"Parece que esto tenía el ok de Patricia Bullrich", lanzó la diputada de La Libertad Avanza Rocío Bonacci sobre la visita que realizó junto a otros cinco compañeres de bancada del bloque oficialista a genocidas en el penal de Ezeiza. Bonacci resaltó que "fue todo muy irregular" respecto de los protocolo de seguridad para el ingreso a la cárcel. Bullrich, responsable del Servicio Penitenciario, demoró casi una semana en responder un pedido de información del juez Daniel Obligado, a cargo de la ejecución de la pena de Alfredo Astiz, uno de los anfitriones del encuentro.  

"Lo craneó Beltrán (Benedit), supongo que con ayuda de Guillermo (Montenegro) y, parece ser, a raíz de unos chats que salieron ayer, todavía no lo charlé con el bloque, que esto tenía un okey de Patricia Bullrich", soltó Bonacci y resaltó que que algunos protocolos de estricta seguridad que se realizan en las visitas a las cárcel fueron pasados por alto. 

"Simplemente nos abrieron la puerta, ingresamos, conversamos, nos recibieron muy cordialmente y los diputados teníamos todos nuestros teléfonos", contó a radio Mitre sobre la visita, algo de lo que se pudo percibir esta semana cuando se filtró la foto del grupo, de diputados y genocidas, que se hizo pública esta semana. La diputada ya había anticipado que esa foto había ocurrido y que ella había decido no sumarse. 

"Fue todo muy irregular. De hecho, ingresé al pabellón consciente de que me iban a tantear los bolsillos, que me iban a pedir el teléfono y más datos y no pasó", describió la legisladora, quien desde hace semanas se muestra como una "arrepentida" de la visita y ya había ventilado que la visita tenía "el ok de Martín Menem y de Casa Rosada".

Sus dichos contradicen la versión oficial que sostiene que se trató de una acción personal de los diputados, desconocida por el Poder Ejecutivo de la Nación. A horas de que la foto de los legisladores junto a Astiz, Alfredo Donda y Raúl Guglielminetti, entre otros represores, salió a la luz, la legisladora volvió a acusar a su compañero de banca Beltrán Benedit de ocultar el verdadero propósito de la visita al penal. 

La diputada describió la visita como "horas desagradables" e insistió con que el objetivo de la delegación era "comunicarse con los genocidas para armar una especie de proyecto". Bonacci ya había señalado que Benedit había recibido de parte de Guglielminetti, exagente del Batallón de Inteligencia 601, condenado a prisión perpetua por su rol en el centro clandestino conocido como Automotores Orletti, una carpeta con un proyecto de ley escrito a mano para avanzar en "ideas de prisión domiciliaria".  

Como viene publicando PáginaI12, en el oficialismo se buscan alternativas para aliviar la situación de quienes están condenados por crímenes de lesa humanidad y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha mostrado estar a favor de esa idea. "Me parece que una cosa es cumplir con una condena y otra cosa es infligir a esa condena una situación de extrema gravedad, como es tener una persona con un cáncer terminal en una cárcel", sostuvo Bullrich. 

La decisión de Bonacci de dejar trascender ahora que la ministra de Seguridad estaba al tanto de la visita pone en foco la investigación del Poder Judicial sobre la actuación del Servicio Penitenciario. La investigación está abierta en los tribunales de Lomas de Zamora --departamento judicial que corresponde a la localidad de Ezeiza-- y fue pedido por el juez  del Tribunal Oral Federal (TOF) 5 Daniel Obligado, a cargo de la ejecución de la pena de Astiz. 

Como publicó este diario, el pedido de información al Servicio Penitenciario sobre la visita de Bonacci, Benedit, Guillermo Montenegro, Alida Ferreyra Ugalde, María Fernanda Araujo, Lourdes Arrieta, se demoró casi una semana y cuando se presentó no vino con la firma de Bullrich ni con la del titular del SPF, Fernando Martínez. El jefe penitenciario optó por un perfil bajísimo después de que se filtraran chats en los que Benedit –organizador de la comitiva a Ezeiza– lo describió como un “excelente colaborador”.