El Vélez 3-San Lorenzo 1 del último martes por Copa Argentina pudo terminar en tragedia. Durante el partido, la tribuna sur baja del estadio de Independiente, Libertadores de América-Ricardo Bochini, se desplazó de tal manera que uno de sus bloques quedó separado de otro. Allí estaban los hinchas de Vélez. Es la popular que lleva el nombre de Ricardo Pavoni y suele llenarse cada vez que Independiente juega de local.

Las fotos de cómo quedó la construcción se viralizaron y provocaron preocupación a todos menos a los dirigentes de Independiente. Por el contrario, minimizaron la situación con un comunicado en el que se lee que "en ningún momento, hubo riesgo de derrumbe ni la tribuna está partida".

También anunciaron el comienzo de los trabajos para este miércoles a primera hora. "En estos momentos, el arquitecto del estadio, Alejandro Castro, ya está trabajando en el lugar para volver a colocar el bloque en su lugar y resoldar y abulonar nuevamente todos los bloques de dicha tribuna" y "estos trabajos finalizarán en el transcurso de esta semana y no corre riesgo la realización del partido de Copa Argentina que se disputará el próximo miércoles entre Huracán y Argentinos Juniors", agregaron.

El hecho provocó además una enorme preocupación entre los hinchas de Independiente, que volverían a ese estadio el sábado 17 de agosto, si es que se autoriza que, por seguridad, ante Rosario Central pueda jugarse en esas instalaciones.

La dirigencia encabezada por Néstor Grindetti optó por culpar a la gestión anterior en vez de asumir su presente. "Cuando asumimos nos encontramos con un estadio totalmente abandonado, y más allá de que afrontamos la mayor crisis económica y financiera de la historia de nuestro club, nos propusimos ponerlo en valor". Y agregaron que se están realizando "distintas tareas de mantenimiento correctivo, recambio de butacas, iluminación, trabajos de pintura entre otros trabajos".

El Libertadores de América se encuentra en un visible estado de dejadez. En las zonas de plateas hay filtraciones que los días de lluvia perjudican a los socios que pagan muchísimo dinero por sus abonos. En las populares, se observó en fotos que viralizaron algunos de sus hinchas, había excrementos de pájaros, lo que muestra que tampoco se limpia. Lo mismo ocurre con los baños, en un estado lamentable como para recibir a una más que considerable cantidad de hinchas y socios. Esto, claro, no es nada en comparación con lo que provocaría el derrumbe de una tribuna llena de gente. Parece que se tocó fondo.

La relación entre los hinchas y socios para con los actuales dirigentes (muchos de ellos vienen de la criticada gestión de Hugo Moyano) es pésima. Incluso, se está pidiendo un llamado a elecciones anticipadas. El sábado pasado, tras el partido con San Lorenzo, se produjeron una vez más incidentes con represión.

Para acallar opiniones adversas, el socio opositor Juan Lezcano (@juanlezca) –por ejemplo– fue retirado del estadio de Independiente una vez que había ingresado. Los dirigentes lo mandaron a buscar con la seguridad y le impusieron un derecho de admisión. "Me fueron a buscar con las fuerzas de seguridad por ser opositor", denunció en su cuenta de Twitter.

Entre otras denuncias, Lezcano publicó que en la construcción del Libertadores de América participó el dirigente Daniel Seoane: "Qué podía fallar en la construcción del estadio si participó Seoane (...) con su constructora Yavez Construcciones y con la participación estelar de su amigo, intendente del estadio y socio Marcelo Garioto". Seoane es uno de los dirigentes que incursionó en los tiempos de Moyano y está entre los más cuestionados de la dirigencia actual.

Inhibido y endeudado, Independiente no cambió nada desde que asumió la actual dirigencia. En todo caso, empeoró. El año pasado escapó al descenso y los resultados en la actualidad no ayudan. En la tabla de los promedios está en una zona preocupante y lleva 22 años sin ganar un campeonato local. La actual campaña es pésima y no puede todavía contar con las incorporaciones debido a que el club sigue inhibido.

Vale recordar que si no fuera por sus socios, que se sumaron a una colecta privada para pagar parte de su millonaria deuda, Independiente podría estar aún peor.

El tema ahora es qué seguridad tienen sus socios e hinchas para asistir a un estadio que no tiene mantenimiento y cuyas tribunas se desplazan más de lo normal. Hay algo peor por parte de esta dirigencia: que en vez de asumir responsabilidades minimicen la situación.