12, desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) explicaron que para el verano se prevé que se desarrolle nuevamente un fenómeno de La Niña, un período de menor humedad y más sequía, en el que se esperan menos lluvias en el litoral y parte de la zona central. También se asocia con mayor cantidad de días soleados y temperaturas elevadas.
El Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) coincide con este pronóstico. “Todo lo que es NOA, NEA, y el Norte van a ir recibiendo cada vez menor humedad, acompañada de heladas que van a predisponer el combustible, y van a ir dando índices que se van a ir incrementando con tendencias a los máximos”, explicó el actual titular del Servicio, Jorge Heider.
Consultado por este medio, Heider completó el panorama con una advertencia: “Si a eso le sumamos cotas bajas en los ríos y lagunas, se van a ir configurando situaciones típicas para que la probabilidad de fuego sea un hecho". El funcionario aclara que se trata de una "probabilidad" porque "depende de si se prende o no se prende, si hay intencionalidad o negligencia". "Casi todos los incendios derivan del hombre, aunque no siempre son intencionales”, aclaró.
Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace, pone el foco en que la gran mayoría de los incendios forestales son por negligencia, como fogatas mal apagadas, quema de pasturas o quema de residuos forestales. "Situaciones que arrancan en un foco chico y se terminan expandiendo mucho más”, grafica. Se estima que 95% de los incendios forestales son producidos por la mano del hombre.
Mejor prevenir que apagar
El SNMF es más que grupos de brigadistas que se trasladan a distintos puntos del país cuando a las provincias se les hace incontrolable el fuego. Esta idea es recurrente en Heider. Todo lo que la gente “no ve” y ocurre detrás de las pantallas: la prevención. Por ejemplo, los informes semanales, trimestrales y anuales que se distribuyen a las provincias alertando sobre los posibles riesgos en cada territorio. Para el funcionario, son claves los informes de urgencia y las capacitaciones para brigadistas que dependen de las provincias.
El organismo aclara que la ley de Manejo del Fuego, que Milei prometió derogar, establece que la responsabilidad del control y manejo es de cada provincia. “Tratamos de tener de forma sistematizada una línea de trabajo que apunte a identificar situaciones a lo largo del país, ubicar regionalmente, entendiendo las necesidades y articulando. Ahí se dan situaciones que uno tiene que leer con anticipación. Una vez que se avisa, mucho más no se puede hacer. Hay un momento en el que le toca al otro”, explicó el titular del SNMF.
La pelota a las provincias
Ese “otro” al que se le pasa la pelota son las provincias. No es un dato menor, sobre todo si se tiene en cuenta que la administración libertaria se caracterizó por un brutal ajuste en el gasto público, con miles y miles de despedidos del sector público nacional que los funcionarios celebran como un gol. Ese “otro” implica un límite claro por parte de la gestión nacional a la hora de evaluar sus funciones.
Esto explica la respuesta que dio Heider al ser consultado sobre si -tal como aseguran trabajadores del sector- faltan más brigadistas. “Si vos me preguntas a mí, yo tengo más o menos 150 brigadistas. ¿Necesito más brigadistas? No. ¿Quién necesita más? Muchas jurisdicciones”, dijo sobre este tema. “Uno quiere que la jurisdicción esté fortalecida. Armar un sistema de respuesta centralizada iría en contra de un balance costo/beneficio”, explicó.
En la misma dirección se expresó Giardini, de Greempeace: "Tenemos un sistema colaborativo. Es bueno porque van bomberos de una provincia a otra para ayudar, pero cada provincia debería tener un número mayor para no depender de las otras provincias. Y más cuando puede haber incendios simultáneos".
Los interrogantes
Este panorama abre un interrogante: en un contexto de ajuste donde caen la recaudación y los fondos que reciben los gobiernos provinciales, ¿cómo podrían gestionar recursos para financiar sus brigadas y las tareas contra el fuego? Un estudio de Nadín Argañaraz confirmó que las Transferencias Nacionales no Automáticas a provincias cayeron un 83% real y los envíos devengados un 87% real.
Pero el desafío es mayor frente a un gobierno nacional que impulsa un extractivismo extremo sobre los recursos naturales. Ni bien asumió, el presidente buscó derogar las leyes de Bosques, Quemas y Glaciares, lo que producía una compleja regresión en materia de derechos ambientales. Al firmar el Pacto de Mayo, el propio Milei dijo que "la naturaleza debe servir al ser humano y a su bienestar y no a la inversa".
Otro interrogante que sobresale tiene que ver con la asistencia de la administración nacional para apagar focos activos, en medio del ajuste fiscal y el discurso repetido de que “no hay plata”. Con cautela, Heider defiende que hasta ahora no sufrieron recortes de partidas presupuestarias: de $12.101.815.000 previstos para todo el año, hasta julio se ejecutaron $4.615.300.000, poco más del 38% del total. "Mantenemos el que corresponde por normativa. Eso se va a mantener así. No hay ningún indicador que muestre que eso no suceda. Los medios aéreos aparecieron, la gente está, el recurso humano pudo responder, los vehículos están”, argumentó.
Finalmente, otra de las dudas tiene que ver con el impacto que puede tener en la prevención del manejo del fuego las políticas de desregulación que van a contramano de compromisos asumidos a nivel global. De hecho, el diputado oficialista Beltrán Benedit impulsa un proyecto para derogar las modificaciones a la ley de Fuego incorporadas en 2020, que limitan el cambio de uso del suelo por 30 o 60 años en terrenos como campos, humedales, bosques y pastizales que hubieran sufrido quemas accidentales o intencionales, con el objetivo de evitar los incendios especulativos para fines comerciales. Para el legislador oficialista, esa ley "viola el derecho de propiedad".