Desde Londres

A un mes de su contundente victoria electoral, la política económica del Laborismo navega entre la “herencia recibida” de gobiernos conservadores, un ajuste del gasto, aumentos salariales para trabajadores estatales de la salud y la educación, inversión pública y la promesa de crecimiento económico con la mano visible del estado. Como apreciará el lector, la fórmula del primer ministro Sir Keir Starmer contiene varias cuadraturas de diferentes círculos que esta nota procurará dilucidar en la medida de lo posible.